Saúl Ramírez, artesano de Acámbaro, utiliza hueso molido para sus esculturas religiosas
Saúl Ramírez crea piezas religiosas con materiales únicos en Acámbaro. Foto: Lourdes Juárez
Acámbaro, Guanajuato.- En plena zona centro de Acámbaro, desde hace 30 años, Saúl Ramírez Torres, originario del Estado de México, se dedica a la elaboración y venta de piezas religiosas y figuras representativas de las culturas maya y azteca. A través del uso de materiales como hueso molido, estireno y otros compuestos, ha encontrado una manera única de elaborar las piezas.
La técnica que utiliza para elaborar las piezas la aprendió de familiares que trabajaban el yeso moldeado con látex. Para darle un mejor acabado a las piezas, Saúl utiliza silicón fino, el cual es más adecuado para moldear piezas más finas. Desde entonces, ha perfeccionado su arte utilizando materiales menos convencionales, pero igual de efectivos, como el hueso molido, que le otorga a sus piezas una textura y durabilidad únicas.
Entre las piezas que más pide la ciudadanía se encuentran las religiosas.
"Las personas llegan y me piden piezas de algún santo que no tengo en existencia. Platicando con ellos me comprometo a realizarla, por lo que tengo que conseguir los moldes, ya que para cada pieza el molde es diferente".
Con el paso de los años, han tomado gran demanda las figuras de dioses aztecas, como Quetzalcóatl, así como el calendario azteca y la vida en la cultura maya. Cada escultura es elaborada con minucioso detalle, desde las vestimentas hasta las expresiones faciales, buscando transmitir la esencia de estas civilizaciones.
Para poder elaborar las piezas, el joven artista acude a la Ciudad de México a comprar el material que utiliza.
"El alabastro ha elevado su precio, teniendo un costo de mil quinientos por kilo, pero este se utiliza para compactar. El hueso no es tan caro. Es un trabajo caro, pero la satisfacción es que la ciudadanía reconoce el trabajo que realizo, ya que el material que se utiliza es más resistente".
La combinación de hueso molido y estireno le permite a este artesano crear piezas más accesibles y resistentes, que pueden ser tanto coleccionables como objetos religiosos. El joven ha logrado posicionarse entre la ciudadanía local y el turismo, siendo los migrantes, en la temporada de fin de año, quienes más lo buscan para adquirir alguna imagen religiosa o pieza de las culturas maya o azteca.
En algunas ocasiones, la gente llega a regatear el precio de las piezas que contempla adquirir, por lo que llega a bajarle 10 o 20 pesos al costo real. La elaboración de las piezas no necesita horno; solo se debe secar por unos 20 minutos. Después de ese tiempo, se abre el molde para quitar la rebaba y luego se deja endurecer bien para pulir, limar y detallar, antes de decorar o dar el pigmentado que lleva cada una.
Saúl mencionó que las ventas han disminuido en los últimos tiempos y que el costo del material que utiliza para su elaboración aumenta cada día más. El joven artesano se instala todos los días en el Atrio Parroquial, de 8:00 a.m. a 3:00 p.m.
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