Pequeños ganaderos de Irapuato viven martirio con sus animales por falta de agua y alimento
Los animales lucen flacos y hasta se les ven las costillas a simple vista. Fotos: Eduardo Ortega
Irapuato, Guanajuato.- La resistencia de ganaderos locales está a punto de agotarse. Parcelas semidesérticas, reses y chivas cuyos costillales y huesos de extremidades se aprecian a plena luz del día es lo que priva en las comunidades rurales a causa de la sequía que se registró desde el año pasado.
Tierra, piedras, muy poco rastrojo seco es el denominador común en la comunidad Valencianita, desde temprano los pastores se saludan, se acompañan en busca de pastizal para la reses y chivas.
La fe nunca la pierden y pese a que saben que tendrán que caminar hasta por más de una hora con su ganado al que a plena luz del día se les notan los costillales y huesos de extremidades, aún así buscan el alimento para el ganado.
Fernando cuida 70 reses y 7 chivas, propiedad de su familia. Recordó que desde hace al menos 7 años, la sequia ha complicado sus actividades, pues al no haber lluvias tampoco hay agua ni pastizal para los animales.
“Se nos enferman las vacas por el calor, porque no hay agua, ahorita se nos murió un becerro por eso mismo”, platicó el pastor mientras cuidaba el ganado.
La alimentación, vestido, calzado y sustento de 12 personas de 2 familias además de la de Fernando dependen de la engorda del ganado. Antes de la sequía además vendían leche.
“Este año si tuvimos que vender las vacas más flacas fueron 5, los precios andan muy bajos de entre 4 y 5 mil pesos y no es fácil venderlas porque no las quieren por lo mismo están muy flacas y ahorita ya no las ordeñamos porque no dan leche, las chivas grandes andan en los 700 pesos y las chicas en 300 pesos, chivas ahorita no hemos vendido porque están muy chiquitas”.
Compran alimento por falta de pastura
Fernando ha caminado hasta hora y media con sus reses y chivas en busca de pastizal. Para suplir el alimento del ganado, sus familiares tuvieron que reajustar su economía, comprar alfalfa, preparado cuyo bulto tiene un precio de 3 mil pesos y es suficiente para alimentar por una semana a las reses. También acudieron a una empresa especializada en conservación de alimentos, para comprar las zanahorias que no pasaron las pruebas de calidad y dárselas a las reses, el costo de cada cajón de camioneta oscila de los 150 a 200 pesos y alcanza para alimentar el ganado una semana.
“No nos han dado ningún apoyo, si estaría buen pedir una ayuda, porque si la necesitamos, antes ya habíamos batallado en estos tiempos de sequía”, contó Fernando.
Linaza, zanahoria, pastura preparado 3 mil pesos el bulto que es suficiente para una semana,
Martina espera que sus becerros sobrevivan
Con su reboso azul en la cabeza y un trozo de manguera en la mano, para apresurar a sus siete reses entre toros, vacas y becerros a buscar pastura, Martina Cerda Zaragoza, salió apresurada de su hogar ubicado en la comunidad Valencianita. Ella es una de las familias afectadas por la falta de lluvias.
“Ya tenemos rato con este problema todo el año pasado no llovió, no se dio la pastura para los animales y lo que va de este año fue más crítico este año, si le hemos batallado para comprar rastrojo y alfalfa”.
Para Martina, su marido y una hija, la alimentación del ganado es fundamental, porque es la principal fuente de ingresos de la familia. Desde el año pasado igual que la familia de Fernando, tampoco ordeñan las vacas, porque una de ella tuvo un becerro, dos más están cargadas y confían en que pese a las dificultades para garantizar el alimento, los becerros se logren.
“No hemos pensado en vender todavía, ahí a ver cuánto aguantamos esperamos que haya la lluvia. Nosotros no nos hemos dado cuenta de que hayan dado algún apoyo, antes abrían la presa Ave María, a veces soltaban, pero esta seca también desde el año pasado, ese era el apoyo que había”.
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