Yuriria: trabajan mujeres en rescate y creación de ‘bosque comestible’ en Casacuarán
Ejidatarios otorgaron en comodato más de 120 hectáreas para preservar y sacar provecho a los mezquites en el bosque comestible
Luis Telles
Yuriria.- Para mejorar la calidad de vida de las mujeres de bajos recursos de la comunidad de Casacuarán, mediante la protección y aprovechamiento de sus recursos naturales, la asociación ‘Mujeres AC’ logró que ejidatarios les otorgarán en comodato 122.5 hectáreas.
10 de ellas estaban abandonadas por la Comisión Nacional Forestal para crear un ‘Bosque Comestible’, así como rescatar, preservar, conservar y explotar de manera sustentable los beneficios del mezquite.
María Constanza Mesta Rodríguez, delegada en Guanajuato de ‘Mujeres AC’, explicó que el proyecto fue aprobado por los ejidatarios de Casacuarán.
Fue con la única condición de dar empleo a las mujeres de la comunidad. El acercamiento con la autoridad es para poder recibir apoyo en la limpieza del vivero de la Conafor, 10 hectáreas sin tener un uso, así como para la compra de árboles frutales.
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Atenderían deforestación
Destacó que se trata de un proyecto que tiene, en su primer objetivo, el preservar el mezquite mediante la instalación de un centro para su reproducción:
“Hay tres zonas detectadas, en donde existe la deforestación. Es necesario su rescate, porque vamos a fomentar la adopción del mezquite el aprovechamiento de su savia y su vaina para la producción de productos de alto valor agregado”.
María Constanza dijo que tienen presencia en Valle de Santiago, Silao, Celaya y vieron que en la comunidad de Casacuarán hay una marginación. Principalmente que las mujeres no enlazaban con su situación ambiental:
“Vimos el desperdicio que tenían de vaina, del mezquite, y decidimos trabajar para tener esa conciencia desde su vivero olvidado, una mezquitera abandonada que puede generar empleo con lo que ellas tienen ahí”
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Conexión con ITSUR
Agregó que en la comunidad no sabían que el mezquite les provee alimento a través de la vaina, de la miel, emulsificantes que pueden derivarse de la resina del mezquite.
“Estamos en pláticas con la universidad ITSUR (Instituto Tecnológico del Sur del Estado), para que nos puedan crear un molino, para obtener harina de mezquite, con la que se puede crear pan, galletas, etcétera”.
Añadió que, en 40 hectáreas, (10 de ellas utilizadas como vivero por la Conafor), la idea es crear el ‘Bosque Comestible’. Se planea la plantación de diferentes especies de cítricos como naranja, mandarina, toronja, limón, guayaba y lima.
También contemplan colocar una cerca viva de arándano tipo blue berry. Esto con el fin de tener producción de alimentos, tanto para la comunidad como para poder comercializar y hacer sustentable económicamente la actividad de dicho vivero con el Bosque Comestible.
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Son independientes de recursos
En cuanto a los recursos económicos que se requieren para poder concretar los proyectos, María Constanza, dijo que Mujeres AC no depende de programas de gobierno. Han sido netamente libres en cuanto a la forma de generar sus recursos.
“Hoy, por ejemplo, ya tenemos cinco hectáreas con alfalfa, de donde estamos sacando recursos”, señaló.
Además, tienen un vínculo con un empresario que fabrica láminas y al convertirse en sus vendedores, obtienen un porcentaje.
Esta comisión que se destina para las botellas de agua, gasolina, pasajes, o generar las visitas a las comunidades donde se enseña a mujeres a tener cultivos de tomate cherry de modo vertical, entre otras producciones.
“Nunca hemos dependido de ningún partido político, de programas, hoy con las autoridades les pedimos apoyo para limpieza, para la compra de plantas de arándanos, porque definitivamente el proyecto nos rebasa. En contraparte, está el ofrecimiento de una Escuela Ambiental, un Museo de Plantas Medicinales y, desde luego, un atractivo turístico en la zona”, concluyó.
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Vivero: de la bonanza al abandono
El Vivero Casacuarán se inició en el año de 1971 y durante 30 años produjo entre las 300 y 400 mil plantas de reforestación de manera anual. Entre ellas estaban casuarina, eucalipto, fresno, jacaranda, mezquite, guayabo, pinos michoacanos, halepensis, montezumae, radiata, trueno, cedro, entre otros, pero quedó olvidado por las autoridades.
La Conafor fue la última en tenerlo a su cargo.
Para don José Antonio Orozco Rodríguez es triste ver en lo que se ha convertido el vivero.
Recuerda que los del ejido de Casacuarán, en pláticas con representantes del gobierno del Estado, llegaron al acuerdo de dar en comodato 10 hectáreas para que se creara el vivero.
Fue el 24 de junio de 1971 cuando iniciaron 15 personas de la comunidad a trabajar. Esto aunque gente de la Secretaría de Agricultura y Ganadería ya realizaba medidas y colindancias.
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Dijo que toda la producción se iba a diferentes partes de la región sur del estado: Salvatierra, Acámbaro, Celaya, Valle de Santiago, Moroleón, Uriangato, Yuriria. Muchas veces a escuelas, campos de cultivo.
“Podría decir que todas las arboledas que se observan en esta región, es con las plantas del vivero. No había una cantidad fija de producción. Bariaba 70 mil al mes, a veces menos. Según los pedidos y había tiempo en los que no salía mucha planta y la gente se dedicaba a dar mantenimiento al vivero; limpieza, riego, etcétera”, comentó.
Don José Antonio dijo que ya en el año 2001 les llegó su jubilación, aunque se siguió trabajando con tres o cuatro empleados, pero eran ingenieros que no estaban todos los días al pendiente, solo acudían esporádicamente.