Así celebran a San Antonio de Padua en el Barrio de la Bola en Guanajuato
Guanajuato, Guanajuato Antonio Oliva Palma, miembro de la familia Oliva y residente del barrio de La Bola, compartió recientemente la historia y la devoción de su familia hacia San Antonio de Padua, un santo que ha sido un pilar espiritual para su comunidad durante generaciones.
La devoción a San Antonio en la familia Oliva se remonta a más de un siglo atrás. Según Oliva Palma, la tradición comenzó cuando su abuelo recibió la cabeza de una imagen de San Antonio, encontrada en el río Guanajuato tras una gran inundación en Guanajuato durante inicio del siglo pasado.
"Mi abuelo se encargaba de vestir la imagen de San Antonio y, con el paso de los años, esta devoción se consolidó y se transmitió a través de generaciones," comentó.
La celebración de San Antonio en la familia Oliva no solo es una tradición religiosa, sino también un evento cultural significativo. A lo largo de 124 años, esta devoción ha crecido, involucrando a hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
"Es un santo muy milagroso, y su vestimenta está llena de milagros. Es un santo bondadoso", afirmó.
Cada año, el 13 de junio, se celebra una festividad en honor a San Antonio, que incluye una velación durante toda la noche, con la participación de entre 500 y 700 danzantes que vienen de diversas partes de México y Estados Unidos.
"La velación culmina en una misa mayor en el templo de la Compañía, acompañada por la famosa serpiente de Burmada, una danza tradicional que recorre las principales calles de Guanajuato", explicó.
La familia Oliva también se asegura de mantener la imagen de San Antonio en buen estado, realizándole retoques necesarios con el tiempo.
"A lo largo de los años, la imagen se ha retocado, pero se mantiene intacta con su niño y su complemento muy hermoso. Tenerlo en casa es un orgullo para nosotros", dijo.
San Antonio de Padua, el santo de los enamorados
El scerdote David Diosdado, de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri aseguró que existe una gran devoción por San Antonio de Padua, quien es es conocido como el santo de los enamorados se remonta a su apoyo a las mujeres de bajos recursos que no podían reunir el dote necesario para contraer matrimonio.
El padre comenta que además de su generosidad, se cuentan numerosos milagros atribuidos a San Antonio. En una ocasión, un esposo dudaba de la paternidad de su hijo, pero tras la intercesión del santo, el niño habló y confirmó a su padre, resolviendo así la disputa.
Respecto a la práctica popular de poner a San Antonio de cabeza, el Padre David explicó que esta tradición se originó de la historia de una mujer que, desesperada por casarse, rezó a San Antonio y recibió su ayuda después de verlo en una visión de cabeza.
”Es importante tener cuidado de no mezclar las tradiciones católicas con rituales esotéricos. Decir que uno pone a San Antonio de cabeza hasta que consiga un novio, o aferrarse a una estampa para obtener su ayuda, puede desvirtuar el verdadero espíritu de la devoción," afirmó.
La intercesión de los santos, según el Padre David, debe ser complementada con el esfuerzo personal.
"El verdadero amor cristiano se basa en la libertad y el respeto mutuo. Los santos interceden por nosotros, pero nosotros debemos tomar decisiones conscientes y responsables en nuestras vidas," concluyó.
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