Los Auténticos Decadentes deslumbran en el Festival Cervantino con su enérgico espectáculo
Los Auténticos Decadentes en el FIC 52. Foto: Roberto López
Guanajuato, Guanajuato.- Los Auténticos Decadentes llegaron al escenario de la Alhóndiga de Granaditas para encantar a los asistentes. Sus ritmos le pusieron el baile y la energía a una noche fría pero confortable.
Dieron la tercera llamada a las 8:03 de la noche y salieron al escenario 13 músicos de lo más eclécticos. Su código de vestimenta es que no existe; cada músico usa la ropa que lo hace sentir cómodo, así que hay desde pants deportivos con sombreros vaqueros, tenis, botas, playeras de luchadores y hasta camisas de leñadores.
Todo colorido, como sus letras, su propuesta y sus canciones.
Son tan versátiles que van del ska, al rock, luego al pop, dan vuelta en la cumbia y hasta en sones sudamericanos.
"Muy buenas noches queridos amigos, estamos muy contentos de estar en este festival Cervantino, pero más contentos de estar tan cerca de ustedes. Buenas noches, Guanajuato", dijeron después de la tercera canción.
En las descripciones de Wikipedia dice que Auténticos Decadentes es una de las bandas argentinas más queridas en México y su presentación en la Alhóndiga fue justo un referente de eso.
Todo colorido, como sus letras, su propuesta y sus canciones. Foto: Roberto LópezTocaron algunas de sus clásicas canciones, como "Corazón", "Loco", "Cómo me voy a olvidar", "Un osito de peluche", "La guitarra" y "Besándote".
Su presentación fue parte del concepto de su trilogía de álbumes: ADN (Capítulos A, D y N), donde revisitan clásicos populares de otros artistas que los influenciaron para crear su original visión musical.
En el escenario son un espectáculo completo; tocan, cantan, bailan y se mueven para contagiar su energía. Incluso es difícil seguir la pista de 13 músicos que se desplazan por un espacio que hacen suyo.
Son tan versátiles que van del ska, al rock, luego al pop, dan vuelta en la cumbia y hasta en sones sudamericanos. Foto: Roberto LópezLos asistentes en las primeras filas dejaron la solemnidad de las sillas, recibieron de pie a los artistas y nunca pararon de cantar y de moverse. El frío se fue junto con los nervios y el cansancio de la espera.
La banda argentina cumplió con un concierto entregado en la capital, energético, de buena vibra, buen ska y buenas letras. Todo en medio de una organización que se antojó impecable.
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