Nuevo museo de las momias de Gto., la oposición caprichosa

Emulando a la federación en su obsesivo ejercicio de consultar a la ciudadanía sobre la permanencia del presidente en el poder, esta semana la representación de Morena en el Ayuntamiento del municipio de Guanajuato, presentó un paquete de firmas para avalar la gestión de una consulta popular sobre la edificación del nuevo museo de las momias en esta ciudad.

De esta forma podría someterse a plebiscito la ejecución de una obra, que el Ayuntamiento de Guanajuato aprobó, con la finalidad de modernizar y dignificar el espacio que alberga al museo que es ícono y principal atractivo turístico de la ciudad capital del estado. Asimismo no deja de ser significativo que la administración del museo que exhibe los cuerpos momificados, es una importante fuente de ingresos de las arcas municipales y que con la proyección y mejoras del nuevo espacio se incrementarían de manera importante.

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Sin lugar a dudas que todo ejercicio democrático es digno de reconocimiento, por su contribución a la forja de una cultura de participación ciudadana, pero asimismo es justo decir que las figuras de consenso de la ciudadanía no deberían utilizarse para la manipulación egocéntrica de caprichos y vendetas político-partidistas.

Pero asimismo la ejecución de un plebiscito o consulta popular, tampoco debe ser motivo de pánico socio-político, pues bien sustentado en la ley y sometidos sus alcances y circunstancias a las regulaciones correspondientes de la autoridad electoral, no hay riesgo de consecuencias que deriven en canibalismos sociales. Para respaldo de lo anterior, el IEEG debe ser extremadamente cuidadoso de que se cumplan rigurosamente las condiciones requeridas para su autorización y preveer aquellas que sean garantes de la promoción, realización del evento y dictaminación de resultados conforme establece el marco legal.

Atendiendo a la historia del uso de este tipo de mecanismos de participación ciudadana, es precisamente la ciudad de Guanajuato donde se registran dos antecedentes de este tipo de recursos democráticos, el primero cuando la administración del gobernador Carlos Medina proyectó sacar del área urbana las oficinas de Gobierno del Estado y la ciudadanía se vio precisada a manifestarse en varias ocasiones enarbolando la bandera “Guanajuato siempre capital” para echar por tierra la pretensión de construir palacio de gobierno y la villa administrativa en la zona de la presa de La Purísima.

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La otra ocasión que la ciudadanía ha tomado calle para oponerse a pretensiones atentatorias de las tradiciones y esencia de la capital, fue en 2010 cuando la administración municipal de Edgar Castro proyectaba cambiar el uso de suelo del cerro del Hormiguero, que privatizaría el área natural de la Bufa. Así el colectivo ciudadano “Guanajuato somos todos” impulsó la realización de un plebiscito que, aunque no alcanzó los preceptos normativos del porcentaje de participación, detuvo la urbanización de La Bufa por atentar contra el patrimonio común.

Ahora, la legitimidad del pretendido plebiscito de las momias se pone en duda, ya que la oposición a la edificación de un nuevo museo carece de razón legal y de impacto en el celo tradicional y cultural de la sociedad guanajuatense, puesto que la administración municipal de Alejandro Navarro no pretende destruir o demeritar un ícono del sincretismo urbano, sino modernizarlo y optimizar las condiciones para mayor beneficio de su comunidad.

Si la ciudadanía y el conglomerado de visitantes locales y foráneos del museo de las momias, revisan a conciencia las condiciones deprimentes de los accesos, lo limitado y obsoleto de los espacios de exposición, estacionamiento y desarrollo del actual, verían lo bondadoso del nuevo proyecto y el beneficio social y comunitario que representa, por lo que no se vislumbra futuro para la manipulación personal de la representación de Morena.

El progreso y la modernidad, no pueden ser detenidos por las visiones caprichosas y obsesionadas con el pasado.