Ya no son ratas; ahora son goteras y humedad las que deterioran biblioteca UG
Luego de la polémica por la plaga de ratas y chinches a la que se enfrentó, la biblioteca UG de Noria Alta ahora lucha contra la humedad
Alejandro Sandoval
Guanajuato.- Ya no es una plaga de ratas, chinches y excremento de roedores la que afecta a la biblioteca ‘Doctor Jesús García Soto’ de la División de Ciencias Naturales y Exactas (DCNE) de la Universidad de Guanajuato (UG), sino que ahora son las goteras y escurrimientos del agua pluvial lo que ha afectado el mobiliario de este espacio.
De hecho la humedad y el agua de las últimas lluvias ya causaron daños visibles en el edificio, ubicado en Noria Alta.
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De acuerdo con material en poder de Periódico Correo, consistente en videos y fotografías que se tomaron a finales de agosto y principios de septiembre de este año, se observa la caída del agua al interior de la biblioteca. Esto causa daños incluso en los salones de cómputo.
Al parecer, el edificio no cuenta o se dañó su sistema de drenaje de agua pluvial. Y es que el agua cae como cascada sobre las escaleras, y las goteras en los salones parecen chorros.
En un vídeo se observa un plafón caído casi encima de las computadoras.
Humedad y deterioro son evidentes en la biblioteca
Tras un recorrido efectuado por Correo en el lugar, se constató el descuido en que se encuentra este edificio de la Universidad de Guanajuato, con marcas de humedad en los plafones de algunos salones y espacios de la biblioteca.
Los sanitarios están inhabilitados, aunque se desconoce si es por alguna falla derivada de las lluvias.
Las manchas que deja a su paso el agua es evidente. Así también sobre algunas columnas del inmueble.
Suerte contraria es la que corre por ejemplo la Biblioteca Armando Olivares (BAO). Esta tiene un recorrido virtual y la UG lo presume en sus comunicados de prensa.
Pero el mal estado de la biblioteca Jesús García Soto evidencia que en la preservación de los espacios universitarios no se mide con la misma vara, o las obras no se realizan de la forma correcta.
Bibliotecas universitarias no reciben el mismo trato
En un reporte de Transparencia sobre las obras de remodelación o mantenimiento que ha realizado la Universidad de Guanajuato de 2018 a la fecha, aparece solamente una obra de mantenimiento general de instalación hidrosanitaria y cisternas en módulos sanitarios de la planta baja e impermeabilización de azotea en la biblioteca de la sede Noria Alta.
El reporte no precisa la fecha de la obra ni el costo, pero los problemas que persisten tras esos trabajos son evidentes.
El número de contrato de esta obra es el UG/RE/AD/PI/CD/124-21.
En cambio, en la biblioteca Armando Olivares en el mismo periodo se han hecho dos obras: impermeabilización y mantenimiento eléctrico.
La mayoría de los libros de la biblioteca de Noria Alta tienen que ver con las carreras afines al campus, cómo quinina y enfermería. Pero también hay revistas especializadas y tesis para consulta de los estudiantes. El edificio es de varios niveles y se observa en general descuidado. Aún así, el espacio es empleado por estudiantes para preparar sus clases y exámenes.
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Segunda polémica tras plaga de ratas
El 17 de junio pasado, Correo publicó la proliferación de ratas y demás bichos en esta biblioteca. Se informó entonces que durante la pandemia, tanto empleados como estudiantes dejaron de ingresar a ella, y que al retornar a labores presenciales se detectó el problema.
Ahora el tema de las goteras y la humedad la hace volver a la opinión pública.
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