Saturación de vehículos en Guanajuato ‘desquicia’ tránsito local; hay más de 2 millones circulando

El parque vehicular de Guanajuato ha aumentado de manera exponencial; hay más de 2 millones de unidades circulando

Óscar Jiménez
León.- Dos hombres llevan toda la tarde bajo el rayo del sol, ataviados en un traje café que simula un nomex. Hacen tareas repetitivas, pero coordinadas: uno pinta con blanco una línea para la señalética de la calle que divide el carril y el otro lo acompaña detrás echando puños de cal -casi al azar y a donde caiga- para intentar que aquello selle. Lo hacen una, otra, y otra vez.

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Los tipos que, inclusive, hacen uso de una careta para evitar el esparcimiento del polvo blanco que van aventando por ahí, están bajo una tarea titánica: delimitar una nueva ciclovía en una ciudad ‘cochista’.

No es un caso aislado, realmente el estado de Guanajuato, aunque ha intentado propiciar el uso de algunos otros medios de transporte como la bicicleta, ha tenido una potencialización del auto y la motocicleta durante las últimas dos décadas, lo que se ha traducido en un ‘engrose’ del padrón vehicular.

Por su parte, del autobús como medio de transporte público, nadie parece haberse acordado. De ahí que la ‘hazaña’ de aquel par de hombres, bajo pleno rayo de sol, se vuelva una odisea mientras los coches pasan tan repetitivamente por un costado, tal como ha sido su coordinación para delimitar el área.

Parque vehicular, INEGI

Aquello de que Guanajuato ha sido testigo de un crecimiento potencial es comprobable mediante distintas cifras: por un lado, en el aspecto meramente poblacional, la entidad pasó de los 4 millones 663 mil 032 habitantes en el año 2000, a los 5 millones 486 mil 372 del 2010 y hasta los 6 millones 166 mil 934 registrados en el último censo del INEGI de 2020.

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Desde la otra arista, también ha crecido el padrón vehicular en demasía. Hoy en Guanajuato hay 2 millones 277 mil 319 vehículos circulando por sus municipios, considerando camiones, remolques, así como los dos que más han crecido en las décadas anteriores: las motos y autos sedán. En este mismo sentido, para el 2002 apenas circulaban 739 mil 619.

Solo en el registro del automóvil privado, el estado de Guanajuato pasó de tener 373 mil 222 en el año de 2002 al millón 177 mil 684, que se consideró hasta agosto de 2022. Esto actúa, prácticamente, como un contrapeso ante las recomendaciones ambientales, de movilidad, diseño de las ciudades, entre otras perspectivas.

Ciudades diseñadas para automovilistas

Ante ello, el profesor e investigador especialista en áreas de la sociología, periodismo y con estudios relacionados con la movilidad, Víctor Hugo Reyna García, va más allá: considera que ante el análisis, el incremento en el uso de los vehículos motores se debe a las grandes distancias que se requieren transitar a diario, pero sobre todo, a que, aunque los hombres ataviados con el traje café y que utilizan tanta cal como les sea posible se esmeran en delimitar un carril ciclista, las ciudades han ‘pecado’ de estar diseñadas para los automovilistas.

“Las ciudades vuelven a estar desbordadas y están centradas en el auto (…). Ahora 20 minutos no alcanza para llegar a cualquier lado; ya los trayectos son más complicados”.

“Son ciudades para el auto y hace que las ciudades estén hechas para el auto. En primer lugar, el auto y en segundo lugar las personas. Es algo que los gobiernos mexicanos no han logrado entender que no funciona”, consideró el profesor.

Pero esto también conlleva en sus ‘sublíneas’ muchas otras problemáticas relacionadas con el uso del automóvil. Por ejemplo, el profesor sugiere entender situaciones de ‘masculinidad frágil’, por aquellos que “Suben el bulevar con su Ferrari a 200 kilómetros por hora”, pero también, del “valor de estatus alto o de signo” que se les ha impuesto a los vehículos, particularmente esto le ha llamado la atención -como foráneo- en la ciudad de León.

Evidencian desigualdad social

Finalmente, lo que mayormente se demuestra con el crecimiento de la flotilla vehicular, que promedia más de 70 mil nuevos bólidos al año, es una desigualdad social.

El propio investigador, ante ello, ha citado al sociólogo suizo Vincent Kaufmann que se ha especializado en la movilidad y que ha acuñado el término ‘motilidad’ en el sentido del funcionar de las ciudades; se afirma, entonces, que los individuos se mueven no por la manera que más les agrade, sino por la que tienen la capacidad de hacerlo. De ahí, que la bicicleta se convierta en un medio de transporte para ir al trabajo o el autobús como la única vía para ‘llegar a tiempo’.

“Un grave problema que hay en una ciudad como León es que el transporte público se delimita a un grupo de personas y este grupo de personas no toma decisiones”, completó el investigador; “Quizá se padece en el día a día, pero no se conoce otras alternativas. A veces creemos que es cuestión de voluntad, pero las estructuras sociales a veces determinan en dónde estamos”.

“No hay alternativas de movilidad y las personas utilizan lo que pueden. Hay pocas alternativas para elegir; el dilema no es entre auto o bicicleta, no es uno contra otro, sino nosotros insertos en una movilidad basada en el automovilismo”.

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MD