¿Quién es Vicenta Lona, la artista de las Chalupas en Guanajuato? Conoce su historia
Guanajuato, Guanajuato.- "Chalupas, chalupas" se escucha por las calles de Guanajuato, una voz que a lo largo de 22 años ha preparado este antojito a base de masa de maíz frito, con el cual se hace una especie de recipiente pequeño en el que se le colocan frijolitos, y que va acompañado de repollo, crema y una rica salsa roja. Su nombre es Vicenta Lona, vende chalupitas y tacos dorados con frijoles en el corazón de la ciudad de Guanajuato.
Con una canasta en mano, donde resguarda los platillos que vende junto con algunos dulces que también ofrece, la originaria de la comunidad de San José del Rodeo llega a la zona urbana del municipio en busca del sustento diario:
"Tengo 22 años vendiendo, manteniéndome, ahora sí, de esto. Si no vengo, pues no como; no tengo otras entradas de... nada, nada. Yo vendo esto y de aquí me mantengo, de mis tacos y mis chalupas". Su jornada empieza a las 6 a.m., prepara todo lo necesario para vender sus productos en la ciudad de Guanajuato, toma el camión y emprende el camino a otro día laboral: "Todo lo hago con leña, con lumbre pues (...) y ya llego aquí, allá a la ex estación. Preparo mis cosas y ahí empiezo a caminar, y hasta las 4 que me regreso. Le hago la lucha, para allá y para acá".
Para Vicenta, sus chalupas son especiales, ya que menciona que todos sus ingredientes son naturales. Sin embargo, el toque que les da la salsa que prepara es el acompañamiento perfecto para este platillo: "La salsa, sobre todo, pues es por lo que más me buscan a mí. Me buscan a mí por mi salsa, no hay otra salsa como la mía. Todo el mundo me dice 'no, señora, hemos probado chalupas, pero como las suyas, no'. O sea, la salsa es algo especial que tienen mis chalupas".
Compartió que los ingredientes de esta rica salsa son los mismos que los de cualquier otra, pero comenta que el "sazón de la mano" es el secreto:
"Muchos la han hecho y no les queda igual. De hecho, yo les he dicho que nada más es chile verde, jitomate, se muelen y eso es todo. Ya nada más se le echa cebolla y jitomate picado. Entonces, yo no sé si sea de verdad por el sazón o sea porque no la saben hacer".
Con una gran sonrisa siempre en su rostro y con gran ánimo, Vicenta realiza su jornada laboral en Guanajuato:
"Como yo de esto vivo, yo tengo que echarle ganas, venda o no venda. Pues yo tengo que echarle ganas, y sí, Diosito me socorre, pues qué bueno, y si no, pues de todos modos le doy gracias a Dios. Pero ya dándome él para comer, ya. Y pues yo siempre soy así, sonriente. Me gusta tener una buena vibra para transmitir a las personas".
La vendedora cuenta ya con clientes que por años han comprado sus antojitos. Invita a los turistas a que compren y prueben sus chalupas, ya que menciona que estos últimos, al ser un platillo propio de la región, no las conocen. Vicenta comparte que sí ha visto una disminución en la venta de sus productos, lo atribuye a que la gente no tiene dinero:
"Yo lo que noto es que no hay dinero, no hay dinero. Y ahora en este tiempo ya no nos alcanza. Por más que tratemos de administrar el dinero, no se puede, se acaba. Va uno a la tienda y en dos por tres se acabó y no compró uno nada. Entonces, yo más que nada siento que es eso, no hay dinero, los sueldos están muy bajos y no nos calzan. A veces me dicen '¿cuánto cuesta?' 'Pues qué tanto'. 'Ay, señora, nada más traigo tanto. No traigo', o sea que no hay dinero".
Quienes gusten degustar de los antojitos que Vicenta vende pueden encontrarla alrededor de las dos de la tarde en los alrededores de la Plazuela de San Roque: "Yo las invito a que prueben mis chalupas. Si no las han probado, que las prueben para que se lleven un buen concepto de mis chalupas".