Dan último adiós a Martín, Maria Elena y su nieto Cristopher, víctimas de la masacre de Yuriria
Seres queridos de las víctimas de la masacre de Yuriria acudieron a decirles adiós en la misa y en el panteón.
Yuriria, Guanajuato.- Este viernes, decenas de familias se reunieron en la calle Las Lomas de la colonia Yacatitas, donde eran veladas tres de las víctimas de la masacre de Yuriria. Llegado el medio día, salieron caminando detrás de la carroza que los llevaba en sus ataúdes, uno de ellos en color blanco, para señalar la inocencia del menor, un “angelito”, así lo daban a conocer los estruendos en el cielo que generaban los cuetes, durante todo el camino hasta su última morada, el panteón.
“Escuchamos una y otra vez en muchos lugares y en muchos foros y en muchas personas, ¡todo está bien!, ¡ha disminuido el homicidio!, ¡han disminuido los robos!, han disminuido tantas cosas, pero los que estamos en una vida ordinaria, nos damos cuenta que no es así”, fueron las palabras del párroco en su homilía a los familiares y amigos, durante la misa de cuerpo presente de, Martín, María Elena y su nieto Cristopher, de tan solo 14 años de edad, asesinados este pasado martes.
El llanto de los familiares cercanos se aminoraba con la música de la banda que los acompañó durante todo el trayecto al templo y un mariachi en la celebración de la misa de cuerpo presente.
Durante la misa, el párroco en el momento de la homilía, dijo que todos los presentes saben la historia y el cómo sucedieron los hechos sin duda llena de impotencia y coraje a los familiares, cercanos y lejanos, pero desgraciadamente “no podemos hacer muchas cosas”.
Agregó que estarían mal, si Dios les diera la oportunidad de poder vengarse ante esta situación que principalmente han sufrido los familiares, “pero juntos como sociedad, también nos sentiríamos mal, porque en nuestras manos no está el derecho de hacer justicia. No podemos negar que tenemos esos sentimientos, pero en nuestro corazón está la aceptación de las cosas que han pasado”.
El párroco dijo que el bien que todos pueden hacer es cuidar de su vida, el poder cuidar los familiares y amigos, “ahí podemos encaminarnos en la prevención de acontecimientos, de no ponernos en riesgo en nuestra vida, aunque finalmente interviene también el pensamiento y la acción de otras personas”.
Reiteró que hay quienes viven en un mundo diferente, de una manera normal. "Hay quienes viven en otro mundo y su situación es diferente y por eso la preocupación ante los que viven los demás".
“Ustedes pongan el nombre quién quieran, de quienes no viven la realidad de lo que vivimos nosotros día con día y aquí estamos. Por eso, decía hace un momento, la injusticia, el deseo de venganza, la impotencia de muchas cosas, sin embargo, la vida continua”.
Señalo que, así como sufren todos los presentes, también los sacerdotes sufren extorsiones, secuestros, amenazas, “lo mismo sufrimos nosotros. Yo no puedo todavía, a un año y medio casi, superar la muerte de un asesinato de un sacerdote, Javier y simplemente les dio la gana y lo hicieron y así hay muchos casos, entonces tenemos que, ante esta situación poder unir fuerza, entender las cosas, cuidarnos mutuamente y dejarnos a veces de trivialidades que no ayudan a nuestra vida”.
Finalmente, llamó a todos a mantener la fe en Dios y más ante la imagen del Señor de la Preciosa Sangre, “no podemos en este momento valorar hasta donde está en un termómetro nuestra fe. Vamos a encomendarnos a Dios”.
Al termino de la misa, todos se dirigieron al panteón nuevo, para dar el último adiós a Martín, María Elena, y su nieto, Cristopher.
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