Accidentes por imprudencias
De un tiempo para acá, vemos como la convivencia en las calles se vuelve más complicada. Automovilistas, conductores de motocicletas, ciclistas, peatones se rigen por sus propias reglas y es momento de llamar la atención y poner una alerta a la imprudencia de las personas que cada día están más distraídas y en vez de estar atentas y en lo que deben, desvían la vista a una pantalla y se ponen en peligro. Los accidentes que se producen por gente que va mandando mensajes va en aumento y se va saliendo de control. De hecho, el problema es tan grave que ya se están equiparando el número de incidencias imprudenciales por gente distraída con el de los que se provocan por conductores alcoholizados o con un estado alterado de consciencia.
Si ponemos atención, caeremos en la cuenta de que cada día es más común, ver en las ciudades grandes que en los arroyos vehiculares conviven camiones de carga, autos, cuatrimotos, bicis, patines, peatones que van atentos a su celular y ello provoca accidentes. Se multiplican las escenas de niños atropellados, de personas que fueron arrolladas, golpeadas, que chocaron —contra un auto o un poste— y que perdieron la vida o una parte del cuerpo. Un estudio realizado por la empresa Goodyear alerta sobre la imprudencia del peatón está presente en uno de cada tres incidentes. Se trata de gente que va caminando con la nariz metida en la pantalla de su teléfono y ni cuenta se da que está cruzando una avenida de alta velocidad ni mucho menos que en ese momento la luz del semáforo le está advirtiendo que no debe cruzar.
También, es muy frecuente ver vehículos en vías que no les corresponden. Ejes de alta velocidad en los que se puede ver a ciclistas, o motociclistas que van en sentido contrario o peatones que en vez de ir caminando por la banqueta se bajan a la calle. En ocasiones, los accidentados iban vestidos de colores oscuros y no pudieron ser vistos por conductores. La realidad es que, con independencia de la parte que le toque jugar a cada uno en un accidente, participar en una tragedia en la que se lastima a alguien, se le mutila o se le priva de la vida, deja una marca imborrable por el resto de los días.
Otro tipo de accidente común es de personas que no se dieron cuenta de que había un hoyo en la calle, una coladera abierta, una piedra y se cayeron, tropezaron y fueron a dar al hospital. Todos estos accidentes pudieron ser evitados. Estos percances que terminan en fracturas, lastimaduras, incapacidades temporales o definitivas, se pueden acabar ya, si y sólo sí mostramos disposición para estar atentos sin tratar de hacer dos cosas al mismo tiempo.
Quizá por eso, es necesario elevar la mano y empezar a abordar el tema como sociedad. Autoridades y particulares tenemos que poner manos a la obra y parar esta imprudencia desbordada que tiene efectos dolorosos. Lo primero y más importante que debemos hacer estos tiempos es no cruzar nunca mirando el teléfono. Una peligrosa conducta ampliamente extendida por todo el mundo. Si vamos caminando, hay que hacerlo por donde se debe y con los ojos puestos en nuestro entorno.
En cuanto a conductores, no conviene hacer señas a los peatones para que crucen, sobre todo a los niños, puede haber otros conductores que no se percaten y producirse un accidente. También es importante vigilar el estado de los neumáticos y seguir las reglas de tránsito.
A nuestras autoridades hay que exigirles el mejorar la accesibilidad en los pasos de peatones; quitar los obstáculos que impidan la visibilidad a peatones y vehículos como mobiliario urbano, estacionamiento, vegetación, y todo lo que impida amplia visibilidad. Es importante, ajustar los tiempos semafóricos a las condiciones de los peatones más vulnerables como menores, personas de movilidad reducida, población de adultos mayores. Desde luego, hay que exigir una buena iluminación en los puntos de cruce que permita ver y ser visto, especialmente en grandes avenidas. Mejorar la señalización, iluminación y los sistemas reguladores de la velocidad en entornos a centros educativos y médicos.
La buena noticia es que estamos a segundos de parar este problema. Se trata de incidentes que dependen de nuestra voluntad para ponerles un hasta aquí. La imprudencia se puede combatir desde nuestras trincheras.