Sábado, 11 Enero, 2025

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Protección Civil deficiente…

Divisadero
Opinión

Eliazar Velázquez - Divisadero

Protección Civil deficiente…

En la Sierra Gorda hacía mucho que no llovía tanto. Los cerros escurren en abundancia, renacieron cascadas y corrientes que se habían debilitado. Se escucha decir: “Ora’ sí ha llovido como más antes”, “estamos socorridos de agua…”.

Pero esta circunstancia también ha multiplicado los relatos respecto a la limitada capacidad de respuesta que se tiene localmente en materia de protección civil y mantenimiento de caminos vecinales, y eso que los Ayuntamientos no cargan ni en sus finanzas, ni en su plantilla, con la responsabilidad de mantener en buen estado las vialidades estatales que desembocan a las cabeceras, esas están a cargo de la Secretaría de Infraestructura, Conectividad y Movilidad (Sicom) que licita su ‘conservación rutinaria’ -en algunas rutas incluye también arterias locales- por lo que la empresa beneficiada con el contrato se encarga mediante una cuadrilla y una volanta (camioneta que hace recorridos) de limpiar cunetas, podar rama, bachear, pintar, dar mantenimiento a los señalamientos, retirar animales muertos, árboles caídos, deslaves, piedras, todo lo que interfiera el tránsito vehicular. Lo único que está bajo la responsabilidad de los municipios son algunas conexiones interiores, que en varias alcaldías serranas todavía son mediante brechas, muchas de ellas sinuosas y accidentadas.

Sin embargo, a pesar de estar liberados del peso que significaría para un municipio atender la principal vialidad, ahora con las tecnologías digitales la propia gente hasta de los rincones más aislados se ha encargado de documentar la incapacidad de las autoridades para mantener los caminos de terracería en buen estado. Si cuando no hay contingencias muchos están deteriorados, con los temporales es un martirio transitarlos, y hay serias afectaciones a los vehículos y al patrimonio de las familias.

Pero no solo eso, ya en materia propiamente de la protección de la vida, toda esta temporada de lluvias en redes sociales pobladores de municipios como Xichú han documentado como ‘se la juegan’ atravesando ríos o sorteando caminos en mal estado. Una constante en todas esas historias es que casi siempre son los propios habitantes de la comunidad afectada y de las aledañas, quienes echan mano de sus reservas de solidaridad, y se las ingenian con sus camionetas, bestias mulares, con sus mecates y herramientas, para enfrentar esas adversidades.

Los cuerpos de Protección Civil sierra adentro son vistos como carentes de iniciativa, sin capacitación y sin planes para enfrentar contingencias. La gente no tiene la mirada puesta en ellos para resolver los problemas.

Y el temblor…

Si alguna señal faltaba para que los gobiernos locales revisen sus deficiencias en materia de Protección Civil, ésta llegó el domingo 5 de septiembre. Pasando las 9:00 de la noche se sintió el primer estremecimiento, apenas se estaba procesando la sorpresa cuando vino la segunda sacudida. Es probable que en siglos lejanos haya temblado en la sierra, pero no hay registro de un suceso de esa naturaleza ni en la memoria oral, ni en las crónicas de los antiguos o modernos poetas campesinos, ni entre estudiosos que han documentado alguna faceta del rumbo, por lo que puede considerarse histórico este sismo reciente.

El hecho no es menor: en la estructura de pensamiento de la población hasta ahora prevalecía un sentimiento generalizado de que además de estar alejados de los epicentros más conocidos, los imponentes cerros otorgaban a los habitantes un manto protector, pero en unos segundos esa ancestral noción fue desbaratada por ese grito extraño y misterioso de la tierra, que aún siendo apenas perceptible, fue suficiente para dejar en claro que también esta región montañosa es vulnerable a los temblores.

Si actualmente los cuerpos de Protección Civil no están a la altura de la realidad, más rebasados se verían frente a desafíos de otra magnitud que nadie desea, pero que tampoco son improbables. Los ayuntamientos entrantes tienen en este tema un serio reto y una oportunidad para demostrar si traen ánimo de trabajar…

Tarjetita a la secretaria de Gobierno…

Esta semana en las redes sociales de San José Iturbide hubo expresiones de inconformidad por la instalación de una estatua de Agustín de Iturbide. Fue colocada en el mismo espacio donde en 2010, con motivo del Bicentenario, se erigió una polémica escultura que costó cinco millones de pesos, a esta fecha la gente se sigue preguntando qué es esa figura, hasta aventuran que por su forma circular alude a la O de Oliva quien gobernaba entonces.

Esta ocasión, la molestia ciudadana es porque mientras ese pueblo adolece de servicios de calidad y dicen que ya hasta debería llamarse ‘San José de… los baches’ por lo deteriorado de sus vialidades, a días de terminar su cuestionado periodo el Ayuntamiento gastó en esa estatua cerca de un millón de pesos.

Pero el agravio no para ahí, luego de ser instalada la gente se dio cuenta que en uno de los costados del caballo que sostiene al personaje está cincelada la figura de un gallo. Se le conoce esa afición al alcalde Genaro Zúñiga, pero si durante su Administración fue un exceso convertir edificios públicos en palenques, este desplante no solo carece de límites racionales, sino que borda en posibles violaciones a la responsabilidad legal que las autoridades tienen respecto a los símbolos y personajes históricos.

Aún cuando lo cierto es que Agustín de Iturbide para la mayoría de la población no significa un referente en el que se reconozca, y más bien ese intento de visibilizarlo parte de un núcleo elitista conservador de la localidad que son quienes le rinden culto, por tratarse de una iniciativa oficial ya se verá si la secretaria de Gobierno, desde su área encargada de velar por los valores cívicos, toma cartas en el asunto, o permite la desmesura de que en esa estatua se inmortalice la afición a los gallos del alcalde morenista.

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