La historia poco contada de Diego Rivera en Guanajuato
Guanajuato, Guanajuato.- Diego Rivera nació un miércoles 8 de diciembre de 1886 en Guanajuato Capital. A través de su obra, sus murales y su muy particular personalidad, Diego pasó a la inmortalidad como uno de los mexicanos más importantes a nivel mundial. Hoy celebramos 137 años de su nacimiento en la colorida capital del estado de Guanajuato.
Su niñez en Guanajuato es uno de los temas que se debaten de voz en voz. Algunos creen que Rivera no tiene una historia trascendente que contar, pues arraigan su origen artístico a su residencia durante casi toda su vida en la Ciudad de México.
Sin embargo, el cronista municipal de Guanajuato, José Eduardo Vidaurri Aréchiga, nos comparte algunos relatos que retratan a un Diego Rivera como un pequeño soñador, distinto y muy creativo.
¿Cómo fue la vida de Diego Rivera en Guanajuato?
"Él nace en una época complicada. Él nace el 8 de diciembre de 1886, no nace solo; es decir, nace junto con un hermanito gemelo en una noche tormentosa, con mucho viento, con muchas cosas complicadas que solamente ceden cuando Diego Rivera termina de nacer".
Diego nace en un contexto en donde su padre, Diego Rivera Acosta, era profesor y, su madre, María Barrientos, ama de casa.
"(Era) una familia guanajuatense, de mucha tradición, pero con ideas un tanto liberales por parte de su padre. (Tales ideas eran) muy liberales, muy fuertes, lo que lo vuelve en algunos momentos un personaje un tanto incómodo".
Su padre era inspector de escuelas, lo que permitió que Diego conociera varios lugares de Guanajuato, no solo de la ciudad sino de la entidad.
'El Monstruo en su Laberinto', el libro sobre la niñez de Diego Rivera
"Cuenta el propio Diego Rivera, en un libro muy interesante que se llama 'El Monstruo en su Laberinto', algunas de esas etapas de su niñez en Guanajuato".
En este libro, el autor Alfredo Cardona entrevistó al muralista durante todo un año, proporcionando relatos de viva voz de la niñez de Rivera: "Es decir, es producto de 365 entrevistas en contacto directo con Diego Rivera".
Las líneas de este libro narran, entre otras cosas, cómo descubre de niño su pasión: "los lápices, describió los colores y empezó a pintar. Empezó a rayar todo lo que se encontraba en la casa, al grado que sus papás tuvieron que colocarle una pared especial con un lienzo, una tela negra, para que él trazara los dibujos y jugara ahí".
La anécdota que marcó su destino
La madre de Diego Rivera era una mujer muy triste, ya que su hermanito no presentaba muy buena salud y muere aproximadamente después de un mes de nacido. "Eso le produce una fuerte depresión a su madre. Su madre vive ensimismada o metida en su mundo interior tratando de resolver su crisis".
Fue entonces cuando la situación cambió un poco con el nacimiento de una de sus hermanas. Durante el parto, sus tías le pidieron a Diego que saliera de la casa para permitir el nacimiento del bebé.
"Cuando las tías lo fueron a buscar y le dijeron: 'ya nació tu hermanita, nació en una caja muy bonita', entonces Diego, un poco desesperado, se puso a buscar la caja; no la encontró en ningún lado y acusó a sus tías de que le habían mentido".
En la imaginación de aquel niño inquieto se construyó una fantasía donde, en realidad, lo que había sucedido era que a su mamá le habían dado un huevo. "Ella lo había empollado y de ahí nació su hermanita, es decir, un niño un poco ingenuo, pero también con una gran creatividad para imaginar".
Otros de los relatos, menciona Vidaurri, es cuando Diego encuentra una rata, la disecciona y fue a increpar a sus tías diciendo: "'ya supe cómo nacen las nuevas criaturas', ¿no?, y las tías lo calificaron como '¡niño, estás muy raro, eres un monstruo!' Por eso es que entonces le dio el título al libro: El Monstruo en su Laberinto".
¿Por qué le decían 'ingenierito' a Diego Rivera de niño?
A decir del cronista municipal de Guanajuato, el artista en su niñez tenía mucha socialización. Era un pequeño que salía mucho por las calles de Guanajuato.
"Se compraba dulces y juguetes en el Canastillo de Flores, una tienda muy famosa. Luego cuentan que cuando ya llegaba a su casa con los juguetes, los desarmaba para ver cómo era el mecanismo, cómo funcionaban. Entonces se ganó el mote de 'el ingenierito'; (...) Cuando ya salía a la calle le decían 'ahí va el ingenierito', parecía ser un niño muy interesante".
Diego Rivera presentaba una curiosidad por observar los trabajos de los artesanos guanajuatenses, le llamaban la atención los trastos tradicionales de los alfareros de San Luisito. Especialmente, los llamados juguetitos de arroz, que son jueguitos de té, tacitas y cosas de ese tipo.
La emoción de Rivera se centraba en cada juguete popular que observaba.
¿Qué tiene que ver Guanajuato con la obra de Diego Rivera?
Vidaurri Aréchiga menciona que parece ser que el muralista quedó impresionado con los grabados que realizaba José Guadalupe Posada. La prueba más importante es el grabado de La Garbancera.
"Luego la retoma en su mural del Paseo Dominical por la Alameda, donde toma a esta Garbancera y la convierte en La Catrina. Entonces nosotros le debemos La Catrina. (...) Es una creación de Diego, el de Guanajuato", así lo afirmó el cronista.
Añadió que, el también pintor estuvo muy impresionado por los paisajes de nuestro municipio.
"Es finales del siglo XIX: esos colores de las casas, las estampas que ofrecían los callejones, los juegos de luz y sombra... le parecían todo enigmático, le parecía todo muy triste. Le impresionaba mucho ver a los mineros en las calles enfermos de silicosis, tosiendo, escupiendo sangre, ver a las prostitutas, el trato que se generaba entre los mineros y las prostitutas. (...) Era un hombre muy sensible, un niño pues, muy sensible".
Así eran Diego Rivera Acosta y María Barrientos, padres del pintor
Ya que el padre de Diego Rivera era un hombre con ideales liberales, en varias ocasiones defendía causas justas en pro de los mineros guanajuatenses y la gente pobre. Era muy comprometido con estos sectores de la población guanajuatense.
"A él (Diego Rivera) le llamaba mucho la atención pues esos gritos, esos pleitos de los mineros borrachos y de las prostitutas. No sabemos exactamente qué podría estar creando en su mente, en su cabeza, pero bueno, eso es lo que de alguna manera pasaba".
El padre de Diego se enlistó de muy joven a la milicia, peleó en la Revolución Liberal contra los Conservadores. Cuando se dio de baja, se convirtió en profesor.
"Esto generaba un ambiente algo complicado para la familia de Diego. La mamá, en la tristeza que la envolvía siempre, esa dificultad de enrolarse de manera muy normal porque era una mamá muy católica".
Al parecer, a María Barrientos le gustaba de la cocina y lo hacía de manera espléndida: "hace algunos años, Artes de México sacó un recetario de la mamá de Diego: 'comida de Guanajuato'".
La familia Rivera deja Guanajuato
El cronista Vidaurri menciona que un día, sin más, María Barrientos tomó al pequeño Diego Rivera, de aproximadamente 6 o 7 años de edad, vende algunos muebles de la casa y parte rumbo a la Ciudad de México. "El papá, cuando se da cuenta, trata de resolver algunas de las cosas aquí en Guanajuato, y decide irse a México para reunirse con su familia".
Es entonces en la capital de México donde descubren que Diego Rivera ya cuenta con una pasión muy fuerte por el dibujo.
"Parece que le encanta dibujar ferrocarriles, parece que le gusta recortar soldaditos, parece que le gusta mucho este tipo de expresiones de dibujar a los obreros".
Diego Rivera, ¿volvió a Guanajuato?
Los rumores cuentan que Diego Rivera nunca volvió más a Guanajuato. Sin embargo, como sucede con Jorge Negrete, la verdad detrás de los dichos es otra.
"La verdad sí volvió (a Guanajuato). Tenemos algunas fotografías que circulan incluso en las redes, donde está caminando al menos en dos ocasiones para identificar su casa natal".
Vidaurri Aréchiga compartió que se cuenta que no podía identificar plenamente cuál era su casa. Fue entonces cuando el recuerdo de un lugar en particular dio con la finca:
"Hasta que comentó que recordaba que en su casa había una fuente que tenía un perro, entonces (dieron con) la casa que está en Positos, en la esquina de Moyas. Cuando ya la ve la identifica y dice 'sí, esta es la casa donde nací'".
La historia de Diego Rivera en la Alhóndiga de Granaditas
Otro de los relatos que compartió el cronista fue que a Diego lo invitaron a plasmar su obra en la Alhóndiga de Granaditas.
"Hay quienes tienen la versión de que lo rechazó tajantemente y hay quienes tienen la versión de que explicó que no podía porque ya tenía bastantes compromisos adquiridos. Sin embargó, él sugería que fuera el maestro José Chávez Morado el que realizara los murales".
Al cierre de la entrevista realizada a José Eduardo Vidaurri Aréchiga, mencionó:
"Eso es lo que sabemos del Gran Diego en Guanajuato. Sin duda fue un personaje que ha proyectado a la ciudad, al estado y al país de manera muy notable en todo el mundo. Entonces ahora se le está haciendo este reconocimiento en el marco de los 200 años de Guanajuato como estado libre y soberano. Particularmente porque se va a celebrar lo que sería su cumpleaños el 8 de diciembre, ya que él también se llamaba Concepción. Acaba de pasar su aniversario luctuoso el 24 de noviembre… y pues bueno, es lo que sabemos, ¿no?".
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