Regreso a clases, disyunción existencial
Hoy terminan las vacaciones de Semana Santa y los hogares guanajuatenses deben prepararse para el último segmento de clases antes del cierre del ciclo escolar. A juzgar por las condiciones sanitarias imperantes, las clases seguirán desarrollándose en la “modalidad virtual”, bajo el esquema incierto de educación a distancia.
Sin un sistema de protocolos claros de rigurosa observancia y con el dominio de una falsa sensación socio-emocional del peligro de la pandemia, levantar ahora el confinamiento escolar podría ser catastrófico. La misma SEP ha dispuesto, con base en el comunicado del pasado jueves 8 de abril, que las clases de forma presencial ocurrirán en semáforo verde, serán voluntarias y sujetas a acuerdos con padres de familia y maestros.
Por lo expresado, pareciera que la maestra Delfina Gómez, Secretaria de Educación Pública, quiere y no quiere el regreso a las aulas, pues decir que “se está en disposición de convenir con madres, padres de familia y docentes las medidas pertinentes para el mejoramiento y desarrollo de las comunidades de aprendizaje”, parece indicio de falta de preparación para el regreso.
De igual forma el boletín oficial de la SEP establece que los padres de familia que decidan llevar a sus hijos a las aulas “se deben responsabilizar de aplicar y respetar las medidas de higiene y prevención establecidas por las autoridades educativas y de salud”, sin embargo esta evasión institucional de responsabilidad protectora concentra una connotación inhibidora y desmotivante de una vuelta segura a los salones de clase, pues no se puede dejar tan importante decisión bajo cuenta y riesgo de las familias.
Además, considerando que nuestra entidad aún se encuentra en semáforo amarillo y sin un estudio serio que permita conocer las condiciones sanitarias imperantes para un regreso seguro de nuestros niños, niñas y adolescentes a las aulas, es casi seguro que este ciclo escolar concluya vía internet.
Sin lugar a dudas que el Sistema Educativo del Estado aprovechará la laxitud de las medidas oficiales de la federación para preservar a nuestros menores, ya que, aunque no se les considera población en riesgo, si puede ser que con la interacción escolar sean instrumento de acceso del virus a la familia. Aunado a lo anterior la SEG deberá considerar asimismo los márgenes de riesgo del personal educativo y las carencias de la estructura escolar para garantizar la existencia de condiciones sanitarias adecuadas en los planteles.
Ciertamente que el agotamiento y la vulneración de la integridad emocional del alumnado se encuentran al límite, sin embargo, de no cuidar los detalles garantes de una reintegración segura a las aulas estaríamos ante la comisión de actos de negligencia de alto riesgo. Asimismo, responsabilidad obliga para que, al decidir el regreso a las aulas, se diseñe un programa de reinserción social para cuidar que la interacción escolar se dé en ambientes de armonía y respeto, controlando los factores de riesgo de la nueva convivencia.
Uno de los retos a vencer para transitar hacia una nueva realidad escolar, será la determinación del nuevo modelo cultural que haga converger a docentes, alumnos, padres de familia y personal directivo en hábitos de higiene y conciencia del autocuidado para preservar la salud individual y colectiva. Los retos complementarios serán diseñar un programa intensivo de recuperación académica que contrarresten las brechas de aprendizaje y un modelo de atención psico-afectiva que restaure la salud emocional.
Uno de los retos a vencer para transitar hacia una nueva realidad escolar, será la determinación del nuevo modelo cultural que haga converger a docentes, alumnos, padres de familia y personal directivo en hábitos de higiene y conciencia del autocuidado para preservar la salud individual y colectiva. Los retos complementarios serán diseñar un programa intensivo de recuperación académica que contrarresten las brechas de aprendizaje y un modelo de atención psico-afectiva que restaure la salud emocional.
La crisis existencial de la pandemia germinará un nuevo sistema de paradigmas, una nueva era.