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Planillas del PAN: como en las mafias…

Divisadero
Opinión

Staff LC Camargo

Planillas del PAN: como en las mafias…

El PAN, en el caso de los municipios del noreste, no ofrece novedades en las candidaturas de ayuntamientos aprobadas por su Consejo Nacional.

Como ya era predecible, el gran elector Diego Sinhue no se detuvo a buscar perfiles con visión y proyecto, tampoco lo prioritario fue voltear a la trayectoria partidista, no pareció importarle si sus candidatos son probos o corruptos, ilustrados o ignorantes. En varios municipios ratificó y dejó disponer a los operadores que le han resultado eficaces para “controlar” la región, lo que en las mafias equivale a los jefes de plaza. Se trata de preservar el poder ahí donde lo tienen, de buscarlo donde les importa, aunque también, como en el mundo delictivo,  de entregar el territorio ahí donde quizás lo han pactado.

Los ganones…

En San José Iturbide, entre los dos  clanes que siempre han  disputado el control optaron por el de Cindy Arvizu y  dieron un brusco portazo a Lucy Vargas y a los hermanos Martini. Como síndico va Rafael Ledezma, hijo de un veterano líder de ese partido. Entre los regidores hay desde una ex directora de policía, hasta una cantante soprano que no aparece en el padrón de militantes. Y para colmo de los panistas históricos que fueron relegados, la primera regiduría es para Ma. Isabel Gudiño, una doctora que en 2015 y 2018 fue candidata a la alcaldía por Nueva Alianza.

En Victoria, los hermanos Montes  confirmaron que son los ungidos en esa plaza, Berenice ahora alcaldesa va a la diputación federal, y Héctor Teodoro, el delegado de la SEG, hizo transitar sin turbulencias la candidatura de su cercano Juan Diego Ramírez, pero además se dio el lujo de garantizar a su esposa,  Leticia González, un lugar seguro en el cabildo,  sin que se le conozca trayectoria política va en la segunda posición. Y confirmando que Sedeshu es un aparato electoral “azul”, la primera regiduría es para Francisco Daniel Cornejo, quien desde 2016 labora en las oficinas regionales de esa institución.

En Santa Catarina, nadie le disputó a Sonia García su aspiración de reelegirse. En la sindicatura lleva a Gumersindo Moya, quien actualmente atiende dos locales de venta de bebidas alcohólicas y es papá de un edil. En las primeras regidurías  aparece la asistente del oficial Mayor y  personas de  comunidades. El bajo perfil de su planilla revela lo obvio: concentrar en ella el poder otros tres años, sin mayor contrapeso que le ate las manos.

En Atarjea repite María Elena Ramos, con una planilla cómoda, en las primeras posiciones hay un albañil, una ama de casa y una ex directora de Obras Públicas que aspiraba a la candidatura. Y es que en ese  poblado todo es tan “apacible” que  los grillos de siempre, sin ningún pudor hasta se pueden dar el lujo de ser juez y parte. Por ejemplo, la dirigencia del PAN y la presidencia del consejo del IEEG están en manos de  dos hermanos, de apellido Rivas Tello.

En Xichú, Diego Sinhue fue muy rudo con la alcaldesa Guadalupe Esquivel, de último momento la bajó de la nube en que andaba y le dejó todo el negocio a Perfecto González, quien ya ha sido alcalde dos veces y ahora impuso de candidata a su pareja, Florina Zarate,  ella labora en presidencia desde hace 15 años y cuando menos las últimas tres administraciones en tesorería, desde donde  le opera y cuida las espaldas en los múltiples negocios que este ex alcalde y contratista hace con el dinero público.

El extraño caso  de San Luis de la Paz

Algo de mucho peso tuvo que pasar por el escritorio del gobernador y  de los mandones del PAN para decidir dar tantas facilidades al intento de reelección  del  priísta Gerardo Sánchez.

Siendo San Luís de la Paz el municipio que concentra el 42% de la población regional, ubicado en la estratégica carretera federal 57, con empresas nacionales y trasnacionales en su territorio, con un presupuesto anual que supera los 300 millones de pesos, pero además con un voto duro panista notable y una militancia sólida, resulta inusitado que cada paso que da rumbo a la elección es para perder.

Primero bloquearon sus  cartas más fuertes para jugar con una opción débil, Adriana Patricia Olvera; y ahora, deliberadamente están socavando su estructura interna. Esta extraña labor de autodestrucción es comandada por el esposo de la candidata, Alejandro Martínez, dirigente local del partido y a la par funcionario en las áreas sórdidas de Secretaria de Gobierno.

Se ha roto a tal grado la institucionalidad partidista que integrantes del comité municipal aseguran que ni las llamadas les toma y que traicionando previos consensos armó una planilla a modo,  incluyó en  la cuarta regiduría a su cercano amigo Anselmo Rivera que hasta 2019 no aparece en el padrón de militantes. También lleva un lugar su hermana Sara Ivett Martínez, empresaria en el ramo de la organización de eventos sociales, y  mediante esa maniobra tan de moda de utilizar la equidad de género como simulación para negociar posiciones y seguir beneficiando a los hombres, la primer regiduría le fue dada a Irma Sánchez Cano, esposa de Rubén Urías, ex dirigente municipal del PAN y eterno aspirante a la alcaldía. 

Por los hechos que se observan, todo apunta a que  Alejandro Martínez, fiel a los usos y costumbres oscuros de la ultraderecha con la que se identifica, trae la encomienda de dinamitar por dentro a su propio partido, y así facilitarle el camino al candidato priista, quien de ser reelecto saldrá a decir que ganó por méritos propios, aunque la realidad es que el propio PAN le está poniendo la alfombra.

¿De qué oficina estatal o nacional habrá llegado esa orden de jugar a perder?, ¿y a cambio de que? 

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