‘Volver a Honduras es morir’: Reina dejó todo allá para sobrevivir en Guanajuato
En el marco del Día Mundial del Refugiado 2022, conoce la historia de Reina, una mujer que huyó de Honduras para poder sobrevivir
Nayeli García
Irapuato.- Reina lo dejó todo. Tomó a una de sus hijas de la mano y, con lo poco que podía llevar consigo, salió huyendo de su país, Honduras. Ella sabe que jamás podrá regresar por la inseguridad y violencia que la tenían al borde de la muerte por el propio padre de sus hijas.
Desde hace más de dos años, Reina vive en México como refugiada. Pero desde el 2021 es una de las 1 mil 100 personas que la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidades para los Refugiados (ACNUR) apoya en Guanajuato. Esto, para volver a empezar e integrarse a la sociedad cultural, emocional y económicamente.
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“Ya no podemos estar seguro en mi país, en mi casa, por eso fui a salir de allá con una de mis hijas. Mi otra niña no estaba segura y también la mandé traer y me la trajo mi hermano. No se podía quedar (…). A veces digo: ‘si me voy de regreso, voy a volver a la inseguridad que él (papá de las niñas) sigue. Me duele mucho porque mi familia vive allá, yo acá estoy sola, nomás con mis dos hijas”, contó.
Reina huyó de una vida de violencia a manos del padre de sus hijas. Aunque con el dolor de dejar toda una vida allá, reconoce que vivir en Honduras hubiera significado vivir siempre con miedo. Pero además, con el riesgo de un día morir a manos de su pareja o, peor, ver morir a una de sus hijas así.
Y es que aunque denunció la situación que vivía, las autoridades hondureñas no hicieron nada por ella. Ni siquiera hace siete meses que murió su padre, pudo pensar en regresar, luego que su madre le advirtió: regresar sería firmar su sentencia de muerte.
Su pareja incluso viajó a México para buscarlas, pero afortunadamente no las encontró.
Saltar barreras, sola, para mantenerse viva
Reina no llegó en una ‘caravana migrante’, sino que viajó sola con su hija por Guatemala, donde lamentablemente le robaron todo el dinero que tenía. Por fortuna, “una persona buena” le pagó el pasaje hasta la frontera con México y de ahí camino cuatro días y cuatro noches.
Durante ese tiempo, dormía en el suelo y tomaba agua de los potreros hasta llegar a su destino: Tabasco. Después de un tiempo, llegó a Guanajuato. Aquí, gracias al ACNUR, tuvo acceso a un trabajo con el que mantiene a sus dos hijas y en donde espera verlas crecer y ser felices.
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Reina dice ser discriminada en su trabajo por ser extranjera, por estar sola. Incluso sus compañeros se burlan de ella y colocan mensajes discriminatorios en los baños. “Pero eso no me importa”, dice, “eso es poco comparado a lo que sufrí en mi país”.
Hoy por hoy su motivación son sus hijas de 14 y 10 años. Así, ser una persona refugiada en México y en Guanajuato, ha sido la oportunidad para sobrevivir.
“Una persona refugiada es una persona que no decide dejar su país. No lo tiene planeado como si lo hace una persona migrante. Es una persona que se ve forzada a huir en cuestión de horas, a huir de su país y agarra lo que tiene enfrente y es lo que se lleva. Entonces esas personas pueden llegar y tienen derecho a solicitar asilo en cualquier país del mundo y los países a otorgárselos”. Así lo explicó Paola Monroy Flores, asociada de Protección de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Guanajuato.
Día Mundial del Refugiado 2022, en datos
La solicitud de personas que buscan asilo ha incrementado desde el 2017, mientras que en Guanajuato se trabaja con ACNUR desde el 2020. Actualmente buscan ampliar los servicios con la apertura de una nueva oficina en Irapuato, con apoyo del DIF municipal, y otra ventanilla en Silao.
La presencia del ACNUR en León, Irapuato y Silao no es casualidad, sino que se trabaja con el programa de integración local. Gracias a este se busca que los refugiados tengan un trabajo en ciudades donde no haya competencia económica y laboral con personas locales.
En el caso de Guanajuato, se da respuesta a la crisis de empleabilidad que se tiene. Por ejemplo, en la industria de cuero-calzado, automotriz, agroindustrial y otras instituciones que ya suman más de 32 empresas. Desde estas, se ofrece trabajo a personas refugiadas que llegan de Guatemala, Honduras, Nicaragua y, recientemente, de Haití, entre otros países.
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Paola precisó que las personas que están en los cruceros trabajando, no son refugiados, son migrantes que van de paso por la ciudad. Ellos no buscan establecerse aquí ni reiniciar sus vidas, por lo que con ellos se trabaja de otra manera y por otras instituciones. El ACNUR, dijo, “busca garantizar ese derecho a pedir asilo y dar el acompañamiento para reiniciar una nueva vida”.
“Este proyecto salva vidas de las familias, de los niños y niñas que llegan a Guanajuato buscando establecerse y tener una vida digna”, destacó Paola en el Día Mundial del Refugiado 2022.
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