Jueves, 27 Febrero, 2025

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‘Los Gallos’ siguen cantando en Guanajuato capital

Una familia de peluqueros sobrevive a las nuevas tendencias en Guanajuato capital
Guanajuato

Juana Adriana Rocha Luna

‘Los Gallos’ siguen cantando en Guanajuato capital ‘Los Gallos’ siguen cantando en Guanajuato capital

Guanajuato, Guanajuato.- El concepto de las ‘barber shop’ han sustituido poco a poco las peluquerías clásicas, de expertos en el uso de las tijeras, donde todos se conocen hasta conformar una comunidad. En la capital del estado, un negocio familiar ha logrado mantenerse vigente, sobrevivir a las modas, a los cambios en la ciudad, a las crisis económicas y a la competencia. ‘Los Gallos’ son un referente en el gremio y parte de la identidad de los ‘cuevanenses’.

Los orígenes

“La peluquería de ‘Los Gallitos’ es una tradición aquí en Guanajuato”, dice Gonzalo Torres Rivera mientras atiende a un cliente habitual en el #40 de la calle Puertecito. Desde hace poco más de 30 años abrió este local en el barrio de Pastita, donde lo acompaña y apoya su sobrino Christian Enrique Torres.

Gonzalo es la segunda de tres generaciones de peluqueros conocidos como ‘los Gallos’.

Su tío Pablo Torres Jasso fundó el negocio familia y podría ser el responsable del apodo de toda la dinastía. “Una vez se peleó con otro hombre, más grande y fortachón que él, y lo amoló, le ganó”, cuenta sonriente Gonzalo. Desde entonces Pablo tuvo fama de ser “muy gallo”. Sin embargo, hay otra explicación menos espectacular y legendaria: los Torres crecieron en el emblemático Cerro del Gallo.

Isabel, Gonzalo, Delfino y José Torres Jasso son los nombres de los pilares de esta entrañable empresa.

Luchan por mantenerse

“Antes eran cortes naturales, escolares, pero nos estamos actualizando, van saliendo cortes diferentes”, cuenta Gonzalo al preguntarle sobre cómo ha evolucionado el oficio.

‘Looks’ inspirados en celebridades o futbolistas y una creciente preocupación de los hombres por su imagen, influyen en peluqueros y estilistas.

En los últimos años han causado furor locales como las ‘barber shop’, donde el concepto gira en torno al diseño, perfilado y aplicación de productos especiales para el vello facial. Salones cuidadosamente decorados opacaron la espontaneidad de las peluquerías de barrio. Gonzalo lo sabe, “han empezado a ganar terreno, pero no, ahí vamos, arriba y adelante, echándole ganas”.

Pero la competencia no es nada nuevo. Torres refirió que anteriormente las peluquerías de ‘Los Gallitos’ eran consideradas de segunda categoría, comparadas con otros negocios como ‘El lujo’, ubicada en la plazuela Los Ángeles, y ‘Los Tilines’, que se encontraba en pleno Jardín Unión. Sin embargo, son ellos los que sobreviven.

¿Cuál es el secreto? La atención al cliente. “Siempre y cuando uno los trate bien, para que vuelvan. Has de cuenta que somos como los cantineros, aquí muchos clientes vienen a desahogarse, a platicar sus penas. Somos como psicólogos también, aquí damos consejos”, cuenta Gonzalo mientras el hombre al que corta el cabello asiente.

Calidad y buen precio

‘Los Gallitos’ tienen sede en calles y barrios tradicionales como El Cantador, Alonso, Los Ángeles, Pastita y Tepetapa.

Los Torres Jasso y sus descendientes perfeccionaron su técnica a través de la práctica y la disciplina. Gonzalo bromea diciendo que aprendió a cortar el cabello “echando a perder clientes”. Compartió que entre los integrantes de la familia practicaban unos con otros.

Señaló que los jóvenes interesados en emprender el oficio recurren a tutoriales que encuentran en Internet, por eso creen que es muy sencillo, “quieren aprender en 15 días, un mes, pero la práctica hace al maestro”.

‘Los Gallitos’ han visto desfilar frente a sus espejos a abuelos, padres e hijos que se mantienen fieles a su cálido y económico servicio. Un corte tiene un costo de 60 pesos y toma entre 10 y 15 minutos. Si el cliente quiere que también le hagan la barba, el precio sube a 90 pesos. Pero en realidad se paga por una experiencia, por formar parte de una de las tradiciones capitalinas más sólidas, parte del toque pintoresco y mágico de la ciudad de Guanajuato.

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