Líderes realistas que se unieron a la campaña trigarante para consumar la Independencia

Pedro Celestino Negrete nació en Vizcaya, España, en 1777. A los veinte años llegó a la Nueva España como marino en la expedición del capitán Ciriaco Cevallos para levantar planos del Golfo de México. En 1810 y 1811, bajo el mando de José de la Cruz, combatió con gran energía el levantamiento insurgente en Guanajuato y Michoacán. En la batalla de Urepetiro contra el ejército de Ruperto Mier, su intervención al frente del batallón de marina fue determinante en el triunfo.

Con los años, sus acciones contra la insurrección le dieron el grado de general de brigada y el nombramiento de comandante de la Nueva Galicia. Por ello, su incorporación al movimiento trigarante en 1821 le dio un impulso definitivo a Agustín de Iturbide.

Pedro Celestino proclamó la independencia en Guadalajara el 13 de junio de ese año y creó una junta de gobierno para la provincia. Al frente de sus tropas salió en persecución del ejército de José de la Cruz, opositor al Plan de Iguala y fiel al virrey. En Durango alcanzó a las tropas de su antiguo jefe, a las que derrotó el 6 de septiembre luego de un prolongado sitio. Con este triunfo el noroeste de la colonia fue controlado por los trigarantes.

Por su influjo, Negrete fue la segunda figura más importante en la consumación de la independencia, después de Agustín de Iturbide. Apoyó luego el imperio de éste; pero, en 1823, se rebeló a favor de la república y fue miembro del poder ejecutivo provisional que organizó la república federal. Murió en 1846.

Anastasio Bustamante Oseguera nació en Jiquilpan, Michoacán, en 1780. Originalmente estudió medicina y ejerció su profesión en la ciudad de San Luis Potosí. Allí conoció al general Félix María Calleja y con su orientación ingresó a la milicia realista en 1808.

Dos años después participó en las victorias de Aculco y Puente de Calderón contra los insurgentes. También bajo las órdenes de Calleja intervino en el sitio de Cuautla contra las fuerzas de José María Morelos.

Combatió a Javier Mina y sus aliados en la campaña de 1817, misma que culminó con la destrucción de los fuertes El Sombrero y Los Remedios, donde se resguardaban los insurrectos.

Ubicado en la intendencia de Guanajuato, obtuvo el grado de coronel reprimiendo a las últimas partidas rebeldes que hubo en esta provincia. Por su relación previa con Agustín de Iturbide, Bustamante se unió a la sublevación trigarante desde el 19 de marzo de 1821 y partiendo de Valle de Santiago junto a Luis de Cortázar, Joaquín Parres y sus tropas entraron a la capital guanajuatense proclamando la independencia.

En junio del mismo año, Bustamante y sus efectivos se sumaron al asedio de San Juan del Río y de Querétaro, logrando la capitulación pacífica de ambas ciudades, un golpe contundente al gobierno virreinal.

Consumada la independencia, Anastasio Bustamante respaldó el imperio de Iturbide, posteriormente fue vicepresidente y dos veces presidente de la república siguiendo una política conservadora. Murió en San Miguel de Allende a la edad de 73 años.

José Antonio de Echávarri fue originario de Gordejuela, España. Después de su traslado a nuestro continente, inició su carrera militar como teniente y capitán provincial. En 1821, como amigo y subordinado de Agustín de Iturbide, firmó en Iguala el plan trigarante. Se le nombra coronel y al frente de una división se traslada al altiplano central para extender esta insurrección.

Echávarri tuvo el gran mérito de dirigir el asedio sobre Querétaro, las negociaciones y la ocupación pacífica de la ciudad. Esta acción fue decisiva para obligar más tarde a las autoridades virreinales a entregar la ciudad de México y salir hacia España.

Consumada la independencia, Echávarri fue promovido a brigadier, mariscal de campo y comandante general de las provincias de Puebla, Veracruz y Oaxaca. Sin embargo, en 1823 negoció con los republicanos, enemigos del emperador Iturbide y en 1827 tuvo que exiliarse a los Estados Unidos, donde falleció en Filadelfia en 1834.

Luis de Cortázar y Rábago nació en la ciudad de México (1796), fue hijo de Andrés de Cortázar y María Ignacia Rosa Rábago, propietarios de la Hacienda de La Zanja (hoy Victoria de Cortazar). Ingresó a la milicia virreinal como artillero en 1811 y combatió a los insurgentes con denuedo. Para 1821 era teniente coronel y al estallido de la rebelión trigarante se unió a ella en San José de los Amoles (hoy Cortazar, en su honor). Unido a su superior Anastasio Bustamante y a Joaquín Parrés entraron con sus tropas al mineral de Guanajuato, fortaleciendo la lucha de Agustín de Iturbide con la adhesión de toda la intendencia.

Posteriormente derrotó a los realistas en San Luis Potosí, participó en la ocupación de Querétaro, Puebla y la ciudad de México.

Luego de la independencia fue comandante general de Querétaro (1823), Michoacán (1825), San Luis Potosí (1827) y Gobernador de Guanajuato (1837-1839). Murió en Silao en 1840.