Entre recuerdos, ofrendas y tradiciones, familias de Guanajuato visitan el Panteón de Santa Paula


El Panteón Municipal de Santa Paula se convierte en un escenario lleno de amor y recuerdo. Foto: Francisco García
Guanajuato, Guanajuato.- Eran las once y media de la noche del 1 de noviembre. El Panteón Municipal de Santa Paula en Guanajuato era el escenario perfecto para esperar a aquellos que ya se nos adelantaron. Gavetas iluminadas y decoradas, familiares festejando la llegada de sus difuntos, acompañados de música, comida y bebidas (algunas espirituales); unos que otros disfrazados y otros más con ropa gruesa para conservar el calor que la noche pretendía quitarles. La presencia del incienso mostraba el camino a seguir durante la noche.

"Tendría treinta y cinco años (...) era mi primer bebé", recordaba así a su primogénito Laura Baez, vecina del Cerro del Gallo. Con la voz entrecortada y el sentimiento a flor de piel nos compartió cómo vive el visitar a su difunto hijo.

"No pues, muy feo porque pues fue mi primer bebé, lo perdí al mes de nacido; entonces ahorita es muy triste, y pensar cómo ya estuviera", comentó.

Acompañada por su hijo, aprovecharon para también embellecer el lugar de descanso del difunto, el joven con pincel en mano y una pintura color oro escribía en la fachada de la gaveta el nombre de su hermano: Jesús Miguel Solano Baez: "también pues ahí trae mi hijo el angelito que le va a poner y pues las flores, y estas (flores) también se las trajo mi otra hija."

Laura tiene cuatro hijos en vida y uno más que cuida de la familia en otro plano espiritual.
Familias recuerdan a sus difuntos en Guanajuato
Daban las doce de la noche, el dos de noviembre se dejaba sentir con el frío que caracteriza a las zonas altas de Guanajuato durante los últimos meses del año, pero eso no importaba para quienes seguían arribando al panteón municipal. En todo el panteón se podía encontrar a familiares cargando botes con agua, escaleras, flores frescas, copales, y adornos, todo para poder embellecer los lugares en donde descansan sus difuntos.

Víctor Rocha, originario de Guanajuato capital, en conjunto con sus seres queridos y conocidos montan un altar muy especial en honor a sus difuntos, en especial a su madre Rocío Damián Segoviano.

La temática de esta ofrenda consta en representar en una de sus partes el sendero hacia la muerte, el cual principia con un portal decorado con flor de cempasúchil, misma que adorna toda la ofrenda; velas, algunas cubiertas con tubulares recortados, aserrín pintado, papel picado, abanicos de colores colgados, luces de color azul, morado y verde, adornaban el altar. Sin embargo, lo que más llamaba la atención es una figura del Dios del Hombre, Señor de la Aurora, la serpiente emplumada Quetzalcóatl que se mostraba abrazando el árbol del lugar.

"Hemos tratado de que sea una temática diferente cada año, hoy nuevamente trajimos al Quetzalcóatl porque se me hizo muy impresionante, me llenó de satisfacción haberlo traído" mencionaba Víctor.

En la periferia se mostraba un pensamiento que en vida Rocío escribiera: "A esta edad las mujeres nos hacemos invisibles, mi protagonismo en la escena de la vida declina y en ocasiones me vuelvo inexistente para un mundo en que solo cabe el ímpetu de los años jóvenes (…) Por eso digo toda edad tiene su encanto, pero ser madura te hace más valiosa, pues mientras más pesan los años, más experiencias tengo, ya no me entibiamos con palabras, si no con hechos. La madurez no más que otra etapa, parte de la vida de todo ser humano. He sabido personas y me he persona, estoy en PAZ" (síntesis).







Fotos: Francisco García
Al mismo tiempo, en la parte más baja del Panteón de Santa Paula, la conmemoración del Día de Muertos se acompañaba con ‘El torito’ mismo que recorría los pasajes del cenotafio y que rimaba perfectamente con el significado que tiene en nuestro país la muerte.