Los retos educativos de la nueva era
Tras el tercer informe de gobierno de Diego Sinhue, presentado hace 10 días ante el Congreso del Estado y promocionado de manera espectacular a la ciudadanía, ya se visualizan restructuraciones en el programa de gobierno y ajustes en el gabinete educativo. De esta forma, el pasado jueves fue presentado como nuevo secretario de Educación Jorge Enrique Hernández Meza, en sustitución de Yoloxóchitl Bustamante Díez, quien será la titular del nuevo Sistema Estatal de Educación Superior Tecnológica.
Con este cambio, en plena glosa del informe, se puede deducir que la educación será una de las áreas que deberán ajustar su proyecto, modificando sus planes y programas para enfrentar los enormes retos académico-administrativos que la formación de niños, niñas y adolescentes de la nueva era de la humanidad demandará. Asimismo, habrá que ver como se desenreda el galimatías existencial de la educación superior.
Desde luego que es alentador ver como el gobernador denota inquietudes por revisar el estatus del Sistema Educativo del Estado, sobre todo para conocer la problemática invisible que éste concentra ante las condiciones imperantes por las restricciones que la pandemia nos ha impuesto. A reserva de que pronto se emita un informe de daños y avances de la educación, a un año del confinamiento y adopción incierta de una modalidad emergente, para la cual el aparato educativo no estaba preparado, podemos suponer que nuestros estudiantes acusan ya un deterioro preocupante en su formación académica.
A la fecha existen vacíos alarmantes en rubros como el estado que guarda el aprovechamiento escolar, los índices de abandono y deserción de la educación en todos sus niveles, el grado de estrés y agotamiento físico y emocional de estudiantes y docentes o la afectación por la presencia de conductas de riesgo psicosocial, que no han sido analizados e informados por la federación o estado para pulsar las brechas académicas o tecnológicas por atender.
Dura tarea, sin lugar a dudas, la que tendrá el maestro Jorge Enrique Hernández Meza para sacar adelante un sistema educativo anclado en una dinámica extremadamente limitada por las condiciones sanitarias del coronavirus rampante, pero que igualmente resulta alentador por ser una persona joven, visionaria, y que siempre ha presentado resultados exitosos en las tareas realizadas al servicio de la educación.
Precisamente ahora es el momento para que los responsables de la educación desplieguen un diagnóstico que permita mapear los daños sufridos por este impasse que ha sometido al mundo entero, para que las estrategias y mecanismos de contención de daños tengan sustento y pertinencia, ya mucho se ha padecido de ocurrencias y voluntarismos personales. Trascendente será el papel que el nuevo secretario de educación habrá de desempeñar ahora que reina en la federación la incertidumbre del rumbo institucional, la mentira sistemática, la inhibición presupuestal y la carencia de un proyecto educativo innovador y progresista.
De la misma forma es muy acertado que Diego Sinhue determine la creación de un Sistema Estatal de Educación Superior Tecnológica que atienda rubros que se han desestimado y que demandan urgente sistematización, pues la formación de profesionistas universitarios deberá satisfacer el catálogo de perfiles que la cua rta revolución industrial requerirá para dinamizar las nuevas destrezas y habilidades digitales de los trabajos de la nueva era, como ha advertido la OCDE y el Foro Económico Mundial en sus informes de prospectiva laboral y económica. Esperemos que la doctora Yoloxóchitl Bustamante visualice un proyecto que logre configurar la transición a la mentefactura, formando una generación de científicos con la creatividad e inventiva que convierta al estado en el referente del éxito postpandémico.
La humanidad siempre ha requerido de grandes líderes, para superar las adversidades del destino y forjar un futuro progresista.