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Lo que pasa en Las Vegas…

Las ventanas
Opinión

Cecilia Durán Mena - Las ventanas

Lo que pasa en Las Vegas…

Las Vegas, Nevada después de la pandemia, parece un gigante que está despertando. Se siente un ambiente amodorrado, como quien acaba de abrir los ojos después de un sueño profundo. Tal vez el sueño haya sido una pesadilla. A pesar de los casi cuarenta grados centígrados, la gente sale a las calles con un gran entusiasmo. Hay ganas de fiesta, de risas y de olvidar el Covid-19, son raros los que usan cubrebocas. El aroma a marihuana perfuma casi cada esquina. Lo que pasa en Las Vegas tiene repercusiones en México.

Es curioso cómo mientras en Las Vegas, la gente enciende sus porros con alegría frente a todo el mundo, incluidos los policías, a quienes también se les ve fumando con todo y uniforme, en México la siembra de marihuana sigue siendo ilegal. Según los expertos en cannabis, la hierba mexicana es de la mejor calidad del mundo. Me parece que nuestros agricultores podrían dejar de ser delincuentes y formar parte de este negocio que, dados los niveles de consumo, podría ser magnífico para ellos. No obstante, a pesar de tener el mejor producto del planeta, no lo pueden comercializar.

Algo anda mal cuando existe una demanda creciente, el oferente más competente tiene lo necesario para satisfacer a sus consumidores y existe un impedimento para que las leyes de libre mercado favorezcan a los participantes. No se trata de estar en favor o en contra del consumo recreativo de la marihuana, de si queremos que la gente fume o deje de hacerlo, de si las repercusiones en la salud son o no nocivas, se trata de un simple tema económico que presenta lo que técnicamente se denomina como una perversión de mercado. Es decir, hay consumidores que demandan un producto y hay oferentes que están dispuestos a vender, pero existe una restricción.

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Es algo similar a lo que se presentaría si existiera una prohibición para vender champaña. No se trata de estimular el consumo del alcohol o si con ello se elevarán los niveles de alcoholismo en el mundo. Se trata de que la gente que quiere tomar champaña y puede pagar por ella, lo pueda hacer en forma libre y legal. Después de ver a tantas personas que están consumiendo marihuana en forma recreativa en Nevada, pienso en nuestros agricultores mexicanos y en lo que su participación podría mejorar su nivel de vida.

Mientras en Las Vegas, Houston, Los Ángeles, en Ámsterdam y en tantos otros lugares del mundo la gente consume hierba de distintas calidades, nuestros agricultores no aprovechan esta ventana de oportunidad que se está abriendo. Si en México se puede sembrar la mejor hierba, ¿por qué no estamos participando? La marihuana que se consume en otros lugares del mundo tiene una de dos condiciones: o es mexicana y es ilegal, o es de otra parte del mundo y tiene una calidad inferior.

En todo caso, el negocio no está siendo para los productores sino para los intermediarios. Por otro lado, mientras otros son los que están haciendo negocios, las utilidades se están yendo a otros lares y en México se necesita ese dinero para aliviar los niveles de pobreza, para infraestructura, educación, reconstrucción del tejido social. Es decir, en este sinsentido, lo que hay que hacer es darle la vuelta y transformar este círculo vicioso en uno virtuoso. Parece que no sería difícil y que los beneficios tendrían efectos de amplio espectro.

La línea de pensamiento es platónica. Según el filósofo griego, si a una persona le das a escoger entre el mal y el bien, siempre, siempre elegirá el bien. Es más, si elige el mal, es porque piensa es algo bueno. Por lo tanto, si seguimos el método de Platón, si le damos a escoger a quienes siembran marihuana entre ser delincuentes o ser empresarios, no es difícil imaginar cuál sería su elección. Además, así dejaríamos de necesitar que nuestras fuerzas armadas estén quemando sembradíos que podrían estar vendiéndose para beneficio de muchos.

Así como en Las Vegas, la gente está feliz fumando marihuana, me gustaría ver a nuestros mexicanos contentos, vendiendo legalmente algo que hoy por hoy, trae lágrimas y se llena de sangre. Sí, lo que pasa en Las Vegas, tiene repercusión en México. Ojalá que ya sea algo positivo.

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