Sábado, 11 Enero, 2025

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Retomar el camino, todos a la escuela

La mesa del rincón
Opinión

Leon Ruiz - La mesa del rincon

Retomar el camino, todos a la escuela

Sumergidos en la vorágine más virulenta del Covid-19, ya en su tercera ola, todo está “listo” para volver a las aulas de manera presencial, aunque sujetos a mecanismos muy estrictos de control vía semáforos municipales y de escuela, para una contención inmediata en caso de contingencia sanitaria. Asimismo, aún prevalece la incertidumbre sobre la responsabilidad en la toma de decisiones sanitarias, administrativas y académicas del retorno a las aulas, en caso de que por este motivo se vean expuestos nuestros niños, niñas y adolescentes.

Sin lugar a dudas que la cancelación de la “carta responsiva” por parte de la Federación libera a los padres de familia, sobre la responsabilidad absoluta del riesgo, sin embargo no cubre el espectro garante de la bioseguridad de nuestros menores ni delimita legalmente la responsabilidad que la medida representa. Aunado a lo anterior, las dudas y desconfianza en los estándares sanitarios por parte de padres de familia, estudiantes y sociedad en general, se deben a la falta de seriedad gubernamental sobre el tema, ya que sigue prevaleciendo como política pública la evasión y engaño en las disposiciones oficiales.

De igual forma, el establecimiento de protocolos y filtros sanitarios comprende únicamente un proceso muy esquemático de ingreso, estadía y salida de las instalaciones escolares, pero no trasciende hasta los escenarios de movilidad e interacción social obligada que padres de familia y menores deben cubrir en el trayecto de la casa a la escuela. Ciertamente que parece injusto, pedir que la autoridad educativa asuma una responsabilidad total del proceso del desconfinamiento, sin embargo, al disponer oficialmente la reapertura de escuelas deberían ser responsables de las secuelas colaterales que esto implica.

Bajo este contexto, la decisión de lanzar a los niños a tomar calle para acudir a la escuela, justo cuando los índices de contagio mantienen un promedio nacional superior a los 20 mil por día y registro de fallecimientos superiores a los 800 tan solo el viernes pasado, es contrastante con los indicadores reinantes en aquel, ya muy lejano, 16 de marzo del 2020 en que se decidió suspender clases para evitar exponer a los estudiantes en general. Ahora con una experiencia y supervivencia de 17 meses sorteando el peligro de este virus pandémico, pareciera que estamos listos para enfrentarlo sin miedo a morir o caer enfermos, pero aunque hayamos normalizado caminar entre el peligro, la muerte acecha igual para todos.

Este 30 de agosto todos a la escuela, sí, pero cual prueba de fuego amerita extremar precauciones, pues estaremos abriéndonos plenamente al riesgo, sí las escuelas y sus condiciones cuidadas lo mejor posible, pero las condiciones de hacinamiento, roce y transmisión aérea de todo tipo de exhalaciones y humores corpóreas será inevitable en el transporte público o en la interacción vial de la calle, la plaza o el mercadeo. En fin que ahora más que nunca hace falta dar muestra de la disciplina del autocuidado y la protección de los demás con una cultura sanitaria superior.

Hasta ahora ha sido público el actuar del gobierno en los preparativos y dispositivos logísticos y administrativos del regreso a las aulas, pero para que realmente valga la pena correr el riesgo habrá que verificar el plus de una verdadera reforma académica que respalde la necesidad de la presencia física, que sea un nuevo modelo muy innovador en el abatimiento de las brechas del aprovechamiento y la mejora real del aprendizaje, no un simple salir por salir.

Esperemos que todos como sociedad comprometida con nuestras generaciones futuras, hagamos nuestro mejor esfuerzo para cuidar la bioseguridad de nuestros hijos, para que sean mitigados los factores de riesgo socioemocional y para que su adaptación a la nueva realidad sea un hecho y no falacia mortal.

El futuro de una sociedad lo construimos todos, bajo la batuta de un gobernante integrador y visionario.

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