Consecuencias del Río Turbio se sufren en Cuerámaro: así luce presa Tres Villas
El Río Turbio, uno de los cauces más contaminados del estado de Guanajuato. Foto: Manuel Arriaga
Cuerámaro, Guanajuato.- La presa de Tres Villas, poder una riqueza natural que se encuentra amenazada por la contaminación del Río Turbio, su principal fuente de agua. En ella habitan diferentes especies de animales entre las que destacan los patos y otras aves migratorias que cada año llegan procedentes de Estados Unidos y Canadá para pasar la temporada invernal.
“La laguna de Tres Villas, después de la Presa del Aguacate, es el principal embalse del municipio, tiene una superficie de 274 hectáreas y una capacidad de almacenamiento de 600 mil metros cúbicos de agua, actualmente la laguna, está sufriendo un proceso de degradación ecológica, ya que su principal nutriente es el Río Turbio y sus aguas están contaminadas”, señaló el cronista de la ciudad Julio Alvarado Soto.
La Presa capta el agua de lluvias de la zona, pero su principal fuente de agua es el Río Turbio, uno de los más contaminados del país y que de acuerdo a algunos estudios, arrastra en sus aguas contaminantes químicos y metales pesados, producto de la actividad industrial en la zona de Purísima de Bustos, San Francisco del Rincón y la ciudad de León.
En Guanajuato, la Secretaría del Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (SMAOT) tiene registradas 430 especies de aves, de las cuales 193 son migratorias, que representan aproximadamente el 45% del total de especies, es decir, de cada 10 aves que se tienen registradas en Guanajuato, 4 son migratorias.
Algunas de esas aves recurren a los cuerpos de agua que existen en el estado de Guanajuato para continuar con su ciclo de vida y de reproducción, donde, en la entidad se enfrentan a problemas como la caza furtiva y la mortalidad de aves. La contaminación del agua juega un papel muy importante pues, en algunas presas se han registrado casos de botulismo.
Río Turbio está contaminado con metales, ¿es peligroso?
Con las lluvias volvieron a la normalidad los niveles de los ríos Lerma y Turbio, ambos que cruzan la zona sur de Guanajuato y son de los principales afluentes para la actividad agrícola de la región.
Sin embargo, no solo el agua llegó con ellos, sino también la contaminación, aquella polución que se genera en las zonas más desarrolladas e industriales y cuyos contaminantes, incluyendo metales pesados, terminan depositándose en los suelos de la región.
Tan solo en el Río Turbio, uno de los cauces más contaminados del estado de Guanajuato, es el reflejo del daño ocasionado en más de tres décadas, sin control alguno.
Los ríos Temascatío, Turbio, Batán, Laja y Lerma, así como la presa La Purísima, presentan indicios de raticidas, plomo, níquel, mercurio, arsénico, solventes, petroquímicos y desechos industriales.
En el 2005, un estudio de la UNAM confirmó la presencia de metales pesados en el Turbio. El estudio realizado por el Instituto de Geología fue denominado ‘Monitoreo de contaminantes en las cuencas de los ríos Guanajuato, San Juan de Otates y Turbio y su impacto en el río Lerma, estado de Guanajuato, México’, del cual correo tiene copia, y establece que el río tiene cantidades de metales pesados por encima de lo permisible, incluso encima de los límites internacionales.
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