Familia Flores fabrica trompos y rompecabezas contra tablets o TV
Yadira Cárdenas
Salamanca.- Con la pandemia, la tecnología ha desplazado aún más a los juguetes tradicionales y mucho más a los juegos didácticos. La familia Flores Galindo, artesanos salmantinos en la elaboración de éstos últimos, ha atestiguado ello y hace frente al ‘regateo’ de los precios por el beneficio en el desarrollo de niños y jóvenes.
Raymundo Flores aprendió la elaboración de juguetes de madera tradicionales hace más de diez años, cuando ayudaba a otros artesanos en el municipio de Cortazar. Posteriormente, decidió emprender por su cuenta y hasta la fecha se ha ido perfeccionando, incluyendo juguetes didácticos y de neuroaprendizaje.
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Toda la gran variedad de mercancía la ofrece junto con su esposa Silvia Galindo en exposiciones y ferias artesanales, aunque también se pueden solicitar en su domicilio en la colonia Valle Verde de este municipio y se lleva hasta el domicilio.
Actualmente sigue buscando hacerse de clientes, sobre todo ahora que la pandemia por Covid-19 detuvo actividades y niños y jóvenes se enfocaron aún más en la tecnología, lo que se ha visto reflejado en las compras.
“Si hablamos de los juguetes tradicionales como el trompo, la muñeca, los carritos de madera, la venta es poca pero ahí vamos, les llaman la atención los colores, y si se trata de los juegos didácticos para todas las edades ahí si es un poco más complicado y quienes más los buscan son coleccionistas”, señaló Silvia Galindo.
Menos televisión, más desarrollo
Lamentó que actualmente los padres de familia entretengan a sus hijos desde bebés con los teléfonos celulares, tablets e incluso todo el día con la televisión, cuando podrían desarrollarse con otras actividades que les ayuden en su desarrollo, como dentro de los juegos didácticos para fortalecer la memoria y el aprendizaje.
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Otra de las dificultades que enfrentan es el precio, el cual se les hace elevado a las personas en cuanto a los juegos de neuroaprendizaje, donde se pueden encontrar desde los clavos para destrabar, la serpiente, cubos en 3D, tetris, el ‘no te enojes’, solitario, entre muchos otros, cuyos precios varían de entre los 110 a los 250 pesos.
“Si regatean, pero si supieran el trabajo que se realiza en cada juguete, en cada juego, pero sobre todo, el beneficio que se tiene, solo basta con que se los acerquen y se van a emocionar”.
A pesar de las dificultades, la familia Flores continuará con la fabricación y venta de juguetes artesanales, aunque el llamado es para los padres de familia, luego que estos juegos además del servir para todos fomentan la convivencia y unión familiar.
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