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“Pierden su infancia”, lamentan padres ante posible adicción de sus hijos a los videojuegos

El uso de videojuegos para muchos especialistas representó un cambio considerable en la conducta de niños y jóvenes
Vida Pública

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“Pierden su infancia”, lamentan padres ante posible adicción de sus hijos a los videojuegos

El uso de videojuegos para muchos especialistas representó un cambio considerable en la conducta de niños y jóvenes

Staff Correo

**Con información de Nayeli García, Jazmín Castro, Yadira Cárdenas / Daniel Moreno / Jonathan Juárez

Guanajuato.- Tras la pandemia, el uso de videojuegos ha generado un efecto negativo en los niños. Así lo lamentan padres de familia, quienes consideran que los menores han adquirido una adicción a la tecnología.

En muchos casos, el tiempo libre que tuvieron niños y jóvenes al estar encerrados lo ocuparon con el uso de videojuegos. Esto, para muchos especialistas representó un cambio considerable en su conducta, ya se vuelven dependientes de los videojuegos.

La adicción a los videojuegos presenta varios síntomas, los cuales dependerán en gran medida del grado de adicción y la personalidad de la persona. Los más comunes son: aislamiento social, pérdida de la noción del tiempo o incluso cambios de humor.

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Señales de alarma

Para los niños el no contar con dispositivo o retirarlo, les genera también un síndrome de abstinencia, además de que lloran de manera desbordada.

“No hay nada que los pueda consolar y se puede detectar como señales de alerta cuando prefieren usar el dispositivo y no buscan jugar entre pares. O se puede detectar que avientan o empujan y hace rabieta al no tener los dispositivos”, mencionó la psicóloga Ivette Castro García.

De no atender a tiempo puede crecer con dificultades en su desarrollo y relaciones, dijo que “la niñez no determina, pero marca”.

Ante ello, se tiene que hacer uso responsable de los dispositivos electrónicos y su uso ser menor a dos horas. Además, los padres deben convivir con sus hijos para que crezcan con salud mental y emocional.

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Víctor aumentó su tiempo de juego

La pandemia acercó aún más a los niños al uso de videojuegos. En algunos casos se volvió una adicción y en otros con la atención de los padres se pudo controlar.

En el caso de Víctor, un niño de 10 años, al entrar a clases presenciales sus padres pudieron reducir el tiempo dedicado a este tipo de juegos; además de incluir otras actividades. De lo contrario, podría pasar todo el día delante de la pantalla.

El “tiempo libre” que tuvieron niños y jóvenes durante la pandemia al estar en confinamiento fue “ocupado” en los dispositivos móviles y electrónicos. En la mayoría de los casos, el uso de videojuegos, de acuerdo a especialistas, en muchos casos causó estragos en el comportamiento de los menores, al convertirse en una “necesidad”.

Sin embargo, en otros se logró mantener un control. En el caso de Víctor, uno de sus juegos favoritos es Minecraft, que consiste en la construcción de tipo “mundo abierto” y la supervivencia.

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Midieron su tiempo 

Reyna, mamá de Víctor, señala que durante la pandemia el uso de videojuegos aumentó en el pequeño aunque de manera controlada.

“Cuando las clases eran en línea si aumentó un poquito más de los videojuegos. Si por ejemplo antes de la pandemia jugaba una hora por ejemplo a lo mejor durante la pandemia jugaba dos o tres horas al día. Sí aumento su juego y creemos que no considerablemente porque como papás si tratábamos de controlar que no pasara tanto tiempo en los juegos, claro que si por él fuera desde que se levantaba hasta que se dormía estuviera jugando”.

Con el regreso a clases presenciales, se buscaron otras actividades fuera de casa, natación, futbol, entre otras; dando también oportunidad a los videojuegos en menor tiempo.

“No consideramos que se convirtiera en un problema porque siempre buscamos controlar su uso, ahora sabe que la prioridad son la escuela y sus deberes, y de ello depende el uso de la consola”.

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Juegos prohibidos

Juan de 12 años, vecino de Celaya, disfruta de los videojuegos cuando tiene rato libre, pero sus padres le han enseñado a no jugar los que contienen mucha violencia.

Señaló que antes de los videojuegos preferiría jugar en la calle, pero no tiene vecinos que ronden su edad, a pesar que frente a su casa tiene un área deportiva.

Su mamá señala que al pequeño le han prohibido los juegos violentos, pues se quedó impactada del contenido.

“Una ocasión observe a unos niños de la edad de mi hijo que estaban jugando uno de esos que tenían armas y descabezaban a los contarios y los descuartizaban”. Por ello consideró que son factor para incrementar la violencia que se vive cada día.

‘Pegada’ al celular

Juan Ortiz, padre de familia, considera que la pandemia y la educación a distancia provocó que su hija de 10 años de edad se pase gran parte del día ‘pegada’ a un celular.

“Como se quedaban en la casa era insuficiente el que ellos intentaran jugar con la bicicleta o con las mascotas”.

Añadió que, conforme el tiempo transcurría, su hija poco a poco aumentaba la cantidad de horas en los juegos. Siempre buscaba la forma de que, al concluir con sus clases virtuales, inmediatamente se ‘metiera’ al juego.

Actualmente al estar en la modalidad de clases presenciales, y de que se le exige realice su tarea y quehaceres de la casa, los efectúa lo más rápido posible para poder estar pegada a un celular. Por lo que considera, que su hija se les está ‘yendo’ su infancia.

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Pablo recurre a la violencia por frustración

Cuando ‘Pablo’ no logra cumplir una misión en el videojuego sufre un ataque de ira que le producen periodos de violencia hacia la gente que los rodea y los objetos que están cerca.

Él apenas tiene 10 años de edad. Desde enero de este año a la fecha, los videojuegos se han convertido en una constante en el comportamiento violento que tiene el pequeño con sus padres y familiares.

Que un menor de edad use celular o un videojuego por tiempo prolongado provoca un deterioro en sus relaciones sociales, familiares y desarrollo. Sin embargo, para los padres de familia este no es un motivo de atención psicológica ante la posibilidad de una adicción.

La psicóloga Ivette Castro García comentó que son los mismos padres quienes en su búsqueda de mantener ‘entretenidos’ a sus hijos les acercan herramientas como tablet, celular, video juegos y otras tecnologías para que los niños pueden pasar horas.

Édgar, el papá de ‘Pablo’, compartió que el pequeño comenzó jugando los game boy, los juegos típicos y sencillos. Sin embargo, para el fin de año pasado, pidió a los ‘Reyes Magos’ un Nintendo switch, por lo que el 6 de enero, le llegó el regaló, lo cual complicó todo.

“El problema no era tanto la situación adicción, sino que luego se estresaba al grado que te gritaba, te pateaba o te quería hacer daño por no poder pasar una misión”, contó.

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Afecta la socialización

La especialista explicó que una de las principales consecuencias es que pasar más de dos horas ‘entretenido’ provoca en los menores pierdan la capacidad de relacionarse entre pares. Por ejemplo, actualmente es más complicado para un niño pedir a otros que lo junten para jugar, algo que en las generaciones pasadas era tan natural.

Actualmente, los niños podrían pasar más de cinco horas jugando y cada vez más frecuente, por lo que va mostrando signos o síntomas de que está generando una dependencia al juego y no a convivir.

“El impacto se ve en el momento de tener que establecer relaciones sociales entre pares y les cuesta muchísimo trabajo iniciar una conversación. Llegar y decir quiero que me junten a jugar, es más, se ve afectadísimo que ya no saben jugar los niños porque a veces ya no saben las reglas”, señaló.

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Violencia o estrés

Con la llegada del Nintendo, los papás de Pablo se enfrentaron al conflicto de comprar los cartuchos de juegos, los cuáles oscilan entre los 500 y mil 900.

Pablo quería los más costosos, los cuáles era imposible para sus padres poder estar comprando uno diferente cada semana, por lo que los conflictos se intensificaron.

“Mi hijo por alguno u otra circunstancia va al psicólogo y en la última plática que tuvimos fue que de una forma o manera de explotar es por los videojuegos. No puede pasar las misiones y se estresa; la frustración que siente no la desquita con él mismo o con el videojuego, sino con las personas que lo rodean”, contó.

La recomendación de la psicóloga fue retirarse los videojuegos que sean complejos para él para evitar que tenga episodios violentos y de estrés.

Aunque los papás de ‘Pablo’ han establecido límites para que pueda jugar, y tiene horarios, desde temprano comienzan las constantes peleas, pues a todas horas quiere jugar.

“Lo primero que hace al levantarse es checar lo que está pendiente en el videojuego. Se avienta una pelea con la mamá porque no quiere desayunar o no quiere cambiarse. Ya desayuna y viene otra pelea que agarra otra vez el juego y si lo interrumpen viene otra pelea; se va y regresa enojado de la escuela por el capricho de que quiere jugar”, compartió.

Los papás de ‘Pablo’ han intentado varias formas para quitarse ese apego a los videojuegos, pues le ha afectado en su vida social. Está aislado de la familia jugando. Sin embargo, no han podido.

Y es que, aunque le han quitado los juegos por una o dos semanas, agarra los teléfonos celulares y sigue jugando, “para el caso, es la misma”, resume su papá.

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El peligro de estar ‘conectado’

Si los menores de edad no dan un uso adecuado a sus teléfonos celulares pueden caer en distintos tipos de riesgos, sobre todo, cuando hay una adicción a la tecnología.

De acuerdo con el psicólogo y orientador en San Francisco del Rincón, Germán Rocha, algunos de ellos son el ciberacoso, ciberbullying, exhibición de fotos, secuestro.

Agregó que de no haber una atención adecuada en el peligro que corren, menores de edad, sobre todo los adolescentes, quedan vulnerables.

“Ahorita todos tenemos un teléfono, y desafortunadamente los chavos no están preparados muchas veces preparados para utilizar los móviles que se conectan a internet, y esto se convierte en una socioadicción. Me ha tocado ver a papás que limitan a sus hijos en la utilización de los teléfonos, y se ponen muy nerviosos, como si les quitaran el oxígeno o la comida. Entonces, hay que educarlos en el uso de las redes sociales”, comentó.

El especialista manifestó que el uso de la tecnología inadecuadamente también ha implicado que actualmente a muchos les cuesta trabajo aplazar una recompensa, por lo cual buscan obtener las cosas en lo inmediato.

Consideró que lo anterior puede generar que no haya una formación adecuada que les puede afectar en su futuro.

“A través de las redes sociales se cometen muchos delitos para los jóvenes, que si no están preparados dan accesos a muchas situaciones de riesgo. Por eso es muy importante que acudan a las escuelas, porque el no ir a la escuela durante la adolescencia, es un factor de riesgo”, comentó.

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