Doña ‘Telita’ cuida con amor y dedicación el jardín de la comunidad Rancho el Cerro en Uriangato
Doña Telita comentó que le encantan las plantas y siente que le responden, ya que florecen muy bonito en el jardín de la comunidad Rancho el Cerro en Uriangato
Uriangato, Guanajuato.- Doña Estela, ‘Telita’, como cariñosamente la llaman, a pesar de recibir solo un pago mensual de mil pesos por dar mantenimiento al jardín principal de la comunidad Rancho El Cerro, lo hace con gran amor y dedicación. Esto se refleja en la exuberancia de la vegetación en sus áreas verdes y en la limpieza del jardín.
En esta comunidad, la población no supera las 500 personas, pero quienes la visitan señalan que estar allí transmite paz y tranquilidad durante el tiempo que permanecen en ese lugar.
"Cuando organizan una fiestecita aquí, que es muy común porque no hay otro lugar grande, disfrutan de estar. Es agradable. Por allá (en un área con espacio), colocan una o dos carpitas, mesas, música, y a disfrutar de cumpleaños e incluso bodas. Por eso me gusta mantener limpio el área verde con sus flores", comentó Telita.
Agregó que ha pedido al delegado de la comunidad y ella misma ha acudido a la presidencia municipal para solicitar la construcción de baños públicos, ya que son muy necesarios.
"Por ahora, de alguna manera, remedian sus necesidades, pero son muy necesarios".
Doña Estela mencionó que al morir su esposo se quedó sola, ya que su hijo e hija viven en los Estados Unidos. Este año, gracias a Dios, su hija la visitará con su familia.
"Estoy muy contenta, pero como todos los días, me levanto temprano. A las seis de la mañana llego aquí, especialmente después de la lluvia, para quitar basurita y hierba y mantener hermoso el jardín".
Comentó que le encantan las plantas y siente que le responden, ya que florecen muy bonito.
"Aquí la tierra está muy dura, el jardín se hizo sobre piedras, rellenado con pura grava, pero a pesar de eso, hay plantas. Tengo geranios, buganvilias, crisantemos, camelias, de todos colores, incluso arbolitos frutales y uno de chile piquín para el caldito. "Ya estoy viejita, pero desde temprano vengo, riego, barro, arreglo mis plantitas. También voy a limpiar el templo y trabajo en la limpieza de una casa. Así salgo adelante, porque también tengo que comprar abono y líquido para matar la plaga. Aquí tengo el trabajo de todo el año y el jardín es la única cosa bonita que tiene el rancho, además de su templo", concluyó.