Atrapados en una zona de guerra: la historia de la familia irapuatense que pudo regresar de Israel
Irapuato, Guanajuato.- “Una pesadilla de la que ya despertamos”, así es como Franco Alberto Soria Macías describió los últimos días de un viaje del que nunca imaginó que regresaría en un avión del Ejército Mexicano, tras quedar atrapados con su familia en medio de una guerra a unos cuántos metros de la ‘Tierra Santa’ que siempre quiso conocer.
Franco y su esposa Suggey y sus tres hijos Eitan de ocho, Saraheli de cinco y Eliam de un año de edad ya están en Irapuato y fueron recibidos por sus amigos y familiares con un abrazo de alegría por volver a verlos, y una que otra broma “creí que no volvería a verte”, pero con un sentimiento de alivio de poder estrechar nuevamente sus manos.
A pocas horas de regresar a Irapuato y con un cansancio evidente que no solo refleja un vuelo de entre 24 y 28 horas, con cinco escalas internacionales y tres niños que cuidar, sino la angustia, el miedo y la desesperación de casi cuatro días en los que buscaron regresar a casa.
Franco ya está de nueva cuenta en su negocio, una zapatería especializada en calzado para diabético, ubicada en el Centro Histórico, luego de haber viajado a Israel el pasado 30 de septiembre.
Contó a Periódico Correo como desde hace varios meses comenzaron a planear el viaje a Israel, amante de la cultura hebrea que solo había conocido a través de los libros, planeó con su esposa este viaje, que sabía que sería difícil por llevar a niños pequeños pero que al final resultó una pesadilla de que sintieron alivio el momento en que el vuelo despejó de tierras israelitas.
Estalla la guerra en el desayuno
Un día antes de regresar a México, la familia de Franco estaba desayunando en el departamento que habían rentado durante su estancia en Israel, porque era Sabbat, y no se labora, además de que se festejaba el Simjat Torá, por lo que el Gobierno de Israel estaba distraído y relajado, con el personal mínimo laborando en una ciudad con las calles solas. Fue entonces que comenzó el ataque.
“Estando ahí escuchamos una alarma y luego una detonación, no sabíamos que era, no creíamos que fuera una bomba, en Israel es poco común ese tipo de cosas, porque es un lugar santo para los musulmanes, preguntamos con la gente que nos rentaba y que nos dijeron que eran juegos artificiales, que había fiestas por graduaciones, luego nos confirmaron que no, que era el Hamás que estaba atacando, escuchamos sonar las alarmas más veces, los impactos se escuchaban cada vez más fuertes cada vez más cerca y supimos del refugio que estaba por el departamento, vimos cruzar con nuestros niños momentos de desconcertación por no saber cómo actuar y el nerviosismo”, contó.
Cuando supimos que la guerra había estallado sabíamos que sus planes ya no serían los mismos, había un problema y el principal objetivo era salir a como diera lugar de Israel, pero poco a poco se fueron quedando sin opciones y con la angustia y preocupación del destino que tendrían sus hijos.
Solo queríamos salir de ahí
La aerolínea Iberia con la que tenían los boletos de regreso pactados no quisieron apoyarlos en nada, solo re agendar el vuelo, buscaron otras aerolíneas y no había vuelos, todos los vuelos estaban siendo cancelados, la opción más viable era Jordania, pero ¿con niños pequeños? Era muy arriesgado, recordó, además de que el costo del pasaje se elevó a costos impagables.
“Fue muy desesperante, fue un día que intentamos contactar a mucha gente y contactamos a Itzel (Balderas, diputada federal) y ella nos contactó con el gobernador del Estado (Diego Sinhué Rodríguez Vallejo), contactamos con el embajador Mauricio Escanero Figueroa, ya cuando teníamos cierto contacto y comunicación no sentíamos más acompañados menos nerviosos, pero se seguían escuchando los impactos de las armas de fuego”, recordó.
Ese día en la noche los contactó el embajador para decirles que estaban considerados para viajar el primer vuelo para regresar a México porque tenían niños pequeños, por lo que tenían que estar ahí en el aeropuerto el 10 de octubre a las dos de la tarde en donde tuvieron que esperar hasta las siete de la noche hasta que despejó el avión y con ello, un gran alivio indescriptible; su familia estaba a salvo.
‘Cielito Lindo’ por mis hijos
“Hace un momento me decían que como pudimos cantar el ‘Cielito lindo’ si había gente por allá y no sé qué. Pero no están en una situación así, pero al ver que tus hijos están a salvo es una situación improbable, impensable que no estés alegre de que tus hijos estén a salvo, eso no quiere decir que no estés preocupado por la gente que está allá”, señaló.
Franco compartió que durante su estancia en Israel conocieron a dos mexicanos, una de ellas Eliane quien tiene varios años viviendo en Israel, irapuatense de nacimiento y quien estaba en trámite de buscar la nacionalidad israelí, tiene tres hijos de cinco, tres y 10 años, quien se quedó en ese país y les preocupa su seguridad.
El otro es el leonés Jonathan Parker, mexico-americano que se quedó en Israel y por quien también pidió una oración por su seguridad, y es que en estos momentos dijo sentir una especie de alegría y preocupación.
Un pueblo judío que les tendió la mano
“El mismo pueblo judío que está allá, que lo estimamos, que nos ayudaron, que es gente humana de gran corazón por quien pedimos que oren por ellos. No se lo merecen. No es cierto que sea por opresión al pueblo palestino, los judíos y musulmanes son amigos, ellos viven del turismo en Israel, incluso está apoyando los palestinos al Gobierno Israel. Los que hicieron esto son criminales que enseñan a sus hijos a odiar y lo que hicieron no tiene nombre, son terroristas”, señaló.
Su viaje a Israel lo va a recordar siempre como una pesadilla de la que lograron despertar a salvo, que no podrán olvidar porque conocieron a gente que les tendió la mano y que los ayudaron en el momento más difícil de su vida: un país desconocido, una cultura diferente, una guerra.
Cuando se quedaron sin vuelo, la familia judía con la rentaban un departamento los acogió y los llevó al refugio, le dio comida a cambio de nada, el musulmán que los llevó al aeropuerto sin importar que los estallidos de las bombas a los lejos, solo por ayudarlos y mostrar solidaridad, eso es lo que rescatan del viaje, la gente que conocieron y que mostraron que sin importar diferencia o contextos, sigue presente la humanidad entre nosotros.
“Quiero pedir oraciones por un pueblo judío que sigue en guerra, un pueblo con un gran corazón, gente humanitaria y ellos aún se quedan han perdido hijos, han perdido familias, sus familias están luchando aún ahí en el ejército, la mayoría tienen algún hijo inscrito en el ejército y es una situación difícil”, finalizó.