A volar
Resulta que la Secretaría de Salud registró ayer 24 mil 975 casos de covid-19, la mayor cifra dada a conocer en reportes diarios, desde el inicio de la epidemia en México y Guanajuato está entre los 10 estados con más reportes acumulados, además de que seguimos siendo el cuarto país con más muertes.
Pero parece que la tercera ola de contagios, a pesar de toda su numeraria, no quita ni un ápice de ánimo a algunos nativos de León, ciudad donde en la última semana se ha visto una tendencia a tener diariamente más de 100 contagios, para seguir vendiendo humo, en aras de defender ciertos negocios.
Me pregunto si realmente pueden comerse en el Patronato de la Feria de León y en la Presidencia Municipal en manos de Héctor López Santillana, el balance presentado ayer, de sólo un contagio de COVID-19 en la Feria de Verano. De ser así, que los estudien los epidemiólogos, porque aunque fue un fracaso en asistencia, si acumuló cantidad suficiente de visitantes como para que se propagara el coronavirus más allá de una persona. Informaron que hay datos del sector salud. Sería maravilloso saber cómo obro ese, realmente, milagro.
Lo mismo puede decirse respecto a la contradicción entre lo dicho por la mayoría de los comerciantes al cierre del evento, de que fueron lastimosos los resultados económicos, pues la gente no acudió en la cantidad que se esperaba y mucho menos consumió lo idóneo para sacar un balance favorable y las cuentas alegres de que hubo una derrama óptima, a menos que sean beneficios sólo para la organización.
Siendo así, no queda mucho qué decir sobre la Feria Internacional del Globo, de la cual ya se anunció que se hará a tambor batiente, donde el descontrol es inmensamente mayor al de otros eventos. Sería mejor la prudencia y controles adecuados. Se entiende que la economía debe salir del atolladero, pero cada vez que entramos en olas de contagios por eventos masivos, se frenan otros sectores económicos y eso también debiera reflexionarse.
AVISO DE OCASIÓN
Uno más de los grandes proyectos de la Cuarta Transformación hace agua. El Banco del Bienestar, institución creada para aparentemente extender el crédito por todo el país, “allá donde no tienen oficinas los bancos”, esos que atienden a los “machuchones”, además de canalizar los apoyos sociales del gobierno federal, ha cerrado la llave del dinero. Como nadie en el sistema financiera mexicano, tiene una cartera vencida que a la distancia se antoja irrecuperable.
Sus deudores presentan un elevado incumplimiento de pago de por al menos 3 meses. La decisión del gobierno mexicano de cancelar el otorgamiento de préstamos se tomó al observarse en los indicadores financieros del Banco de Bienestar que, durante el segundo trimestre de 2021, el Índice de morosidad (IMOR) fue de 19.33 por ciento; una proporción más alta que la observada para el mismo periodo de 2020, cuando el IMOR se ubicó en 7.57 por ciento.
Para que usted tome perspectiva del asunto, en México, la banca comercial tiene un IMOR de 2.45 por ciento. En el Banco del Bienestar, uno de cada cinco beneficiarios del crédito no lo paga. Hasta ahora la morosidad alcanza los 531 millones de pesos. Algo a tomar en cuenta cuando se conoce que en 2020 el banco presentó pérdidas por mil 406 millones de pesos. Ahora se quieren meter 45 mil millones para el próximo año, abriendo más y más sucursales.
