A sus 21 años, César es Bombero Voluntario en Guanajuato y estudiante de la UG
Con 21 años, siendo estudiante de cuarto semestre de Ingeniería Civil en la UG, César busca inspirar a los jóvenes que quieran aportar a la comunidad
Con 21 años, siendo estudiante de cuarto semestre de Ingeniería Civil en la UG, César busca inspirar a los jóvenes que quieran aportar a la comunidad. Foto: Francisco García
Guanajuato, Guanajuato.- “Me llamo César Domínguez y pertenezco al Heroico Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Guanajuato desde hace aproximadamente tres años y medio, casi cuatro”, comenta César, un joven bombero voluntario de 21 años.
César cuenta cómo llegó a esta noble labor de forma inesperada. Fue la invitación de una tía la que sembró en él la curiosidad de conocer de qué se trataba el ser un Bombero.
“Tengo una tía que es paramédico desde hace mucho tiempo y ella me invitó a entrar a la academia, ella también tenía ganas de entrar. Vinimos, trajimos nuestros documentos y curiosamente yo pasé y ella no. Cuando me invitó, le dije que sí de puro compromiso y después me puse a investigar qué hacía un bombero y hasta incluso cuánto ganaban. Pues ya dije, estaría bien. Vine, traje mis documentos e ingresé, y resulta que somos voluntarios. Y aun así no se me quitaron las ganas, seguí viniendo cada sábado a la academia y durante mucho tiempo me pregunté por qué seguía viniendo, y resulta que me enamoré de aquí, de bomberos, porque las actividades son bastante desgastantes, pero aun así aquí uno sigue”.
¿Qué es lo más difícil de ser Bombero Voluntario en Guanajuato?
En cuanto a lo más difícil de ser voluntario, César reflexiona que el tema familiar es una de las mayores cosas a considerar para ponerse el uniforme y salir a dar la vida por la ciudadanía.
“Lo más complicado es dejar a la familia, en momentos como cumpleaños o cuando hacen una comida familiar, y de repente uno se tiene que retirar porque salió algún servicio, algún incendio o algo. Y pues son servicios bastante pesados donde no nada más yo, sino varios compañeros, nos preguntamos qué estamos haciendo aquí, pudiendo estar muy a gusto en casa, cómodo, calientito. Y uno está en friega, cansado, con hambre, y se vuelve complicado, pero se le halla el amor y el gusto, y se vuelve fácil, sencillo”.
Sobre el compañerismo que vive en el cuerpo de bomberos, César destaca: “Me agrada mucho llegar y saludar a mis compañeros, que me reciben con una sonrisa, con un abrazo, con un apretón de manos muy cálido. A veces nada más llego de pasada, saludo y sigo con mis actividades, y justo en el momento que voy llegando sale un servicio. Y pues ya en esos momentos dejo de hacer las cosas que tenía planeadas”.
César Domínguez estudia Ingeniería Civil en la UG y manda mensaje a jóvenes
A sus 21 años, siendo estudiante de cuarto semestre de Ingeniería Civil en la Universidad de Guanajuato, César también envía un mensaje a los jóvenes que buscan aportar a su comunidad.
“Sí es difícil, pero como muchas veces me lo ha dicho mi papá, siempre hay tiempo para todo: para divertirse, para hacer ejercicio, para estudiar, para estar aquí en bomberos. En ocasiones me he tenido que ausentar de bomberos para dedicarle tiempo a la escuela o a la familia. Y aquí siempre nos lo dicen: la familia y la escuela son primero. Es complicado dejar de ir a fiestas con amigos porque al final uno convive más aquí en bomberos y deja de convivir con otros círculos. Pero aquí uno hace amigos y se crea una familia”.
Al hablar de su mayor reto como bombero, César recuerda su participación en el desastre en Acapulco: “Fuimos un fin de semana a apoyar con atención hospitalaria y a repartir víveres, otros compañeros talaron árboles que se habían caído. Estar con un overol todo el día bajo el calor fue muy desgastante, y hubo un momento en que tanto yo como mis compañeros ya nos sentíamos mareados, desorientados. Eso fue muy cansado, pero fue una experiencia que me marcó”.
César Domínguez, bombero voluntario de Guanajuato, envía un mensaje de agradecimiento a las familias de quienes, como él, dedican su tiempo y esfuerzo al servicio de la comunidad.
“Quiero felicitar especialmente a las familias de todos los bomberos, porque son ellas las que cargan con la preocupación de que no saben si uno va a regresar bien de un servicio. Mi agradecimiento va para mi familia, y en particular para mi tía, que fue quien me impulsó a estar aquí”.
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