Números que son tristes
Una de las grandes virtudes que tienen los números es para muchos su gran defecto. Los números son fríos y son objetivos. Muestran lo que es, no tienen secretos y por eso muchos les tienen miedo. Pero, las cifras no necesitan adjetivos calificativos ni adverbios de ningún estilo para agregarles cualidades, defectos o ideologías. Claro, hay cantidades que nos entristecen. En México, ha habido más de un millón doscientos mil casos de personas contagiadas de Covid-19. Por fortuna, también podemos decir que casi novecientos mil contagiados han recuperado la salud. No obstante, casi ciento trece mil mexicanos perdieron la batalla contra esta enfermedad y murieron.
En el estado de Guanajuato, estamos próximos a alcanzar la cifra de setenta mil guanajuatenses contagiados y cerca de cuatro mil quinientos muertos. Así están las cosas, según lo reportan las cifras oficiales. Insisto, la frialdad de los números son virtud y desperfecto. Nos ponen los pies en la tierra, lo que es virtuoso, pero en su insensibilidad se ocultan los nombres de madres, padres, hijas, abuelas, hijos, amigos, abuelos, tías, amigas, conocidos que ya no están. Fueron personas que no alcanzaron a ver el final del túnel en el que nos metió esta pandemia.
No nos engañemos, el Covid-19 no tiene filiación política ni camisetas de colores determinados ni preferencias de izquierda o derecha ni ideología. El virus provoca una enfermedad infecciosa y, eso sí, democrática: infecta a ricos y a pobres, a feos y a hermosos, a corruptos y a honestos. Lo malo es que, tal como lo escribió George Orwell en Animal Farm: unos somos más iguales que otros. En este conjunto infeccioso, están los que ni sienten que están malos, los que se curan casi sin ayuda y los que necesitan ser hospitalizados. El problema se presenta cuando las camas que están disponibles no son suficientes para los requerimientos. Esa es la realidad, ha habido más enfermos que necesitan atención que posibilidades de proporcionárselas.
Lo triste en que estos números se hayan prestado para manejos políticos. Es desolador que existan personajes que intenten manipular la realidad para conseguir sus objetivos personales. Eso raya en la perversidad. Pero, para aquellos que crean que estos números son un tema de conveniencia partidista, o un motivo de expresión de adversarios ideológicos, les tengo una mala noticia. Las cifras fueron dadas por el propio Dr. Hugo López Gatell quien añadió: “No tenía ningún antecedente previo la sociedad mexicana de una enfermedad infecciosa, aguda, que pudiera causar una propagación tan rápida y afectar la vida de tantas personas”.
La Ciudad de México es la entidad que reporta un mayor número de casos activos, seguida de Nuevo León, Guanajuato y Durango, como las entidades con más de mil casos activos. Es decir, son los estados que en su conjunto concentran el cuarenta y un porciento de los casos activos del país.
Lo triste de estos números es que ya llevamos meses padeciendo esta terrible pandemia y seguimos sin entender lo básico: el virus que causa la enfermedad conocida como COVID 19 se transmite principalmente a través de las gotículas generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o espira. Estas partículas son demasiado pesadas para permanecer suspendidas en el aire y caen rápidamente sobre el suelo o las superficies. Podemos infectarnos al inhalar el virus, y esto sucede si estamos cerca de una persona contagiada —con o sin síntomas— o si, tentamos una superficie contaminada y luego nos tocamos los ojos, la nariz o la boca. El estatus actual de El Semáforo Estatal para la Reactivación está en color naranja.
Los números no guardan secretos y son objetivos. Podemos cuestionar la forma en la que fueron calculados, eso sí. Sin embargo, con lo que está a la vista tenemos para que se nos ponga la piel de gallina y se nos haga un nudo en la garganta. Conste, no hay peor ciego que el que no quiere ver.