Guanajuato: ¿Dulce, truco o calaverita?
Juana Adriana Rocha
Guanajuato.- El Día de Muertos es una tradición prehispánica que como toda manifestación cultural se ha modificado a lo largo del tiempo. Pero sigue vigente, incluso cuando el Halloween pareciera ‘hacerle sombra’.
Esta festividad esa más antigua de lo que se cree. Proviene del Samhain, festival religioso celta que se realiza del 31 de octubre al 1 de noviembre para recibir las cosechas y marcar ‘la mitad oscura del año’.
Se creía que esta fecha, no había barreras entre el mundo físico y el espiritual, lo que hacía posible la interacción con los habitantes del más allá.
El cristianismo adaptó el Samhain para hacerlo un homenaje a los mártires, pero entre el pueblo no perdió sus elementos paganos.
Durante el siglo XIX los irlandeses llevaron a Estados Unidos el ‘All hallows eve’ (que derivaría en Halloween), con su dulce o truco y sus calabazas talladas.
Entrado el siglo XX, el cine y la televisión popularizaron e internacionalizaron esta festividad.
¿Cómo llegó a México?
La tradición estadounidense saltó a nuestro país gracias a la cultura popular. En la década de los ochenta, debido a la influencia de clásicas películas de terror, comenzó a ganar terreno.
Coexiste con el Día de Muertos porque los mexicanos hemos fusionado elementos. ¿Pero qué tanto ha trascendido nuestra celebración, qué impacto tiene sobre las nuevas generaciones?
¿Qué dicen los niños?
Luisa Valdés inculca ambas tradiciones a sus pequeños hijos. Ella vivió con su familia en Estados Unidos donde “rara es la familia que celebre el Día de Muertos, las personas mayores”. Ahora que se estableció de manera definitiva en México, confiesa que “no hacemos altar en la casa, pero sí les explico qué celebramos”, pero los niños se muestran más entusiasmados con el Halloween porque “es más dinámico, más de personajes, de vestirse, de pedir dulces, intereses de ellos”.
Sin embargo, su hijo Máximo prefiere el Día de Muertos, su referencia es la película Coco, donde le gusta cómo cantan los esqueletos.
A Luis Mario le gusta Halloween porque sale a pedir dulces disfrazado. “Una vez me disfracé de Catrín, una de ‘La casa de papel’, y una vez de Chucky”, cuenta. Este 2021 va a repetir disfraz, otra vez será personaje de su serie favorita de Netflix. Luis Mario confiesa que lo único que le gusta del Día de Muertos es el pan con cajeta.
Pamela y Cristal son amigas, pero no coinciden en su celebración favorita. Pamela dice que a ella ya le gustaba el Día de Muertos “desde antes de la película de Coco”. “Se me hace muy bonita la decoración mexicana, que sea una festividad original de aquí”, explica. Cristal cuenta que antes de la cuarentena salía disfrazada a pedir dulces a los vecinos, actividad que extraña por culpa del Covid-19. Pamela cree que eso es peligroso. Ambas recuerdan el altar que en su escuela pusieron en honor a Juan Gabriel, si ellas tuvieran la oportunidad de armar uno, lo adornarían con flores de cempasúchil y calaveritas de azúcar.
Jonathan prefiere honrar a los muertos, le gusta seguir la tradición por los altares. El sale a pedir su calaverita. El pequeño es originario de Salamanca, donde dice que los festejos siempre son muy bonitos.
Los colores del Día de Muertos le gustan a Miguel Ángel. Pero le gusta mezclar las costumbres mexicanas con las norteamericanas, pues sale a pedir Halloween con algún disfraz inspirado en la película ‘Coco’. Espera este año vestirse de Spiderman.
“En Día de Muertos podemos decorar las ofrendas de los difuntos, lo disfrutas”, dice Elías. En su casa sí se acostumbra colocar un altar a los seres queridos que ya partieron. Lo adornan con banderas de papel, velas, “a veces ponen dulces, otras no”. La protagonista de la ofrenda es su abuelita Elena. Al preguntarle si le gusta Halloween, dice que “ya no tanto”.
