Viernes, 10 Enero, 2025

13 ℃ Guanajuato

Crónica| Entre chiflidos, banderas y motos verdes: que gane el León es cosa seria

Es un domingo atípico, no cabe duda. Son las 10:00 de la noche y las calles están llenas. Hay alboroto, alabanzas, gritos desmesurados, banderas verdiblancas, personas caminando rumbo al estadio

Marcador

Óscar Jiménez

Crónica| Entre chiflidos, banderas y motos verdes: que gane el León es cosa seria Crónica| Entre chiflidos, banderas y motos verdes: que gane el León es cosa seria

Foto: Óscar Jiménez

León, Guanajuato.- Es un domingo atípico, no cabe duda. Son las 10:00 de la noche y las calles están llenas. Hay alboroto, alabanzas, gritos desmesurados, banderas verdiblancas, personas caminando a la misma dirección (rumbo al estadio) y otros que hacen cosas que, normalmente, no harían un domingo a estas horas de la noche.

Una madre de familia, por ejemplo, chifla de manera eufórica a bordo de una pequeña camioneta Ram. Es casi el cruce del bulevar Francisco Villa con el bulevar La Luz, y poco le importa el tráfico. Lanza algunos ‘rechinidos’ con la boca mientras con una mano toma el volante, la otra la saca por la ventanilla y anima a los otros aficionados del Club León que están en la contracara de la calle. Sus hijos que van en la caja, ni siquiera reciben el regaño -normal y acostumbrado- por llevar el camper abierto mientras también se unen al festín. Gritan de todo que ni se les entiende.

 

 

 
Foto: Óscar Jiménez 

La camioneta está formada en una interminable fila de autos que buscan llegar al mismo sitio: las afueras del Estadio León. Ahí se han reunido miles de personas para, en conjunto, saltar y vitorear por el triunfo del equipo de Nicolás Larcamón en la CONCACAF Liga de Campeones.

Mañana hay clases, actividades laborales… y se sabe. Por eso que es atípico el andar de estas horas de la noche.

 
Foto: Óscar Jiménez 

Le queda muy claro al señor que viaja en una unidad del Sistema Integrado de Transporte, la primera que se ha quedado estancada en el bulevar Adolfo López Mateos al no poder continuar con la ruta planificada debido a la ‘invasión’ de los aficionados que ya cargan con banderas, peluches de leoncitos en los hombros, perros con pañoletas verdiblancas, niños cargados, bengalas, playeras de todas las épocas, cervezas en mano y muchos dimes que mañana serán, solamente, un dulce recuerdo de una hazaña histórica.

“Ahora sí que nada es complicado, vendes el carro o no sé, pero vale la pena invertir”, cuenta Oswaldo en una entrevista. Así piensan muchos cuando dimensionan que al León le podría tocar ‘la suerte’ de enfrentar al campeón de la Champions League en el mundial de clubes. O, mejor dicho, quienes piensan que hay dos mundiales asegurados para el equipo. Otros más mesurados dicen que prefieren ahorrar. Pero eso sí, por ir, o al menos el soñar, nadie se pone límites… y mucho menos, se raja.

 

 

 
Foto: Óscar Jiménez 

EL TÍTULO LLEGÓ EN ‘UBER EATS’

Además de personas vestidas con indumentaria verdiblanca, otra cosa que destaca en los linderos del Estadio León es la inverosímil cantidad de motos que se encuentran aparcadas. Si no existieran los datos -o censos- que contabilizan la cantidad de automóviles y bicicletas en la ciudad, uno pensaría, por lo visto durante la noche de este domingo en la ‘plazuela’ del estadio, que la movilidad leonesa depende de las motocicletas.

 
Foto: Óscar Jiménez 

Hay de todo, eso sí: una motocicleta con un ‘piloto’ que ha aprovechado las complacencias de la ocasión para derrapar y quemar llanta a las afueras del Office Depot que se encuentra frente al Estadio León; es una moto con una luz verde de neón que, seguramente, se tiene por alguna razón muy futbolera. Los acelerones que pega son el acompañamiento musical de los festejos que, por el momento, son más tranquilos que lo que ocurrió cuando el León de Matosas ascendió y se llenó el centro histórico de la ciudad al perseguir la caravana del plantel, o en comparación de aquellos, del mismo plantel y el mismo entrenador, cuando consiguieron el bicampeonato… y hasta piedras, botellas y palos volaron en la misma zona en la que hoy, miles, se han congregado para festejar y lanzar bengalas, cánticos, alabanzas, y uno que otro escupitajo de mera emoción.

 
Foto: Óscar Jiménez 

Hay otra peculiaridad en el ‘mundo’ de las motos: a los festejos, para pronto, se han dado cita decenas de repartidores de plataformas de comida a domicilio como Uber Eats, Didi, Rappi, entre otras. Los delatan las mochilas que traen consigo. Quizá, en algunos de los casos, aún con un pedido que no ha llegado a tiempo. Se han involucrado en los festejos y observan con principal detenimiento el ‘río’ de personas que le ha aplicado una encerrona a los autos que intentaban cruzar en el bulevar. El título, bien se podría decir, llegó en Uber Eats.

 

 

 
Foto: Óscar Jiménez 

Los cláxones no han dejado de sonar. Ni en la cumbre del festejo ni en los alrededores. Se acompañan, también con los datos de los sabios.

“El equipo ganó mucho en los 40”, le replica un niño de unos 10 años a su madre, mientras salen de la zona del escándalo. Se lo platica en un tono aleccionador al momento de haberle consultado en Wikipedia, seguramente. “Ay, cabrón”, le responde la madre en un tono que sobrepasa lo sarcástico. Al niño no le queda de otra más que reafirmar lo aprendido hoy; “Investiga. Investiga bien”, le ha dejado de ‘tarea’ a la madre’.

 
Foto: Óscar Jiménez 

Unos llegan y otros, como el chico con su madre, comienzan la retirada. No olvidemos que mañana hay escuela, y labores, a pesar de la cerveza que se trae en manos, la euforia que se ha apoderado de la mayoría, y la brújula y los horarios que algunos traen asíncronos; “Es para el otro lado, güey”, le grita un aficionado a un hombre que salía de la zona de festejos, ya rumbo a su casa. El que reclamaba, claro, apenas llegaba al lugar de la ebullición.

Es casi medianoche y en la ciclovía, de la derecha del Vasco de Quiroga, viaja un padre con su hijo, ambos lucen la playera de la Fiera con singular alegría. Muy apenas, pero ambos levantan las manos y se unen a la fiesta cuando pasan los coches por un lado y pitan para provocar una reedición de un festejo desmesurado. En los alrededores hay personas a las afueras de su casa, con playeras de la Fiera, y que han sacado sillas, mesas y botana para ver, únicamente, como pasan los demás rumbo a la celebración.

 
Foto: Óscar Jiménez 

Otros han aprovechado para hacer una ‘parada obligada’ en su taquería de confianza. Porque eso sí, los locales de comida hoy no cierran temprano, ya que mientras uno llegue bien enfundado en la playera de la Fiera, habrá motivo de festejo. No se deja de aplaudir, y no se deja de vender. Claro. Ya es medianoche y algunos apenas entran a sus fraccionamientos de regreso del festín. Las calles siguen llenas, continúa la gozadera descomunal… y algo queda claro: es un domingo atípico en León.

MM

Temas

Te recomendamos leer