Atlas cae, pero va a la final por mejor posición en la tabla


SUN
Ciudad de México.- Sólo una noche histórica podía tener un cierre dramático. Lo que se vivió en el Estadio Jalisco fue una fiesta que jamás se olvidará. A lo Atlas, no había otra forma. Mucho tiempo se habló únicamente de los ‘Niños Héroes’ de Ricardo Antonio La Volpe. Ayer, la Furia de Diego Cocca pasó a la historia.
Dramático partido que perdieron por marcador de 1-0 ante un plausible Pumas, pero que la posición de tabla los metió a la final. El 6 de junio de 1999 fue la última vez que los Zorros disputaron una final. Ahora se enfrentarán al León, en casa y con un Jalisco que parece manicomio.
Los universitarios buscaron desde el inicio construir una hazaña de esas a las que se acostumbraron en los últimos días. Andrés Lillini cambió la estrategia, pero regaló 45 minutos: Erik Lira de central junto a Nico Freire y Arturo Ortiz. Nunca antes visto y Atlas fue superior.
El primer y único tiro de los Pumas en la primera mitad llegó hasta el minuto 41. Nada le salía al equipo universitario. Andrés Lillini ajustó con tres cambios desde que inició el segundo tiempo y funcionó. Al menos Atlas ya no tenía tanta posesión.
Toda la fiesta que se vivía en el Jalisco vivió un rato de amargura con la anotación de Juan Ignacio Dinenno. El argentino empujó un balón en una de las contadas llegadas que tuvo el cuadro visitante para abrir el marcador y empatar el global.
En el cierre llegó la polémica, tras un centro, Anderson Santamaría trató de rechazar pero saltó con el brazo estirado propinando un duro golpe a Juan Dinenno dentro del área, el argentino terminó con la nariz partida y una hemorragia, el árbitro revisó en el VAR pero no decretó el penalti.
En tiempo agregado Dinenno se fue expulsado por una patada sobre el defensor Jesús Angulo en un intento de chilena. Después del gol en el Jalisco se vivió una tensión impresionante. Las emociones vivían altibajos que sólo se podían vivir, a lo Atlas.
Llegó el silbatazo final y los nervios cambiaron por lágrimas y sonrisas que demostraron lo que significó esta noche para un equipo que 22 años, 5 meses y 28 días después de su última final, volverá a pelear por el campeonato