Los planes de Marcelo
Hay un rumor que corre por los pasillos de la escena política. Es un murmullo que ya empieza a estar en boca de todos y que, con toda honestidad, no sorprende a nadie. A Marcelo Ebrard se le está agotando la paciencia con el tema de buscar la presidencia de la República y como de querer, vaya que quiere ser titular del ejecutivo, parece que empieza a mover las piezas para poder jugar en la próxima contienda.
Los rumores se desataron poco después de que se vio a Santiago Nieto salir muy sonriente de las oficinas de Movimiento Ciudadano. Seguro que no fue porque pasó de ser considerado por López Obrador como un servidor público ejemplar a personaje extravagante. ¿Qué le causaba tanta alegría al extitular de la poderosa Unidad de Inteligencia Financiera? Porque, razones para andar cabizbajo tenía y muchas. Pasó de ser amigo del presidente a ser destituido con rapidez vertiginosa.
Parece que a Santiago Nieto le gustó eso de ser amigo de presidentes y si fue y ya no es del actual titular del ejecutivo, anda con ganas de serlo del que ocupará ese puesto el próximo periodo. Dicen por ahí, que algo está cocinando en favor de Marcelo Ebrard. Pero, como dicen las abuelitas, los rumores son del diablo, lo que sí sabemos es que, en el pasado, nuestro actual canciller tuvo posibilidades de ser candidato del PRD a la presidencia de México y se hizo a un lado para que López Obrador se postulara.
Hay que decir que ese gesto de lealtad lo hizo con gallardía. Se hizo a un lado y no anduvo tristeando por los rincones, ni chismeando por lo oscurito. Se quitó y le dejó el camino de plata a Andrés Manuel y no fue estorbo ni le quitó lucimientos. Algunos creen que ese acto le fue recompensado con el premio de la Cancillería. Además, es de todos conocido que Marcelo es el hombre fuerte del presidente y que tiene la complacencia del presidente para moverse con seguridad en donde el presidente se siente dubitativo. Hay quienes ven en el Secretario de Relaciones Exteriores a una especie de vicepresidente actuante.
Por estas razones, cualquiera puede imaginar lo que sintió el exjefe capitalino cuando vio que Andrés Manuel le levantó el brazo a Claudia Scheinbaum y no a él. Cualquiera tiene su corazoncito y, aunque en la diplomacia enseñan a sonreír y desempeñarse con elegancia, seguro que semejante deferencia con la favorita le debió caer tan bien como una pedrada en el dedo chiquito del pie. Entonces, como sucede en política, el Canciller se puso muy sonriente y empezó a mover sus piezas.
No sólo son los coqueteos con Movimiento Ciudadano, también se vio a Ebrard reunido con Ricardo Monreal. Se fueron a desayunar y estuvieron muy contentos departiendo. Ver juntos a estos personajes hace que los focos de alerta se enciendan en los cuartos de guerra de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, quien ha dicho que ella está muy ocupada gobernando la capital del país, ya se le reconocen ciertas actitudes en las que se le notan las aspiraciones.
Está claro que mientras la oposición anda preocupada por no tener candidatos que le llenen el ojo a los electores; en las huestes de la 4T no andan del todo felices con el hecho de que el presidente ande coqueteando con la antigua práctica del dedazo con tanto tiempo de anticipación. En realidad, el señalamiento anticipado tampoco se aprecia como un acierto ya que los que no fueron apuntados se sienten mal y la que se placea con el brazo en alto puede quemar su imagen por anticipado. Lo cual no le vendría nada mal a los planes de Marcelo.
Y, los rumores se dejan oír como zumbidos de avispas. Hay quienes creen que la paciencia de Marcelo Ebrard se está agotando y que su prudencia no se va a estirar mucho más. La cadena se revienta por en eslabón más débil, ni hablar. Parece que ya está moviendo los hilos y, en una de esas, de las filas de la 4T en vez de uno salen dos candidatos.