¡Va por el personal médico del sector salud!
Ante la Pandemia de Covid-19, que azota a nuestro país, es justo y merecido hacer público y dejar constancia de nuestro reconocimiento y gratitud a todo el personal que labora en la primera línea de atención a la salud de los mexicanos. Debemos reconocer que el valor supremo de la humanidad es la preservación de la especie, la Vida.
Ante la urgente y grave situación que se presenta, por el incremento exponencial de contagios en nuestro estado de Guanajuato y en nuestro país, es un deber ciudadano, sin renunciar a la crítica y el análisis, comunicar de forma clara y sin provocar pánico en la población, hacer un llamado general, para que observemos con mayor cuidado, las medidas de prevención, como son: el uso de cubrebocas, desinfección de espacios, lavado de manos, evitar concentraciones de personas, mejorar nuestros hábitos de alimentación, evitar salidas innecesarias, y hacer eficientes los controles sanitarios en los lugares públicos.
Las autoridades, en sus tres órdenes de gobierno, están tratando de controlar el avance de esta pandemia pero se están viendo rebasadas ante el incremento exponencial de casos de contagios, pues ningún sistema de salud en el mundo estaba preparado para una emergencia sanitaria de tales proporciones.
Resultan insuficientes los hospitales, las camas, los ventiladores, y sobre todo el personal médico de primera línea que está atendiendo a los enfermos. Nada vamos a ganar con atacar al gobierno, en este momento de suma urgencia. Por el contrario, es ahora de que nos sumemos al esfuerzo que realiza el personal de salud, para lograr contener la enfermedad.
Es en este punto donde debo hacer un mayor énfasis en esta colaboración. Son ya varios los llamados del personal médico del sector salud y de enfermeras, que piden a gritos que atendamos sus recomendaciones.
Es frustrante para ellos, ver como arriesgan su vida y la de su familia, con los limitados recursos, con guardias exhaustivas y el estrés médico, que poco a poco va mermando su salud mental, ante los grandes retos que enfrentan: desbordamiento de la demanda asistencial, riesgos de infección, insuficiencia de los equipos hospitalarios, exposición al desconsuelo de los familiares de pacientes que mueren en aislamiento al no poder acompañar a sus seres queridos infectados.
Para ayudar a la población que contrae la enfermedad, enfrentan además dilemas éticos y morales al tomar decisiones complejas, en un breve tiempo que les generan culpa; todo ello les provoca reacciones emocionales, cognitivas, físicas y conductuales, difíciles de controlar. Mientras, en la calle ven como la mayoría de la gente no atiende las recomendaciones.
Necesitamos que también los cuidemos a ellos, para que puedan seguir contagiando salud a la población. Por esto les dedico este espacio, para hacer un amplio y merecido reconocimiento a todo el personal médico, epidemiólogos, enfermeras, camilleros, urgencistas y demás recursos humanos que laboran en el sector salud, quienes también se han visto afectados y disminuidos. Que aun así continúan trabajando sin descanso ante esta grave situación, los desafíos y las falencias que enfrentan, por la subinversión crónica durante décadas, de los gobiernos, en el sector salud, que ahora están pagando con sus vidas, por este descuido.
Es alarmante el número de personal de salud que ha fallecido por contagio de esta enfermedad, por estar en contacto directo, atendiendo pacientes.
Sin duda los convierten en héroes de la salud para nuestra población, que bien merecen nuestros reconocimientos, pero que este se traduzcan también en estímulos económicos y recompensas, no sólo en palmaditas en la espalda.
Es necesario que nuestras autoridades se den cuenta que es necesario invertir en salud para prevenir y estar preparados ante estas pandemias. Lograr una población sana, es sin duda, ni temor a equivocarse, una decisión clave, correcta en cuanto a costo-beneficio.
Es momento de que redimensionemos la importancia del personal médico y de salud brindándoles mejores salarios, prestaciones económicas y laborales. No es comprensible que gane más un político corrupto, como nuestros diputados, que un profesionista o un médico que se han quemado las pestañas, que hacen guardias nocturnas exhaustivas, que permanecen en la primera línea del frente de batalla contra la pandemia.
Va desde aquí mi agradecimiento y solidaridad con su causa. Si no cuidamos a nuestros médicos, al personal de salud en general y les reconocemos sus méritos, su importancia, pronto no habrá ya más profesionales de la salud que estén dispuestos a arriesgar su vida, por salvar a la población, inconsciente, que de manera temeraria, e irracional, se expone al contagio de rebaño, en fiestas o concentraciones masivas.
No deja de ser alarmante que al cierre de edición, el día viernes 4 de diciembre del año que termina, veamos en el total de fallecidos reportados en el país más de 108 mil muertos; y de 1 millón 144 mil 643 casos confirmados de contagios.
En nuestro estado se encuentran reportados cerca de 4 mil 355 muertes acumuladas, tan solo ese día 61 muertes, la cifra más alta en lo que va de todo este año; con 67mil 378 sesenta y 7 mil 378 casos de contagios; reportando además un 44% de ocupación de camas de hospital, lo que resulta en sólo 969 camas disponibles, de las cuales sólo 609, contarán con ventiladores.
Cito estos datos no para alarmar a la población, sino para dimensionar la gravedad del problema y la necesidad de que tomemos conciencia de la situación, no arriesguemos nuestras vidas.
Sabemos que no podemos, ni queremos volver a un confinamiento total de tener un semáforo en rojo, que paralice la economía, con riesgo de un colapso económico; pero tampoco debemos de relajar las medidas de prevención, sobre todo, en estas fechas donde estamos acostumbrados a llevar a cabo y celebrar nuestras fiestas de fin de año.
Busquemos nuevas maneras de demostrar nuestra cercanía, humanidad y fraternidad. Todos a redoblar las medidas sanitarias de prevención de contagios.