Villa Infantil en Irapuato perdió 25% de donativos en los 2 años de pandemia


Nancy Venegas
Irapuato.- La Villa Infantil también resintió las repercusiones económicas de la pandemia por Covid-19. Laura Martínez de la Mora, directora del albergue, informó que en los casi 2 años de la alerta sanitaria, los donativos se redujeron 25%, aunque mes a mes se consiguieron gracias a los miembros del Patronato los 140 mil pesos para cubrir gastos de operación y mantenimiento para la atención de los 30 habitantes.
“Si tuvimos disminución de donativos, pero nunca como podríamos haber pensado yo creo que hemos tenido si acaso un 25% de disminución cuando podríamos pensar que tal vez podría ser hasta más del 50% y realmente la operatividad de la organización podría verse seriamente afectada o incluso no poder continuar”, comentó Martínez de la Mora al hablar de las consecuencias económicas que padecieron a causa de la pandemia por Coronavirus.
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Para mantener las actividades, atenciones que se brindan a los 30 habitantes de la Villa cuyas edades fluctúan los 6 hasta los 22 años de edad, se necesitan en promedio de 140 mil a 142 mil pesos. Hasta el momento ninguno de los habitantes ni colaboradores ha padecido Covid-19.
Durante los casi 2 años de la pandemia, para garantizar el salario de los colaboradores, cubrir la manutención de los 30 habitantes y servicios básicos, la directora de la Villa confirmó que la labor de los integrantes del Patronato permitió que se consiguiera el dinero para mantener todas las actividades.
“Hemos renovado nuestro Patronato y ellos están haciendo un arduo trabajo para poder recuperar y tratar de suplir estas mermas que tuvimos durante la pandemia”.
Otra circunstancia que evitó que continuarán algunos de los proyectos de mejora, fue la eliminación de convocatorias que manejaba Indesol, como la de proyectos externos, en donde participaba la Villa con obras de rehabilitación y mantenimiento.
“Tenía un programa muy importante que era de conversión social en el que éramos ya clientes nosotros, participamos cada año y teníamos un tope de 300 mil pesos que eran sumamente útiles pero que se utilizaba para programas externos de construcción, rehabilitación de instalaciones, programa sobre sexualidad o talleres diversos que no le pegan directamente a la operatividad, donde sí nos ha pegado es en nuestras metas de crecimiento, de infraestructura, de contratación de mayor personal de nuevos programas como como un programa permanente de sexualidad porque no ya no contamos con recursos para cubrir los salarios de los psicólogos y de los facilitadores que se requería”.
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LC