Obras en calle Jiménez de Celaya afectan a comerciantes y causan cierre de negocios
Vecinos sufren por obras en la calle Jiménez. Foto: Martín Rodríguez
Celaya, Guanajuato.- A poco más de cuatro meses de obra, vecinos de la calle Jiménez en el tramo de Leandro Valle a Abasolo en Celaya se encuentran desesperados por diversos problemas que les ha causado la apertura de su calle.
Vecinos y comerciantes del lugar reconocieron que sí era necesario el cambio de drenajes y redes de agua, pues ya tenían muchos problemas. Incluso reconocieron que a la obra todavía le falta, porque la fecha de término se fijó para el 31 de julio. Pero después de tantos días con la calle abierta, un tiempo con el drenaje al aire libre, gente trabajando y maquinaria haciendo ruido, muchos de los negocios han cerrado o se han cambiado.
Según los comerciantes, la mayoría de los que bajaron la cortina es porque pagan renta y ya no les fue rentable. Por ejemplo, Irma, quien tiene una tienda de abarrotes, afirmó que sus ventas han bajado en un 90%. Lo peor es que muchas veces a los trabajadores se les ve sentados o sin hacer nada y, sin embargo, los gastos de su local siguen corriendo. Por ejemplo, en energía eléctrica están esperando un bimestre de más de $4 mil pesos y ha tenido que sobrevivir a préstamos.
“Yo creo que andamos al 10%, sí se han bajado las ventas. Antes sobrevivimos con préstamos y me ha prestado mi papá”.
Otro caso es el de Marco Antonio Nava, propietario de otra tienda de abarrotes, quien mostró cómo sus productos están empolvados y también han bajado las ventas en un 50%. Entre sus complicaciones está surtir la mercancía, que lleva a su tienda la tiene que descargar a unos 100 metros de distancia y varios de sus proveedores ya no regresaron.
“Pues yo descargo desde la esquina y muchos de mis proveedores ya no quisieron venir porque no se pueden acercar”.
Otros vecinos apuntaron que hasta para surtir agua de garrafón o incluso el gas, los vendedores no pueden o no quieren acercarse.
En este tramo de Jiménez han cerrado papelerías, farmacias, tiendas de abarrotes, pero sobre todo los negocios de comida, por lo cual se conoce a este espacio altamente comercial. La tierra y los malos olores quitan las ganas y es difícil acercarse.
Otro tema son las caídas. Rosa Tamayo es una de las personas que se ha caído durante la obra y trae lastimado un brazo. Lamentablemente, se dedica a hacer gorditas de trigo y se le ha complicado poder trabajar. También su hermana corrió la misma suerte, pero ella sí se fracturó, apuntando que tal vez unas 20 personas se han caído.
“Mi vecina de allá se quebró su mano y una señora de allá que vende pollo la van a operar porque le van a poner placa”.
Así, vecinos y comerciantes de Jiménez esperan que los constructores puedan acelerar el paso de la obra y que al final quede bien, con redes nuevas de drenaje, de agua, supuestamente con proyecto de cableado subterráneo, pavimento nuevo y banquetas más amplias como se los presentaron. Pero algunos también pidieron aprovechar la ocasión para que se pueda reforestar de manera ordenada y quede mejor la calle en la ciudad.
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