Luis Rubiales renuncia a que sus hijas declaren en el juicio por el beso no consentido a Jennifer Hermoso
CDMX, México.- El ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha decidido renunciar a que sus hijas, Lucía y Ana Rubiales, declaren como testigos en el juicio que enfrenta por el beso no consentido y las presuntas coacciones posteriores a la futbolista Jennifer Hermoso.
La abogada del exdirectivo, Olga Tubau, comunicó la decisión este miércoles al magistrado José Manuel Fernández-Prieto, quien dio por renunciada la doble testifical y ajustó el calendario de testigos en la vista oral.
Testigos clave en el caso
En la sesión de este miércoles, comparecieron como testigos el exjefe de Gabinete de Rubiales, José María Timón; el expresidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino, Rafael del Amo; el hermano de la futbolista, Rafael Hermoso; Victoriano Martín, testigo de una conversación entre el entonces seleccionador Jorge Vilda y Rafael Hermoso; y la portera del Real Madrid, María Isabel ‘Misa’ Rodríguez.
Uno de los testimonios más esperados fue el del seleccionador de España, Luis de la Fuente, quien admitió no haber sido consciente de la magnitud del escándalo cuando ocurrió. De la Fuente, quien formaba parte de la delegación que viajó a Sídney para la final del Mundial Femenino 2023, declaró que se enteró del beso en el avión de regreso a España y aseguró que no participó en la gestión de crisis que realizó la RFEF tras el incidente.
Declaraciones de Jennifer Hermoso
Jennifer Hermoso también testificó en el juicio y reafirmó que el beso fue no consentido. La futbolista describió el momento en que Rubiales la sujetó por la cabeza y le dio un beso en la boca, acción que generó indignación a nivel mundial. Hermoso también mencionó que intentó minimizar el impacto del incidente en el momento, pero con el tiempo comprendió la gravedad de lo sucedido.
Acusaciones contra Luis Rubiales
Luis Rubiales enfrenta cargos por agresión sexual y coacciones. La Fiscalía solicita una pena de 2 años y medio de prisión, además de una multa de 50,000 euros y la prohibición de desempeñar funciones deportivas. La acusación se basa en el beso no consentido a Hermoso y en las presuntas presiones para que la jugadora defendiera públicamente al ex presidente de la RFEF.
El juicio continúa con nuevas declaraciones y se espera que marque un precedente en la lucha contra la violencia de género en el deport
