"Esperamos que a nuestros padres les den nuestro título, no nuestra carta de defunción": protestan estudiantes en Celaya
Celaya, Guanajuato.- Todos los estudiantes que participaron en la “Marcha por la seguridad estudiantil”, convocada por el Tecnológico de Celaya, coincidieron en que tienen miedo de salir a estudiar y no regresar.
“Es muy lamentable lo que estamos viviendo aquí en Celaya. Lamentablemente, en estos días y siempre, hemos vivido la delincuencia. Los estudiantes no podemos salir tranquilos porque salimos con miedo. Muchas veces nosotros salimos de casa y decimos: ‘Te veo al rato, mamá’, pero no sabemos si ese ‘Te veo al rato, mamá’ se va a cumplir o ya no vamos a regresar”, dijo Raúl Ríos, estudiante de ingeniería mecánica.
Así como Raúl, miles de jóvenes estudiantes en Celaya se aventuran cada día al salir a estudiar, sin saber si estarán en el momento y lugar equivocados, si la mala suerte de recibir una bala perdida les quitará la vida, si los van a asaltar y matar, o si serán privados de su libertad para exigir dinero a sus padres. O simplemente, ser desaparecidos.
“En Celaya sales con la bendición de Dios y tus padres, pero a últimas fechas eso ya no basta. Muchos de nuestros compañeros muertos han sido hijos, hermanos, estudiantes, trabajadores que salen a estudiar, a tratar de ser mejores, a hacer que nuestros padres se sientan orgullosos de nosotros, pero ya no vuelven vivos. Cada vez que salimos es una moneda al aire, no sabes si vas a volver. Miedo sí se tiene, pero tenemos que seguir con nuestra vida porque a esto no se le ve fin”, afirmó Jonathan Padilla.
Los estudiantes se manifestaron este jueves luego de que su compañero Josué Ismael Yáñez López fue asesinado a balazos el pasado lunes, mientras trabajaba dando servicio de Uber moto, actividad que realizaba para apoyarse en sus estudios. Afirmaron que era un estudiante, no un delincuente.
Y es que, previamente, otro Lince fue asesinado hace menos de un mes. Diego Landín Rivera fue ejecutado el 23 de enero, luego de que él y su hermano fueron privados de su libertad dentro de su domicilio en una comunidad de Juventino Rosas. Al momento de llevarse a los jóvenes, asesinaron a su mamá y, posteriormente, ellos fueron encontrados sin vida.
“Llegué a tomar clases con el compañero Josué. Él era un chavo bien, un chavo trabajador. Muchos de nosotros hacemos eso, trabajar para solventar nuestros gastos, pero así como está la situación, no sabemos si estamos en el lugar equivocado. Diego también era trabajador y responsable, pero eso ya no es suficiente para estar con vida en Celaya”, afirmó Raúl Ríos.
Los jóvenes marcharon por convicción y tienen fe en que la situación en Celaya cambiará, pero ese ánimo se desvanece cuando las autoridades no les dan respuesta.
La tarde de este jueves, al término de la marcha y tras llegar a la presidencia municipal, miles de jóvenes exigieron que saliera el alcalde Juan Miguel Ramírez Sánchez. Aunque gritaron por más de una hora para que “les diera la cara”, el edil solo recibió a una comitiva en el patio de la presidencia municipal.
“Teníamos la esperanza de que el presidente municipal nos diera la cara, pero no fue así. Nos reciben, nos firman y ya. Esperamos que no nos dejen en el olvido, en el historial como un caso más”, señaló Raúl.
“Como estudiantes, como ciudadanos, como pueblo, todo Celaya está pidiendo una respuesta al gobierno estatal, federal y municipal. Nos prometen policías, pero no hay resultados. Los que estamos aquí manifestándonos, todos queremos llegar a nuestro objetivo: ser ingenieros, licenciados, abogados, pero si la situación sigue así, quién sabe si lleguemos”, señaló Mario Rojas.
Otra estudiante hizo énfasis en que no entiende por qué ella y sus compañeros tienen que salir de casa con miedo de morir en el camino a la escuela o de regreso a su hogar si “son estudiantes, no delincuentes”.
“Estamos enojados porque solo nos dieron una firma y no salió nadie a escucharnos. ¡Con una firma no basta! ¡Ellos eran hijos, eran hermanos, eran estudiantes! Queremos una explicación: ¿por qué tenemos que tener miedo para ir a la escuela? Esperamos que a nuestros padres les den nuestro título, no nuestra carta de defunción. La indignación es porque, mínimo, hubieran salido a darnos la cara”, dijo una alumna de ingeniería química.
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