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Don Héctor ha sido el reparador de zapatos de Cortazar desde hace 25 años

El reparador de zapatos de Cortazar ha dedicado su vida a esta labor y no piensa abandonar su trabajo mientras pueda continuar haciéndolo
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Daniel Moreno

Don Héctor ha sido el reparador de zapatos de Cortazar desde hace 25 años Don Héctor ha sido el reparador de zapatos de Cortazar desde hace 25 años

Don Héctor recordó que aprendió el oficio de su padre, quien migró a la capital del país para aprender a reparar zapatos. Foto: Daniel Moreno

Cortazar, Guanajuato. – Si un balón se poncha en Cortazar, hay un hombre que le devuelve la esperanza a los niños y jóvenes que jugaron con él; se trata de Héctor Vázquez Cerritos quién es tal vez el reparador de zapatos más veterano de esta ciudad.

Trabajando en su taller de la calle Fernando Montes de Oca, el hombre arregla calzado de todos tamaños y formas. Rodeado de máquinas de coser, de pulir, un mostrador de madera, algunas imágenes religiosas, calendarios y unos rines de bicicleta colgados como señal de su pasión deportiva, el ciclismo.

Don Héctor recordó que aprendió el oficio de su padre, quien migró a la capital del país para aprender a reparar zapatos.

Con una sonrisa, reconoció que desde muy joven, él y sus hermanos recibieron esa enseñanza, pero al principio no le interesó dedicarse a esto. Fue hasta hace 25 años, cuando ya tenía más edad y estaba casado que optó por tomar esta actividad que le enseñó su papá, pues al principio de su matrimonio ayudó a su esposa en su negocio de repostería, mismo que ella aún mantiene.

Su mentor y padre tuvo su taller cerca del Jardín Principal, pero lamentablemente falleció en 2003 y don Héctor se quedó con esta actividad como herencia.

Desde entonces, Héctor Vázquez ha visto pasar varias generaciones de cortazarenses que le han llevado trabajo hasta su taller, como reparación de suelas, medias suelas, zapatos rotos o despegados, pero también para colocar alguno que otro cierre y coser mochilas rotas, aunque entre sus servicios también está el reparar balones.

“Viene mucha gente, por ejemplo, luego me dedico a coser balones o meterles las camaritas y luego hay los que me traen (trabajo) pues ahora ya son unos adultos y se acuerdan de que aquí les compuse sus balones de niños”, narró.

Seguirá mientras pueda

Don Héctor mencionó que va a seguir trabajando mientras pueda, por ahora está de regreso luego de un año de permanecer en casa tras caerse y sufrir una fractura, incluso llega al trabajo apoyado con una andadera.

El maestro zapatero tiene 75 años de edad y dice que piensa retirarse “hasta que Dios se lo permita” y quien sabe si sus hijos tomen el oficio, porque se han dedicado a otras actividades, pero conocen cómo hacer este trabajo al que describió como una labor muy socorrida pues, aunque sea de a poquito, al final del día siempre se lleva algunos pesos a su casa.

Don Héctor reconoció que sus familiares le pidieron ya no trabajar, pero se enfada de estar en la casa sin hacer nada. Por ahora solo lamentó que ya no se puede subir a la bicicleta debido a su edad a su condición física, pero también porque se ha vuelto peligros debido a la delincuencia.

Aun así, el reparador de zapatos se muestra contento, bromista y con energía de seguir trabajando en su taller, recibiendo a su clientela que lo sigue buscando a pesar de los años llevándose a su casa no el dinero como lo principal sino el gusto de sentirse útil.

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