Las ventanas
Mejórese, señor presidente
Primero lo primero, hago votos por la salud Donald Trump y su círculo cercano. Independientemente de las antipatías o simpatías que provoque el hombre, darle batalla a este bicho que tiene postrado al mundo no es algo fácil. Es duro, pero era de esperarse, el presidente de los Estados Unidos dio positivo para Covid-19 y en la Casa Blanca se hizo un contagiadero monumental. La noticia recorrió el mundo a paso veloz y no hay quien en su sano juicio pueda alegrarse de una noticia como esa. Tristemente, el manejo de la pandemia y las decisiones que tomó el mandatario le cobraron caro y hubo consecuencias, para él y para la gente que ha estado a su lado.
El mundo entero fija la mirada en Washington, D. C., nunca es un buen momento para enfermarse y éste es el peor para Donald Trump, quien está en medio de una batalla electoral y no parece que las traiga todas consigo. Además, la salud del señor es un tema de seguridad nacional y de interés internacional. Tal vez por eso, haya sido tan frustrante ver la forma descuidada con la que se condujo.
El bienestar y la fortaleza de un presidente en términos generales es un tema relevante en circunstancias cotidianas, a unos días de que se lleve a cabo la elección que lo puede mantener o sacar de la Oficina Oval, el asunto de pone color de hormiga. Si los votantes en Estados Unidos tenían inquietudes sobre el proceso electoral, el caos que se desata con la enfermedad del mandatario pone las cosas patas para arriba.
Es para no entenderse. Si la niña es risueña, para qué le hacen cosquillas. La situación no se veía fácil para Donald Trump y, aún así, no se cuidó. Ahora, tendrá que dejar de hacer campaña y concentrarse en recuperar la salud. El nerviosismo que hay en los Estados Unidos se entiende. La primera dama ha estado tuiteando que se sienten bien y el médico de cabecera de la pareja ha declarado que todo está bajo control. Pocos les creen. Lo cierto es que la enfermedad cayó como pedrada en los dientes dejando a su país en una situación débil y vulnerable.
Es verdad, ha habido otros mandatarios que se han contagiado: Boris Johnson, Jair Bolsonaro, por ejemplo, pero ninguno de ellos estaba en un proceso tan delicado como el que vive Donald Trump. Además, todos tienen la nariz metida ahí, la salud de un presidente no es un tema de intimidad familiar, es un asunto público ya que el pueblo estadounidense debe tener la certeza de que su presidente se encuentra en plenas facultades para tomar las decisiones que le dan rumbo a la nación. Sus socios internacionales deben estar en el filo de sus asientos.
No son tiempos de juegos y vilezas políticas. Sin embargo, si Donald Trump no se encuentra en un estado óptimo para sujetar las riendas de una nación, deberá pasarle el control al vicepresidente Pence hasta que su condición mejore. Y, me imagino que muchos de quienes lo apoyan pensarán en su fuero interno que cómo fue posible que el mandatario se descuidara tanto, verán con mucha preocupación el tema de la salud y de la de todos los que circundan; en su casa de campaña se mesarán la cabellera y se recriminarán no haber insistido más en el cuidado que debió tener. Muchos están dando positivo, también se infectaron.
Los médicos afirman que Donald Trump va reaccionando muy bien, pero no pudo quedarse a convalecer en la Casa Blanca. Está internado en el Hospital Militar Walter Reed y la conferencia de prensa en la que debía informarse sobre el estado del mandatario sembró más dudas que certezas. Lo único que quedan son los datos duros: el presidente de los Estados Unidos es un hombre de setenta y cuatro años, pesa ciento diez kilos y eso lo pone de inmediato en el grupo de pacientes de alto riesgo.
Las consecuencias están cayendo como un chaparrón incontenible. Nos toca observar a la distancia y advertir: el que vea las barbas de su vecino cortar, ponga las suyas a remojar. Hay que recordar que en México no tenemos una figura como el vicepresidente y, más vale prevenir que lamentar, digo: ¿no creen? Hagan entender que la salud de un mandatario no es una cuestión personal, es un tema de interés nacional.