Familias perdieron todo por incendio, ahora su refugio es la casa de Bonifacia
En casa de Bonifacia se perdió todo tras el incendio provocado; fueron 8 las familias a las que el fuego les quitó hasta a sus mascotas
Scarleth Pérez
León.- El fuego dejó sin hogar, sin pertenencias, sin nada, a ocho familias en Santa María de Cementos. El incendio del domingo pasado, consumió las casitas de lámina. “Fue provocado, ya nos lo habían advertido”, dijo con tristeza Bonifacia, una señora de la tercera edad que fue sacada a jalones y que se dio cuenta de lo sucedido hasta que se lo explicaron.
Eran las cuatro de la tarde, cuando Bonifacia desde las vías preguntó, “¿Qué pasa? Ya no puedo caminar”, cuando volteo hacía su casa, el fuego ya se había apoderado del lugar. Segundos más tarde, no hubiera logrado salir con vida.
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En la casa de Bonifacia, cuatro familias, compuestas por 19 personas perdieron sus pertenecías, a un perrito y a un gato. Ahora, todos se refugian en el cuartito de Bonifacia, el único que se salvó. Pero también fue alcanzado por las llamas; las ventanas se reventaron y los acrílicos de su alacena se derritieron. “Poco más y se va todo”, apuntó Carlos, su hijo.
Los tanques de gas, los bomberos se los llevaron, se dañaron mucho, no eran seguros, pero no los repusieron.
La casa de Bonifacia es refugio de sus hijos y yernos, que se dedican al reciclaje y a la albañilería, las herramientas para ambos oficios se consumieron por el fuego. Gaby, Juan Carlos y Jerónimo perdieron sus triciclos que recientemente obtuvieron al inscribirse al padrón de pepenadores que habilitó el gobierno municipal de León. Y las bicicletas, usadas para transportarse a los trabajos de albañilería también se perdieron.
“Nos quedamos sin nada”, apunta Juan Carlos con la mirada triste.
Necesitan ayuda para levantarse
Las pocas bardas que componían las viviendas, tuvieron que ser derrumbadas. El fuego las debilitó. En el espacio, donde estaban los cuartos de Gaby, Juan Carlos y Jerónimo, solo quedan montañas de escombros y cenizas por todos lados. La luz, apenas se las pusieron este jueves, el resto de la semana la pasaron en penumbras.
Por cuarta ocasión, dice, la misma muchachita provocó el fuego, pero esta vez nos alcanzó a nosotros, a la recicladora y acabó con todas las pertenecías de ellos. Los vecinos tienen identificada a la joven que abría ocasionado el fuego. Ya es recurrente en ella, apuntan.
En la familia de Bonifacia, cualquier tipo de ayuda es bien recibida, a cualquier hora del día, ellos están ubicados sobre la calle costas del Océano Ártico Glacial. La puerta fue delimitada provisionalmente con las viejas láminas.
Las otras familias
En la casa de Gloria, sus tres hijos, también levantaron sus jacalitos. En ese terreno otras cuatro familias lo perdieron todo.
“Si nos han regalado ropa y despensas, pero eso uno lo puede comprar, eso no nos sirve. Necesitamos material para construir, para que el fuego no vuelva a consumir todo”, dijo Cristo, el hijo de Gloria.
En la casa de Gloria, el fuego se ha vencido en varias ocasiones, pero está vez no lo lograron. Cuando ella se salió a trabajar, también en el reciclaje, a las dos horas les avisaron que su casa ya se había quemado. Por suerte, en esta ocasión no lamentó perdidas humanas, como hace cuatro años, cuando su nieto de 3 años murió atrapado en el fuego.
Las ocho familias afectadas sí han recibido donaciones de ropa y unos que otros enceres de cocina. Pero aún les falta material de construcción para levantar sus casitas.
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LC