Crean bases para nueva vida: Mauro y Ángel dan segundo uso a residuos de poda en León
Scarleth Pérez
León.- Desde hace un año Mauro y Ángel tienen la labor de darle un segundo uso a los residuos que la poda a las diferentes especies de la ciudad, genera. Los árboles caídos y los viejos pinos navideños también pasan por sus manos, hasta convertirse en tierra para maceta.
En el vivero municipal, los dos hombres son los responsables del molino. Su trabajo es hacer trizas las ramas, pinos navideños y demás restos de la distinta vegetación de la ciudad. Bajo el aturdidor ruido del molino, Ángel y Mauro, echan las ramas sin descanso.
“Una vez que la máquina se prende, hay que estar echándole, porque el diésel se está gastando”, explica Ángel, jardinero desde hace 10 años.
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El trabajo de ambos es pesado y peligroso. Mientras el molino está prendido, las manos son su única herramienta, y hay que moverlas rápido para que la máquina rinda. La fuerza para romper los troncos hace que pequeños trozos salgan disparados, la mayoría de las veces, pegan en el rostro, algunos dejan sangre a la vista. Pero una careta de seguridad, no es opción, el calor es mucho, sería insoportable, apunta Ángel.
Al fondo del vivero municipal -el ubicado en el camino a Ibarrilla-, Mauro y Ángel todos los días reciben diferentes residuos de vegetación. De entre la poda y árboles caídos que todos los días acarrean sus compañeros de Parques y Jardines, además de los residuos (con las mismas características) que los ciudadanos les proveen, como parte de un servicio municipal, los molineros únicamente paran bajo la sombra de un árbol, para hidratarse. El garrafón completo es el refuerzo durante la jornada laboral.
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El escenario de los molineros está conformado por pequeñas montañas -donde los residuos del molino son apilados-, todas tienen diferente color, unas más verdes que otras y las que son de color café, ya están listas para reutilizarse como tierra para macetas.
Cuando la rama triturada aún está verde, se pone a secar, después de una semana, ya está lista para revolverse con tierra y reutilizarse. La labor diaria de Mauro y Ángel deriva en toda la tierra que el vivero municipal utiliza en la reproducción de las distintas especies que se cultivan en el lugar. La tierra también se puede comprar por los ciudadanos, o en caso de que se adopte una especie, se puede solicitar un extra de tierra para el trasplante.
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Sin embargo, los residuos de los pinos navideños no tienen el mismo final. El tronco de esta especie genera una goma que no sirve para la composta. Estos residuos se usan para mantener hidratados los adornos florales y distintas superficies terrosas, explicó Mauro a Correo.
En el zoológico de la ciudad, los viejos pinos navideños, también son bienvenidos como alimento extra para algunas especies. Aunque el residuo del pino navideño, no sirve para dar vida, el municipio lanzó una campaña de acopio.
Del 7 de enero al 11 de febrero se recibirán los arbolitos en cinco puntos de la ciudad (detalles adelante). Además, las familias se llevarán una planta por cada árbol depositado.
En 2021, se recopilaron 224 árboles en los centros de acopio.
Los pinos tienen su propia montaña en el molino de Ángel y Mauro. Esos no se mezclan con la composta que seguirá dando vida.
