Viernes, 10 Enero, 2025

15 ℃ Guanajuato

Soñar con antígenos cuidando enfermos sin exclusión

Rosa de los vientos
Opinión

Editor Web

Soñar con antígenos cuidando enfermos sin exclusión

Lo diferente: “Con apenas 81 habitantes que ocupan 30 casas, Santa Magdalena Jicotlán, en el estado de Oaxaca, es el municipio menos poblado de México, aunque su mayor gesta es no tener el coronavirus entre sus vecinos a casi un año del inicio de la pandemia en el país (…) Según el censo de 2020 dado a conocer recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el municipio cuenta con 81 habitantes, una cifra inferior a los 93 del censo de 2010 (Agencia EFE en la Mixteca de la entidad).

Guanajuato debe ser la “punta de lanza” de una estrategia más humana “por las vidas”, con medidas que podrían ser más efectivas en contra de  los contagios: erigir hospitales en varios municipios para captar y atender las personas con síntomas similares provocados por el coronavirus y, a partir de ahí, hacer las distribuciones para los diversos niveles de atención. Se requieren equipos especiales del sector salud, en alianza con la autoridad municipal, para que salgan a las calles a fin de detectar enfermos, pues los niveles de dispersión de la enfermedad siguen creciendo.

A pesar de varios meses de experiencia internacional obtenida por las autoridades mexicanas antes de que el coronavirus tocará su territorio, las respuestas inmediatas se limitaron a las actividades de rutina con un solo ingrediente: “adecuar” los hospitales especializados covid-19. Dejaron intocada la preparación de los gobernados para una crisis que la Organización Mundial de la Salud (OMS), insistía de consecuencias fatales, en especial cuando clasificó a la enfermedad como “Pandemia”.

La austeridad o el intento de hacer ahorros en la administración pública federal, las estatales hasta las municipales, sirvieron para la utilización de una metodología del “espejo”: no moverse mientras nos llegaba la calamidad que se anunció con efectos directos contra la salud como indirectos en la economía, que podría arrasar con nuestros sistemas de vidas. Ante tanta información, siguió dominando el viejo concepto de la medicina privada, de que el paciente busque al equipo médico. Dominó, se peregrinó con lo que “se tenía” sin prepararse para la adversidad.

Ahora con los registros de las defunciones nacionales y estatales, se está cayendo en la conciencia del trabajo que no se hizo, porque la cantidad de muertos en casa superó alrededor del 10 por ciento desde la aparición de la enfermedad y va en aumento en 2021, de acuerdo a la numeraria preliminar presentado el cierre de semana por el titular de Salud de Guanajuato, Daniel Díaz Martínez. En enero el total de víctimas en ese rubro fueron 274 defunciones por causa de la COVID-19; mientras en 2020, al menos, se sumaron 671 guanajuatenses.

Existen muchas lagunas respecto de la atención en los hogares, porque los contagios pudieron multiplicarse, incluso poner en riesgo la seriedad del promocional “Quédate en casa” como medida sanitaria más eficaz. Después de que la autoridad sanitaria captó a los contagiados, los deja salir a la calle para atenderse en su domicilio, en donde el manejo del paciente será una especie de “misión imposible”, pues podría sobrevenir la reproducción de la enfermedad.

No existe en la crisis lugar para la improvisación ni para tener enfermos en las viviendas, pues propiamente serían los “condenados” a no recibir los apoyos que por norma y emergencia mundial debieran. Eso debe de terminar, basta de que madres y padres de familia estén en las filas por oxígeno medicinal que requieren sus enfermos, o los hijos haciéndolo por los padres. Una cadena humana expuesta a un “mercado bárbaro”.     

Guanajuato debe ser la “punta de lanza” de una estrategia más humana “por las vidas”, con medidas que podrían ser más efectivas en contra de  los contagios: erigir hospitales en varios municipios para captar y atender las personas con síntomas similares provocados por el coronavirus y, a partir de ahí, hacer las distribuciones para los diversos niveles de atención. Se requieren equipos especiales del sector salud, en alianza con la autoridad municipal, para que salgan a las calles a fin de detectar enfermos, pues los niveles de dispersión de la enfermedad siguen creciendo.

Gracias a la cultura de la vacuna, de la cual ha dependido la humanidad, nuestros gobiernos están en el “camino de la perdición”, poniendo todos los huevos en la canasta de los antígenos, incitando con ello “La Gran Brama” por los biológicos. Un tema para la política partidaria-electoral en 2021 y una “incipiente” política orbital, cuestionándose por cuáles de las potencias nos echarán una mano con vacunas en la crisis. Al encarar los contagios y decesos, la autoridad, continúa en la espera, sumando los problemas hasta efectos perversos de una clase política insensible.

Los gobiernos en el país producen una grilla política insana, que apunta hacia un intento de intensificar el “divisionismo” por medio de la adquisición, distribución y aplicación de los antígenos. Curioso, con la idea, táctica de posición primitiva de los políticos, no saben que están en manos de “trucks” productores de medicamentos, cuyos capitales están ligadas a las potencias mundiales que van vacunando más gente, cuyos gobiernos han enarbolado el “principio de nacionalidad”.

Cuando llegó la “moda” de la prueba del exudado retronasal y laríngeo, los gobiernos no se preocuparon por una aplicación en población abierta, anteponiendo argumentos como su cierta ineficacia, producto de las etapas de desarrollo del coronavirus. Se evitaron las compras y se racionalizaron sus aplicaciones. En la misma ruta está la atención a enfermos cuando se envían a las casas o se aplica ese abandono, sin la una mirada de los profesionales; método que no está en mano de los médicos ni enfermeras, sino de quienes ejercen el poder público.

Más allá de una “condena oficial” a los contagiados, una condición de exclusión o marginación, las autoridades tendrán que superar un papel defensivo que se traduce en no moverse a pesar de la tormenta. No se olvide que en el estado de Guanajuato se están suspendiendo muchas festividades para evitar aglomeraciones que conlleven a la fatalidad. El libre albedrío es la ilusión óptica de parte del orden político, cuando las necesidades apremian, ni tampoco ha habido indulgencias para quien o quienes han sacrificado sus pueblos.

Al calce. El rasgo más sobresaliente de un juego que está ganando el “nuevo poder” que se erigió en la pandemia, las firmas productoras de vacunas, que como barcos piratas traen banderas de las potencias, es la entrega de dosis. Desde el 24 de diciembre del año pasado al 15 de enero del presente, con base en las cifras de la Secretaría de Salud del gobierno federal, se aplicaron al personal de primera línea en los hospitales, 468 mil 362 primeras dosis. Los receptores debían haber completado su esquema el pasado 5 de febrero. Pero sólo se aplicaron 64 mil 246 segundas dosis. El retraso de vacunación, 404 mil 116.

Temas

  • Israel López
  • Rosa de los vientos