Un accidente en León me dio para una historia en 21 gramos: Guillermo Arriaga


Guillermo Arriaga habló sobre su nueva obra 21 gramos
León, Guanajuato.- Sentado con la pierna cruzada desde una reluciente silla que simula ser una reliquia del siglo pasado, el escritor y cineasta, Guillermo Arriaga, le ha pedido a los asistentes a su conferencia que se desnuden.
“Al final, nos vamos a terminar desnudando todos”, dice. Y claro, esboza una sonrisa, de esas que guardan carcajadas internas e interminables.
Es metafórico. Ha usado la ‘desnudez’ para explicar la valentía de escribir ante la duda de una joven de primera fila que ha reconocido un miedo terrible al comenzar en el oficio.

En la conferencia el director habló sobre su obra
Ante todos los ‘peros’, las ‘dudas’ y los ‘qué dirán’, el creador de grandes obras del cine mexicano como Amores Perros, Babel o 21 gramos, y de piezas literarias como ‘El Salvaje’, o la nueva obra denominada ‘Extrañas’, y por la cual se presenta en el Auditorio Aurora del Instituto Oviedo de la ciudad de León, ha recomendado a los asistentes que siempre hagan lo que desean. Así, se evita ser un fracasado.
Por eso, ha puesto el ejemplo del tigre. “Pocos van a poder meter el tigre a la jaula con la varita, pero al menos, tú podrías decir que sentiste su aliento y lo viste a los ojos”, cuenta sobre el hecho de atreverse, aunque las cosas no salgan. Aunque no te conviertas en el Messi del futbol o el Hemingway de la literatura, como alguna vez le exigieron a través de las redes sociales.
Una disculpa y toda una vida

“Si ven una película mía como Amores Perros, sabrán que Lord inglés no soy”, justifica ante la sarta de groserías que soltará durante las siguientes 2 horas en las que se explayará -y ‘perderá el hilo’- sobre sus libros. También dice que su esposa, Maru, presente en la segunda fila del recinto escolar, le regaña a menudo.
Durante su estancia en el Aurora, en donde se han reunido decenas para ‘carcajear’ y entender el proceso de Arriaga en torno a las artes como el cine o la literatura, se ha hablado de mucho: de la biblia, de albures, de Iztapalapa, el boxeo y las Olimpiadas, del fracaso o el Príncipe Harry.
Desde ellos, se ha ‘forjado’ el escritor. El mismo que tardó cinco años y medio en escribir ‘El Salvaje’, porque fue como redactar 12 libros debido al proceso de reescritura. En un primer momento, la obra tenía 1,600 páginas.
Así, repasa cada una de sus novelas… y hasta el primer libro de la lista de su vasta trayectoria, y que fue una comedia. Sí, sobre la guillotina. “No sé por qué a la gente le da risa”, dice.
“Es una obsesión brutal y hago este trabajo porque los respeto a ustedes. Siento que alguien que paga una lana por mis libros merece respeto “, señala, pero agrega que conoce la ‘técnica’ para vender más; “Hay tiempos en donde se nos prohíbe leer libros. No saben lo que daría porque el papa Francisco prohibiera un libro mío, que es pecado”, y completa; “Se vendería muy bien”.
“Soy de León y vivo por el 'Eje'”

Guillermo Arriaga es originario de León y con cariño habla de sus raíces
Ante la carcajada de la audiencia, Guillermo Arriaga ha imitado el “Soy de León y vivo por el eje”, que alude a un meme y un tono muy peculiar de la ciudad zapatera.
“Se me quedó el acento por un rato”, reconoce.
No es para menos. Según ha recordado su esposa Maru, vivieron en León desde 1988 y hasta 1990. Acá, nació una de sus hijas, antes de regresar a la Ciudad de México. Durante su estancia, Arriaga Jordan fue coordinador de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Iberoamericana de León.
Pero, también, se ‘encontró’ con una historia que llegó al cine. Al ‘desnudarse’, el escritor ha referido que, durante su estancia en la ciudad presenció un accidente trágico; “Tenía la celebración por mi cumpleaños y llegué tarde porque se acaban de matar unos alumnos de la Ibero en el libramiento (José María Morelos) y me bajé a ver qué había pasado porque había ambulancias. Era un hombre que lo habían atropellado, y el policía sacó una cartera y había una foto en la que tenía a una niña chiquita en sus piernas y su mujer, y estaban sonriendo los tres. Pensé que estas mujeres no saben, pero su esposo no va a llegar”.
Finalmente, Guillermo Arriaga llegó tarde a su fiesta de cumpleaños, y aquel hecho ocurrido en León, se llevó a la ‘gran pantalla’; “En mi película 21 gramos, un tipo atropella a un señor… y el que lo atropella llega tarde a su fiesta de cumpleaños. O sea, León me dio esa historia, y mi hija fue concebida en León”.
Fracasados e impostores

Guillermo Arriaga pide no hacer las cosas por dinero si no por amor
Al público, Arriaga Jordan le ha pedido dos cosas claves: no convertirse en unos fracasados, y sí ser unos impostores.
El fracaso, según la concepción del autor, es dedicarse a aquellas cosas que no le dan sentido a la vida. Ha puesto de ejemplo a los financieros, los agentes de seguros o los dentistas. Claro, a excepción de aquellos que, realmente, sí tengan una ‘afinidad’ por estos oficios. Pero si no, el ‘secreto’ se encuentra en no hacer las cosas por dinero, reconocimiento o quedar bien. Incluso, se debe de escribir por convicción.
“Es mejor ser fracasados con huevos u ovarios, que exitosos sin huevos u ovarios”, comenta.
Lo de volverse impostor es necesario, porque es parte del proceso. Pero hay que lidiar con eso y entender que “Vivimos en una sociedad que quiere que nos evádamos cuando sea posible. Vivimos en una sociedad a la que no le interesa que interioricemos. Y el acto de rebelión más profundo está en los libros”, dicta, para despedirse de sus ‘panzasverdes’ y sus ‘guacamayos’.
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