Dan el último adiós a Jairo Zenón, reconocido motociclista muerto en Irapuato
Jairo Zenón López, amante de las motocicletas, es recordado tras un trágico accidente que conmovió a comunidad de motociclistas
Irapuato, Guanajuato.- Jairo Zenón López será recordado por su gran sonrisa y su pasión inigualable por las motocicletas, presidente del Club de Motos Black Panthers, siempre procuró contar con todas las medidas de seguridad en su rodaje, pero en una mala jugada del destino falleció al sufrir un accidente en su querida motocicleta.
Familiares y amigos hicieron sonar los motores de sus motocicletas para acompañar el último viaje de Jairo, y rendirle honor al escoltar su ataúd cubierto con un chaleco de cuero y un casco color negro.
“Todos salimos a la vivir la aventura y la pasión por las motocicletas, pero nunca se sabe si va a regresar”, comentó Juan Diego Pérez, del Club de Motos Lobos Negros, uno de los amigos entrañables de Jairo Zenón López, quien recuerda que los dos iniciaron juntos la aventura de constituir un club de motos, aunque cada uno hizo el suyo, siempre se acompañaban en cada una de las rodadas y aventuras que tuvieron.
Y es que se conocían desde muy jóvenes, casi casi crecieron juntos y así su pasión por las motocicletas, que recuerda que Jairo amaba las motos por su hermano mayor que tenía unas y cuando fue creciendo también incursionó en esta comunidad que hoy lo arropa y que nunca olvidará el noble corazón que tenía.
Juan Diego contó que Jairo no acudió a la ‘Rodada del Terror’ como equivocadamente se dijo, él estaba en otro evento y lamentablemente al regresar de él sufrió el accidente, fue un golpe en el pecho lo que le arrebató la vida, pues él siempre traía consigo el casco de seguridad.
Jairo sí participaba en rodadas, pero siempre eran rodadas con causa, muchas veces en beneficio para los niños con cáncer, ya que como clubes de motos no ven bien que se use de pretexto la comunidad que tienen y ese amor por las motocicletas, para salir a las calles a provocar desorden o causar temor, e incluso un delito, pues conducir una moto va más allá, y Jairo lo sabía muy bien.
El motociclista dejó una mujer y a su pequeña hija, quiénes siempre lo recordaran por esa alegría y amistad que lo identificó y que lo llevó a conocer muchas ciudades como Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Tamaulipas, así como la sierra, pues andar en motocicleta da una seguridad y libertad que resulta adictiva y plena.
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Fotos: Nayeli García