Desde los trece años, Jesús promueve la tradición de las fiestas de San Juanito en Celaya
Aunque sus hijos aún son pequeños, Jesús también pretende enseñarles la tradición de las fiestas de San Juanito en Celaya
Celaya, Guanajuato.- Jesús Ramírez Mendoza de 28 años comenzó a asistir a las fiestas de San Juan Bautista o “San Juanito” desde los 13 años. Desde hace 15 años que su papá lo enseñó a fabricar y detonar los petardos, acude a participar en la festividad por tradición.
“Mi papá me enseño, mi papá también venía a detonar, pero en ese entonces se hacía en el pueblo, ahora se hace en las afueras de San Juan de la Vega, en este terreno, pero se ponía mejor en el pueblo. Mi papá me enseñó y luego yo seguí viniendo porque me gusta la tradición, es bonita y como tiene más de 400 años, por eso me gusta venir”, platicó.
Chucho como le dicen algunos, platicó que desde hace días compró seis kilos de clorato de potasio y azufre para elaborar sus petardos y por fortuna “le fue muy bien”, además de que tronaron la mayoría, no se lesionó.
“Me fue bien, no me ha pasado nada. En otra ocasión sí me reventé el oído, pero esta vez no me pasó nada”, platicó.
Jesús es campesino, se dedica a la siembra de zanahoria desde hace 20 años ya que su papá se lo llevaba a trabajar con él y contó que él le tiene mucho amor a su pueblo y a sus tradiciones, y respeta que haya quienes critican la quema de petardos y que incluso pidan que se les prohíba hacerla.
“A lo mejor quienes critican es porque no son devotos o creyentes de San Juan. Yo vengo por la devoción a San Juan Bautista”, mencionó.
Aunque sus hijos aún son pequeños él también pretende enseñarles esta tradición.
Ana Sarahí es de las pocas mujeres que participa en la tradición de San Juan de la Vega: "se siente muy bien"
Ana Sarahí Juárez Cuarenta de 15 años de edad fue de las pocas mujeres que participaron en la quema de petardos en honor a “San Juanito”, el santo patrono de la comunidad, y a quien se le festeja cada “Martes de Carnaval”. Aunque fue la primera vez que asistió y que por momentos tuvo miedo, le fue bien al detonar todos “los truenos” que llevó.
Y es que aunque parece fácil, no todos logran detonar el petardo y que se escuche fuertemente. Incluso muchos no le atinan a pegar el paquete de clorato de potasio con azufre, cuya mezcla pegan a un extremo de un marro y lo impactan en el piso, en este caso se hizo contra un riel.
La joven platicó que tiene toda su vida viviendo en San Juan de la Vega y desde siempre había querido participar en la detonación de los petardos, incluso el año pasado quería asistir pero sus papás no la dejaron, pero este año sí consiguió el permiso y fue de las pocas mujeres que se animaron a tronar estos explosivos caseros.
Ana Sarahí dijo que respeta a quienes no les gusta esta tradición de quemar petardos, pero dijo lleva casi 500 años que son parte de la cultura e identidad de los habitantes de San Juan de la Vega.
“Es muy chido porque te animas echar truenos y se siente muy bien, aunque sí pasan muchos accidentes. Sí me dio más o menos miedo, pero no pasa nada, lo que tenía miedo era que no le atinara al riel y eso fue lo que me estresó, lo más difícil es atinarle”, contó.
Valentía de Miguel Ángel: Participa en quema de petardos a pesar de perder una pierna
Entre la polvadera levantada por el impacto de los petardos con el piso y el “humaderón” generado, sobresalía la imagen de Miguel Ángel Pescador Carrillo de 27 años, quien desde los nueve años no tiene una pierna, pero eso no le impidió moverse ágilmente en el campo habilitado para detonar los explosivos caseros. Miguel Ángel no falló ninguna detonación de “Los Truenos” como también les llaman a los petardos, a pesar de que fue su primer año en asistir a la quema.
Y aunque no tiene experiencia en tronar petardos, dijo que la clave es tener decisión y seguridad. Y en su caso equilibrio, ya que el esfuerzo para detonar el marro se hace con todo el cuerpo.
“Vine porque me gusta, en mi caso no es manda, yo vine por curiosidad. A muchos no les truena (el petardo) porque le ponen puñotes (de la mezcla de clorato de potasio y azufre) y no hace bien contacto con el riel. Pero también es decisión, hay muchos que le pegan con miedo”, platicó.
A Miguel, a la edad de 9 años una camioneta le pasó por encima de su pierna izquierda, lo que provocó que perdiera la extremidad, pero eso no lo imposibilita a realizar ninguna actividad. Actualmente trabaja en el campo en el cultivo de zanahorias, tiene dos hijos y este martes de carnaval por fin se decidió a participar, ya que tenía varios años de querer asistir.
“Conozco muchos que sí se la complican (la vida) pero yo no soy así. No hay imposibles para uno. Hoy me decidí y aquí estoy”, platicó.
Por ser su primera vez tronando petardos, sólo compró un kilo de clorato de potasio, con lo que le alcanzó para hacer 30 “truenos”.
Desde hace 499 años, cada 'Martes de Carnaval' para festejar a "San Juanito" en la comunidad de San Juan de la Vega, cientos de jóvenes truenan petardos elaborados con clorato de potasio y azufre, los cuales se colocan en la punta de martillos o marros y después los impactan contra el piso, con esto causan poderosos estruendos.
La presencia de Miguel sobresalió de entre varios participantes y en medio del campo destinado para la quema de los petardos, esto porque cada petardo que detonó tronó fuertemente, y no a todos los participantes les sale, algunos “se les ceba” o ni siquiera le atinan a pegar el marro y el petardo contra el riel en donde detonaron los explosivos caseros.
Según Miguel hay gente que le molesta esta actividad y tradición, pero enfatizó que lo hacen por fe a “San Juanito” y prometió regresar el próximo año.