La capilla de la presa Allende, 65 años resistiendo los embates del tiempo

Roberto López

San Miguel de Allende.- La capilla de la presa Allende ha sido testigo estoico de su historia pese a que hace más de 65 años no se usa. Los devotos la abandonaron cuando tuvieron que migrar a una zona más alta para que no les afectara la llegada del agua.

De hecho, la comunidad estaba asentada en la parte baja de la capilla, justo donde hoy ancla el agua de la presa, pero cuando se construyó, tuvieron que cambiarse a una zona más alta. Hoy, esa comunidad es Flores de Begoña. El santo al que le guardaban devoción era San Isidro, pero la imagen también fue llevada a la nueva comunidad y actualmente descansa en el templo que ahí se construyó en su honor.

La sequía que actualmente padece la presa ha permitido que la capilla pueda contemplarse en su totalidad, aunque lo cierto es que hace muchos años que el agua no la inunda por completo. Los lugareños aseguraron que cuando el agua sube, apenas y toca uno de sus muros. De hecho, en su interior, la capilla tiene grafitis y basura. Aunque ya tiene daños visibles, para estar en abandono durante tantos años, el inmueble se ha conservado.

Poca gente de la ciudad conoce este lugar, porque la zona más visitada es la parte de la cortina de la presa, justo del otro lado donde se encuentra la capilla. Incluso, desde ese punto, la capilla no es visible a simple vista.

Ruta para llegar

Para llegar al lugar donde está ubicada, es necesario recorrer la carretera que va hacia Celaya y antes de la desviación a Guanajuato, debajo del puente peatonal, es necesario doblar a la derecha y tomar un camino empedrado, cruzar la vía del tren hasta la comunidad Flores de Begoña y de ahí bajar por terracería hasta el linde de la presa.

EZM