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Vaciar los bolsillos

Economía y Sociedad
Opinión

Héctor Andrade Chacón - Sociedad y economía

Vaciar los bolsillos

Resulta inquietante cómo el gobierno de la Cuarta Transformación, ahora sí, ante la posibilidad de perder la Cámara de Diputados ya esté pensando en formular una reforma fiscal, donde aumenten los ingresos de la administración pública federal, pero tomando como escudo la demanda de los estados por más recursos para su propio desarrollo.

Arturo Herrera Gutiérrez, secretario de Hacienda y Crédito Público, ya puso en la mesa la necesidad de esta reforma, rechazada por el presidente Andrés Manuel López Obrador durante los primeros tres años de su gobierno, seguramente por el deseo de no tener rechazo social antes de las elecciones intermedias. El guardián de las finanzas nacionales lo dice con crudeza, en septiembre proponer la reforma y sacar más ‘lana’ a los contribuyentes ya desde 2022.

La reforma tributaria, según plantea Herrera Gutiérrez, deberá discutirla la nueva legislatura en la Cámara de Diputados, donde posiblemente no tenga la actual mayoría Morena y sus aliados, pero donde es probable que tengan lo suficiente para rasguñar su aprobación, por propia gestión u obteniendo los votos faltantes de algún partido opositor. Obviamente la responsabilidad política de esta reforma fiscal, se dejará caer a los opositores, para cumplir los sueños de los gobernadores de sus partidos en los estados, que piden más dinero.

No hay que olvidar que, al momento, viene otra elección para el año próximo en forma de consulta: el presidente de queda a terminar su sexenio o se va. Y el alza de impuestos le podría golpear, por lo cual es mejor repartir la toma de decisiones y la responsabilidad ante los electores. Veremos si los partidos de oposición toman ese peón envenenado, sucumbiendo a sus gobernadores.

Ahora bien, del lado de la población, sería menester preguntarse si está en posibilidad de “aumentar” su cuota de contribuciones al gobierno federal y a los estados, luego de dos catastróficos años en materia económica por causa de la pandemia de covid-19. Es apretarse más el cinturón para cumplir con las nuevas obligaciones que se impongan a fin de que el presidente tenga más dinero en sus manos y una bolsita a los estados y municipios. Es decir, fortalecer antes al gobierno que a la población, con la zanahoria del aumento de los apoyos sociales. Las cuentas de la lechera antes de revivir a la vaca.

Arturo Herrera cita que es necesario hacer una “reflexión profunda” sobre si los niveles de ingresos actuales son los que la nación requiere a mediano plazo. La reflexión previa podría ser si la población tiene los ingresos necesarios para sostener a un gobierno federal que ha quedado mucho a deber en todo, por sacar algunos afanes personales del Palacio Nacional. Entiéndase que la nación de la que habla el secretario de Hacienda, en realidad es el gobierno y no su población.

Bien podría preguntarle al sector zapatero si está dispuesto a pagar más impuestos. El presidente ejecutivo de la CICEG, Alejandro Gómez Tamez, ayer marcó que mientras en el sector formal se perdieron alrededor de 15 mil empleos en la industria del calzado derivado de la pandemia, en el sector informal la cifra puede oscilar entre los 22 mil y 25 mil. Además los insumos para la producción aumentaron su costo y la rentabilidad se redujo.

Así las cosas, la política impositiva federal, como se ve, es totalmente palacio.

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