Delia alimenta el espíritu patrio con sus juguetes en el mercado Hidalgo de Guanajuato
“Estamos hechos de emociones, creo que el espíritu patrio se empieza a sentir”, afirma Delia desde su puesto en el mercado Hidalgo
Staff Correo
Guanajuato.- Todo el año, el local 96 del Mercado Hidalgo en la ciudad de Guanajuato es una explosión de colores y texturas. Pero el negocio de juguetes tradicionales que administran Delia Romero y su familia ha cambiado con el paso del tiempo.
La comerciante refiere que los productos que venden se adaptan a cada temporada, “en este momento lo tenemos todo tricolor”.
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Además de las clásicas muñecas ‘Marías’ y de cartón, vende máscaras, baleros, y ha incluido en su mercancía elementos para decorar, que son lo que más busca la gente.
Otra forma de vender
De acuerdo con Delia Romero, el encierro derivado de la pandemia modificó por completo las ventas, no sólo en su rubro, sino en todo sector.
“Mucha gente que no era comerciante se tuvo que volver comerciante para poder subsistir”, explica.
A través de las redes sociales, las personas comenzaron a vender cualquier tipo de productos o alimentos, aumentando la competencia, y “sin necesitar un establecimiento, pagar impuestos, pagar luz, pagar empleados. Fue algo muy fuerte para nosotros”, recuerda.
Al contrario, los vendedores del mercado no tenían la opción de abrir sus puestos. Por ello también tuvieron que sumarse a las nuevas dinámicas de venta para mantenerse a flote.
Ahorro y creatividad
Ahora, el país está por conmemorar otro 15 de septiembre. Sin embargo, la crisis económica no permite echar la casa por la ventana como antes. Esto representa pocas ventas en los objetos para la ‘noche mexicana’.
“La gente sí los compra pero con más cautela. Compra algo sencillo, simbólico y antes no, antes decoraban toda la casa, hasta la mesa, hasta creo que al pozole le ponían la banderita. Eran más creativos, se puede decir. Ahora la creatividad resultó de otra manera, haciendo un ahorro o reciclando”, detalló Delia.
Que no muera la fiesta
Delia Romero celebra que a pesar de las adversidades, el gusto por las fiestas patrias no se desvanece.
“Estamos hechos de emociones, creo que el espíritu se empieza a sentir, el 14, 15, 16, estamos con todo”.
Considera que la pandemia trajo algo positivo: reforzar la solidaridad que ya era característica de los mexicanos.
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“Aunque sea unos tacos, un pozole, un atole, el día 15 no nos quedamos sin eso. Se ha vuelto una Navidad Mexicana, podemos decir”, concluyó entre el colorido de sus juguetes y artesanías.
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